Capítulo 87

Si hay algo que me enseñó mi padre fue la manera de jugar a la diplomacia, mientras conseguía todo lo que quería de sus futuros adversarios financieros y, sí, sé que mi padres era despiadado a la hora de acabar con lo que le estorbaba, pero nadie podría negar que era muy bueno en eso.

Eso no significa que haya aprendido bien ese arte que, por cierto, no se hereda o se pega de alguna manera cósmica. De hecho, hace un momento perdí la batalla en manos de Zeira, a pesar de que traté de dar un argumento más o menos decente.

"Eso no fue un argumento más o menos decente", indica Aella, "más bien, fue un chiste de mal gusto".

"Tampoco te vi aportando ideas, cariño", le respondo.

Entonces la rabia empieza a apoderarse de mí, recordando lo que ocurrió esta mañana con mi nana y quisiera que pague, pero Aella tiene razón. O la manera en que t

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