―Entonces, solo me queda agradecerle por pensar en mi seguridad―le digo con una reverencia, aunque no estoy ni mínimamente contenta por la forma en que me acaba de hablar―ahora quisiera hablarle de los planes que han propuesto su beta y su delta para capturar a un omega puro, para estudiarlo y probar la poción que han encontrado.
―Poción que todavía no se puede hacer, ya que faltan ingredientes―señala y mira a sus amigos con el ceño fruncido, para luego mirarme más cabreado todavía―y antes de que intentes tratar de convencerme, tengo que agregar que la idea de poner a una omega como carnada es estúpida en todos los sentidos―añade y yo lo fulmino con la mirada, pero entonces él respira profundamente para tranquilizarse y continúa―demasiada gente más fuerte y con más habilidades que tú han muerto por enfrentarlos, así que es un no definitivo.
―Con todo respeto,
La noticia me deja un poco desconcertada y preocupada a la vez.No quiero que Aike esté en peligro, como bien lo señaló Aella hace un rato y puede que allá afuera de la manada esté en peligro, igual que adentro, con todos estos lobos Luna que me quieren muerta y tal, y hasta pudieron haberme linchado ayer, de no ser por la intervención de Kala.Sin embargo, si los planes de Bernard no han cambiado, su jauría allá afuera no me tocaría un solo cabello.“Pero sí que nos capturarían y nos meterían en una celda roñosa y nos harían quién sabe qué”, me responde Aella.“Y a nuestra escolta sí que la matarían, sin pensarlo dos veces”, le respondo y ella respira hondo.De hecho, es lo que me preocupa.Ellos quieren capturar y matar alfas, porque, de alguna manera ridículamente morbosa, ellos piens
La noticia de que los escoltas del antiguo alfa de la manada no me sigue acabando de gustar, en especial porque no creo en Zayn, cuando dice que ellos están más que dispuestos a velar por mi seguridad.Si eran incondicionales a Adrien, dudo mucho que le caiga en gracia que la causante de su muerte sea a quien deben cuidar ahora y no es que haya sido yo la que apretó sus fauces contra su cuello, pero para toda la manada Luna de Hielo e, incluso, la Zafiro, de alguna manera morbosa, malsana y mística, soy la culpable.Algo así como la mano que mece la cuna, más o menos.Entonces recuerdo algo importante.¿Ellos no habían sido los culpables de la muerte del antiguo delta, Raynor?¿Cómo rayos habrán convencido a Zayn para que este confiara su vida a ellos?Siento que hay algo muy sospechoso por aquí, porque si hay algo de lo que estoy segura es que ese alfa es mu
Si hay algo que me enseñó mi padre fue la manera de jugar a la diplomacia, mientras conseguía todo lo que quería de sus futuros adversarios financieros y, sí, sé que mi padres era despiadado a la hora de acabar con lo que le estorbaba, pero nadie podría negar que era muy bueno en eso.Eso no significa que haya aprendido bien ese arte que, por cierto, no se hereda o se pega de alguna manera cósmica. De hecho, hace un momento perdí la batalla en manos de Zeira, a pesar de que traté de dar un argumento más o menos decente."Eso no fue un argumento más o menos decente", indica Aella, "más bien, fue un chiste de mal gusto"."Tampoco te vi aportando ideas, cariño", le respondo.Entonces la rabia empieza a apoderarse de mí, recordando lo que ocurrió esta mañana con mi nana y quisiera que pague, pero Aella tiene razón. O la manera en que t
“¡Ajá, ajá!”, canturrea a Aella en mi mente y yo solo pongo los ojos en blanco. “¡Es solo un niño!”, le recuerdo, “se supone que somos las adultas por aquí, las que debemos poner el ejemplo”. “Él es un brabucón en toda regla”, me recuerda, “además de que se estaba metiendo con su prima, aprovechándose de su tamaño y su fuerza”, añade con un gruñido, “¿te imaginas cuántas veces debe haberle hecho lo mismo a la pobre Kala?”. Y es cierto. Según lo que nos ha contado Mara, sus primos la trataban peor que a una esclava y debe ser normal para este tal Lúcian intimidar a Mara tantas veces como le ha dado la gana, cobijado bajo el ala de su madre, que de seguro lo animaba para que lo hiciera, tanto a él como su otro hijo. Entonces miro detrás de mí y veo que Mara ya se ha recompuesto de la amenaza de su primo o de la transformación que acabamos de tener, cualquiera de las dos situaciones, en todo caso. ― ¡Discúlpate con tu prima! ―le grita Aella a tra
La mirada de Kala es de consternación y supongo que no le agrada para nada que las cosas no salieran como ella esperaba y debo añadir que tampoco esperaba que este encuentro se diera como hasta ahora. “Sí, debimos encontrarla a solas, en un callejón oscuro y con mis fauces en su cuello, de preferencia”, me dice Aella, aún eufórica en mi mente. “¿Qué, ahora somos carteristas de poca monta o qué?”, le respondo haciendo un soplido y ella pone los ojos en blanco, “creo que debes dejar de ver películas de detectives, me parece”. “Solo quiero que admitas que eso es lo que te gustaría, Sia”, trata de que me sincere, pero, lejos de eso, lo que quiero es otra cosa. “Lo que en realidad me gustaría es estar en una playa en Tahití, Aella”, le confieso y ella pone los ojos en blanco, “con una trago en la mano y con Aike a mi lado, sabiendo que ya todo el mundo está fuera de peligro y con Bernard muerto o en un calabozo diminuto, donde no entre la luz del sol”, le
“Tienen suerte”, dice Aella y yo frunzo el ceño porque no entiendo a qué se refiere, “lo primos de Mara tienen suerte de que Zayn se haya aparecido por aquí, quiero decir”.“Yo diría que nos ha salvado de una situación incómoda e incluso peligrosa, más bien”, señalo y ella respira hondo, “no podemos ser como antes, cuando nos liábamos a la primera que nos provocaban. Tenemos una deuda, ¿recuerdas?”, le digo y ella asienta con la cabeza, “si metemos la pata, no solo estaría en juego nuestra cabeza, sino la de Aike y todos los miembros del concejo del alfa, gente a la que queremos”.“Sí, tienes toda la razón”, concuerda, “la verdad es que nos hemos comportado como unas majaderas, al seguirle el juego a esos dos, pero yo tengo una excusa, soy loba, en cambio tú eres una brabucona nata”, me dic
A veces se me olvida que tuve una vida aquí, una en la cual fui feliz y no lo sabía, una en la cual tenía amigos normales y enemigos normales, gente que se preocupaba si estaba triste y otros que querían ponerme en mi sitio.Mara era una de ellas.La historia de sus padres era muy parecida a la mía, una completa tragedia y gracias a ella, su vida fue un infierno hasta que se fue de la casa de sus tutores. Así que ella sentía empatía por mí y quería ser mi amiga, sin importar todas mis malacrianzas.Fue una amiga genuina, tal como Barbie, la diferencia es que ella no vivió mi historia, como lo hizo Barbie, solo me brindó su amistad porque vio a una persona que merecía una persona que la comprendiera.Y, por supuesto, lo tuve que arruinar todo con las ganas inmensas que tenía de que el mundo de los lobos ardiera.Pero ahora resulta que el mundo de los lo
La sorpresa de su visita en mi habitación me tiene con las cejas arqueadas y una sonrisa espontánea que no puedo evitar y creo que es una recompensa justa a todos los sinsabores que he tenido durante mi camino hasta aquí y la persona que lo ha provocado.Aike me corresponde y mira con esa sonrisa pícara que me encanta y yo decido quitarme la chaqueta y dejarla en uno de los sillones y ambos nos encontramos a medio camino, pero él me arrastra con delicadeza hasta la cama, tomándome por mis hombros, lo cual me provoca un cosquilleo ahí donde me toca, y ambos nos sentamos.―He deseado estar contigo desde el momento que te dejé esta mañana, en la habitación del ala delta―me dice y toma mi cara entre sus manos, mientras me da un tierno beso. Sus labios se sienten como si estuviera en el cielo y él fuera mi ángel de la guardia, uno pecaminoso que me incita a pensar en lujuria y en toda mi fal