CAPITULO 10La música de orquesta sonaba delicada y suave, las parejas en el centro del salón de eventos bailaban al compás de las canciones luciendo sus glamurosos vestidos y sus trajes elegantes hechos por los mejores diseñadores y sastres del Reino. La fiesta parecía estar bastante animada y los invitados sonreían alegres unos a otros, sintiéndose orgullosos de la razón que ameritaba tan magnífica reunión de la alta sociedad en Maita.La guerra había finalizado, no más sangre ni muertes, no más perdidas de vidas ni gastos para el ejército, el Reino de Maita era el vencedor después de ocho largos meses en fuertes disputas con sus enemigos de Gorian.— El majestuoso Rey de Maita, Lance Lamparth, hace su entrada. — Anuncio el vocero del evento, todos los presentes abrieron paso al pasillo central al trono reverenciando a su Rey. Para nadie en Maita era un secreto que el Rey Lance no apreciaba a su concubina Abril Brown, aunque algunos pocos creían que esa noche anunciaría el acenso
CAPITULO 11Abril Brown sonrió maliciosamente mientras sacudía su vestido con sus manos enguantadas, para después reírse. — Tenía que vengarme, me has dejado plantada, no me has pedido que fuera tu compañera de baile, me has estado ignorando desde que volviste de Gorian y para colmo prefieres tener sexo en este balcón con una mujer cualquiera a con alguien que ya te pertenece, que sabes que es fiel a ti y que es una mujer que te ama incondicionalmente. — La hija del Duque Brown decía todo aquello bastante seria mientras cruzaba sus brazos observando el paisaje del balcón. Sin embargo, el Rey Lance Lamparth comenzó a reírse a carcajadas ante los comentarios de su concubina. — ¿Una mujer mía, fiel y que me ama incondicionalmente? Jajaja ~ ¿Dime dónde está? Por qué solo veo a una maldita rubia manipuladora que quiere tener poder para hundir a los demás.Abril se enojó ante la respuesta del Rey y se acercó rápidamente a él con la intención de darle una bofetada, afortunadamente, Lance
CAPITULO 12Al día siguiente en el Reino de Maita, la princesa extranjera Virginia Wiztan recién se levantaba con el sonido de las campanas del edificio. — ¡Levántate ya niña! ¿Que piensas que puedes dormir el tiempo que se te antoja solo por que eras una princesa? ¡Olvídate de esa vida y entra al baño! — Decía a grandes voces la encargada de las sirvientas de esa planta del edificio a Virginia. — Lo siento… — Respondió la hermosa princesa levantándose lo más rápido que pudo, al punto de que se mareo por un instante cayendo sentada en la cama de nuevo. — ¡Lo siento de nuevo! — Se puso finalmente de pie, observando por una de las dos ventanas en la habitación que el sol ni siquiera había salido aún. — Disculpe madame, pero ¿Qué horas son?— ¿A caso no te mencionamos antes que todos los días se levantan a las cuatro de la mañana? Tu ya vas una hora tarde, son las cinco, ¿Ves a tus alrededores? Las señoritas de la habitación si son responsables y hace mucho que se han ido, ya deben est
CAPITULO 13Virginia tenía miedo, ella se sentía terriblemente mal por estar en un país enemigo y ser tratada como basura por todos, fue en ese instante que recordó al ebrio señor Allen Jones y se sintió un poco mejor al pensar que no todos la veían con desprecio y la trataban como un insecto. — ¡Sigo siendo una princesa! — Respondió Virginia viendo fijamente a los ojos de Lance. El cual simplemente dejo escapar una semi sonrisa de sus labios. — Oh, así que tienes el valor suficiente de retarme en mi propio territorio, en mi propia nación, creí que eras más una inútil que lloraría por todo.— ¡¿Por qué?! ¡Todo esto es tu culpa! — Decía Virginia hablando en voz alta con mucho esfuerzo, sentía sus piernas flaquear y sus manos hechas puños sujetaban con fuerza sus vestido negro de criada, ella tenía miedo de ese hombre, sabía que retarlo no era una buena idea y que si el quisiera acabaría con su vida en ese preciso momento, pero la joven princesa tampoco quería dejarse pisotear por un
CAPITULO 14Tres hombres llegaban a pasos rápidos a dónde se encontraba tanto el Márquez de Maita, Sebastián Forsten como la princesa de Gorian Virginia Wiztan. — Disculpe que llegáramos tarde mi lord. — Respondieron nerviosos los hombres del Márquez apenas llegaron viendo de inmediato a la sirvienta frente a el que estaba con su cabello hecho un desastre y sus ropas desordenadas. — ¿Que sucedió aquí mi señor? Esa mujer ¿Le ha causado problemas? — Pregunto otro de los guardianes. — No, no necesariamente ella y no a mi en específico. — Respondió el hombre de cabello negro largo y atado cuidadosamente. — Has dicho que te llamas ¿Virginia? Por casualidad ¿Eres la princesa Virginia Wiztan? — Pregunto el Márquez viéndola seriamente mientras se acercaba más a ella.— Si… — Dijo titubeante la hermosa extranjera. — Soy Virginia Wiztan, rehén en Maita. — Ella intentó tomar un poco de valor frente al hombre que la veía altivo. — Ja, es una princesa y está vestida como una sirvienta eso debe
CAPITULO 15— ¡Espera! — Alzo la voz la hermosa princesa extranjera llamando a ese hombre de cabello corto y rubio claro. — Señor Allen Jones, espere por favor.Finalmente el alto hombre de cabello rubio tan claro que a la intensa luz de la mañana lucía un poco más blanco que amarillo, se giró dando media vuelta y viendo hacía atrás a Virginia Wiztan, quién corría llamando a alguien, al ver qué no había nadie más que el por la zona supuso de inmediato que quería hablarle, comenzando a acercarse a ella. Debido a la distancia inicial, no reconoció quien era, pero conforme más se iba acercando a ella y ella a él, se dió cuenta que se trataba de la princesa cautiva. Allen se sorprendió de inmediato, sin tener idea como ella pudo saber su nombre si nunca se lo había dicho ó por qué quería hablarle. — ¿Señor Allen Jones? — Preguntó Virginia nerviosa de que su intuición estuviera errónea y sea tratada cruelmente. — Si, ¿Sucede algo? — Pregunto seriamente el Barón Jones. — Verá, tengo una
CAPITULO 16Traicionada. Traicionada de la forma más cobarde posible, siendo entregada su vida a alguien más.¿Quién se creía que era el Márquez de Maita Ethan Walsh? ¿El Rey de Gorian? ¡Absurdo! ¿Creería que Virginia Wiztan era un objeto que le pertenecía? ¿Que ser su prometido jurado le daba derecho a entregar su vida a una nación enemiga?Todas esas preguntas cruzaban la mente de Virginia, quien sintiéndose indignada comenzó a llenarse de enojos en lugar de seguir llorando. Sabía que su padre la amaba, sabía que el sería incapaz de estar de acuerdo con el plan de su prometido, cualquiera que haya sido la razón de Ethan para hacerlo, la joven princesa creyó que no era excusa. Le falló a ella y con eso rompía el pacto que tenían, todos los meses que busco acercarse a ella, todos los hermosos momentos que pasaron juntos, ella con unos pinceles y un lienzo en blanco y el fumando su pipa mientras sonreía juguetón y le contaba sobre los hermosos lugares cuyos ojos grises claros habían
CAPITULO 17Dónde jugaba el pequeño príncipe quien al verla sentarse cerca de donde el estaba, se puso de pie acercándose aún más a Virginia. — Oh, ¡Esta suciaTani! — Dijo haciendo una expresión de sorpresa mientras cubría su boquita con ambas manitas. — Si, lo sé, pero no lo digas de ese modo que es de mala educación y vamos a ayudar a la señorita. — Respondió Tiana al príncipe mientras abría la maleta con los accesorios de primeros auxilios, sacando de el algunos vendajes. — Toma estos y limpia tu rostro y manos, también toma este alcohol y desinfecta los leves raspones en tus manos.Virginia asintió aceptando lo que le daban y limpiando su rostro, brazos y manos. La soldada Tiana la veía de brazos cruzados mientras estaba de pie junto al príncipe heredero. — Te meterás en problemas cuando te vean, mi recomendación es que entres por la parte trasera del edificio de la servidumbre. — Sugirió Tiana a Virginia para que no la descubran con sus ropas hechas un desastre. Virginia asint