Capitulo 02

— ¡Te ordenó que me liberes! — Exclamó la princesa enojada mientras era llevada a la fuerza sostenida de sus brazos por dos soldados del Reino de Maita. — ¡Dije que me dejen ir! ¡Mi padre es el Rey Jhon Wiztan! ¡Si no me dejan ir se meterán en muchos problemas!

Virginia Wiztan no dejaba de gritarle molesta a los dos soldados que la llevaban captura uno de cada brazo apretaban con más fuerza ante el constante forcejeo que les proporcionaba la princesa del Reino de Gorian. 

Tres hombres más iban caminando frente a ella y cuatro más detrás, todos con el único propósito de asegurarse que la princesa no pueda huir muy lejos en caso de que logrará librarse de los que la llevaban sostenía. 

Sin embargo, era algo que veían muy poco probable ya que Virginia era frágil, hermosa y delicada, esa era la expresión que ella le causaba a cualquiera, la hija amada del Rey de Gorian, cuyas manos jamás habían tocado daga o espada alguna, piernas que jamás habían tenido que correr buscando huir, era débil. 

Ella lo sabía, ella sabía que no tenía oportunidad alguna de escapar de sus captores, pero esperaba que sucediera, rezaba a todos los dioses que su padre enviara a alguien a rescatarla y que ese alguien llegara a tiempo.

Anteriormente, cuando el Rey la encontró y sus miradas se toparon, el llamó a varios de los hombres que iban acompañándolo para después irse y dejarlos a ellos ocuparse del asunto.

¿A dónde se había dirigido el Rey enemigo? 

¡Ella no tenía ni la menor idea! 

Tampoco era algo que le importaba cuando el sufrimiento que sentía era tanto que la estaba llevando a sus límites rápidamente. 

"No, no, no, no… ¡No quiero que me lleven! ¡Que alguien venga! Por favor… ¡Quién sea! ¡Ya!… Tengo miedo, mis pies duelen por el roce de mis zapatillas de tacón, estos hombres me sostienen tan fuerte de los brazos que siento que me los van a romper, no puedo respirar bien, es demasiado lo que me han hecho caminar tan rápido y mi corset me está dando dificultades… ¡Alguien! ¡Quiero a mi padre! ¡Quiero verlo! ¡Ethan! ¡Quiero ver a mi prometido Ethan!"

Los pensamientos de agonía de la princesa no se detenían y ella comenzaba a sentirse más mareada, sus piernas comenzaron a temblar y seguidamente lo hizo su cuerpo, ella guardo silencio mientras caminaba casi siendo arrastrada por los soldados de Maita, hasta que finalmente se desmayó. 

— ¡Maldición! ¡Se ha desmayado la princesa! ¡Mi comandante! ¡¿Que haremos?! — Decía uno de los soldados que llevaba a Virginia de su brazo derecho. 

— Tomen turnos, carguen a esa niña y salgamos rápidamente de aquí, ya falta muy poco, nuestro Rey quien se adelantó ya debe estar en posición para el ataque desde la montaña sur, pronto este lugar será reducido a cenizas. — Dadas las órdenes del comandante, todos los soldados que iban con el comenzaron a apresurarse y tomaban turnos para sacar a la princesa desmayada de ese palacio.

Solo media hora después el ataque al palacio de la princesa había iniciado, los cañoneros comenzaron su trabajo y en poco tiempo todo se había vuelto un caos, lleno de gritos de sufrimiento, fuego y humo. 

**********

— ¡Su majestad! ¡Oh mi Rey! ¡Le tengo malas noticias! — Gritó el informante de las torres quien había llegado al escondite de emergencia en una montaña cercana al palacio principal de Gorian. 

El hombre tenía un rostro aturdido y el cansancio era notable, después de todo había cabalgado lo más rápido que pudo y corrió por todo el camino empinado de la montaña, el intentaba calmar rápidamente su tembloroso cuerpo y su voz agitada, pero no había tiempo que perder y comenzó a explicarle al Rey lo sucedido en el palacio de la princesa, uno que el Rey de Gorian, había enviado a asegurar el triple de lo que normalmente lo hacía, uno donde se supone todo estaría bien y su hija esperaría en la habitación de emergencias. 

¿Cómo era posible? 

¿Cómo todos sus hombres habían fallado tan fácilmente? 

¡¿Que demonios paso?! 

Eran más preguntas que se hizo en unos instantes el Rey de Gorian sin si quiera parpadear, su tesoro, su amada hija Virginia había sido atacada por su enemigo. El Rey se levantó de su asiento furioso. 

— ¡¿Cómo es posible?! ¡No! ¡Primero mató a mis mujeres y mi Reina en los pasados tres meses! ¡Luego asesina a sangre fría a mis hijas enviándome sus cadáveres a las puertas del castillo principal! Ahora… ¡Ahora lo hace con mi amado tesoro Vini!

El Rey ya mayor de Gorian comenzó a sentirse mareado, no podía creerlo, su pequeña y amada hija no podía estar muerta, cualquiera menos ella, incluso entregaría a su hijo heredero pero no a su amada, adorada y primogénita Virginia.

— ¡De haber sabido que destruyendo tres de sus centros militares y una de sus bases y palacios, no solo habría matado a la Reina Casandra en el proceso! ¡También habría enviado a la tumba al maldito hijo único de ese Rey de Maita! ¡Maldito seas Lance Lamparth! — Gritaba furioso el Rey de Gorian arrepentido de no haber podido infligir más daño cuando tuvo la oportunidad.  

Un año después la estaba pagando más del triple en el contraataque el Rey de Maita, pero antes de que el Rey de Gorian se permitiera exclamar más maldiciones o arrepentimientos, uno de sus hombres llegó con un nuevo aviso. 

— ¡Mi Rey! ¡Oh mi glorioso Rey de Gorian, el gran Jhon Wiztan! El enemigo a enviado una carta. — Dijo el hombre haciendo la reverencia apropiadamente y entregando al padre de Virginia la carta enviada por el enemigo. 

Sus manos enguantadas rápidamente abrieron el sobré sacando de el la carta y comenzando a leerla de inmediato, sus ojos azules se abrieron de par en par releyendo una vez más, el Rey dejó caer la carta sintiéndose mareado, todas las energías de su cuerpo desaparecían sintiendo una inmensa vulnerabilidad. 

— ¡Su majestad! ¡¿Se encuentra bien su majestad?! — Preguntaba uno de sus fieles consejeros ayudando al Rey a sostenerse, pues este parecía que se iba a desmayar en cualquier momento, su rostro pálido y el sudor frío delataban la gravedad de la situación que vivía.

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