―Estás haciendo un drama de todo esto, Sia y sé que no eres de las que les gusta ser complicadas―me dice Mara, mientras yo meto mis manos en los bolsillos de la chaqueta, para tratar de disimular ante la presencia de la delta y asegurar mis objetos más preciados.
―Creo que tienes razón y he sido exagerada, pero, entiéndeme, es un poco molesta toda esta situación, Mara, considerando que se metieron con mi nana y ahora todo el mundo cree que puede meterse en mis cosas―le aseguro, tratando de disimular que me ha agarrado in fraganti, aunque, siendo sincera, sí que estoy molesta por todo.
―Te aseguro que nadie se meterá entre tus pertenencias, si es a lo que tienes miedo―insiste―ahora, termina lo que estás haciendo por aquí y déjame el camino libre. Entre más rápido empiece, más pronto terminaré―indica y yo asiento con la cabeza y me dirijo hacia afuera del armario y de
Todos miramos repentinamente al beta de la manada con los ojos como platos, pero de pronto escuchamos un golpe fuerte en uno de los escritorios. ― ¡Por la diosa, Van, deja el endemoniado escándalo! ―le reclama Valentine que se ha exaltado tanto, que ha soltado algunos papeles al aire y que ahora yacen en el piso ―mira que aquí hay gente sumamente ocupada en este despacho―lo reprende. ―Pues, no te creas que eres el único con trabajo por aquí, mi estimado Valentine, que, por cierto, estás trabajando en mi oficina, muchas gracias―le recuerda con una cara de satisfacción y este respira hondo―que yo también estoy aportando mi granito de arena, aunque debo decir que esto que traigo es casi un vagón completo de arena, quiero que sepas―indica, todavía pagado de sí mismo. ―Creo que deberías decirnos de una buena vez lo que te trae por aquí―interviene Balder esta vez, quien lo mira con el ceño fruncido―has entrado en la mitad de una decisión muy importante a tomar―añad
―Entonces, solo me queda agradecerle por pensar en mi seguridad―le digo con una reverencia, aunque no estoy ni mínimamente contenta por la forma en que me acaba de hablar―ahora quisiera hablarle de los planes que han propuesto su beta y su delta para capturar a un omega puro, para estudiarlo y probar la poción que han encontrado.―Poción que todavía no se puede hacer, ya que faltan ingredientes―señala y mira a sus amigos con el ceño fruncido, para luego mirarme más cabreado todavía―y antes de que intentes tratar de convencerme, tengo que agregar que la idea de poner a una omega como carnada es estúpida en todos los sentidos―añade y yo lo fulmino con la mirada, pero entonces él respira profundamente para tranquilizarse y continúa―demasiada gente más fuerte y con más habilidades que tú han muerto por enfrentarlos, así que es un no definitivo.―Con todo respeto,
La noticia me deja un poco desconcertada y preocupada a la vez.No quiero que Aike esté en peligro, como bien lo señaló Aella hace un rato y puede que allá afuera de la manada esté en peligro, igual que adentro, con todos estos lobos Luna que me quieren muerta y tal, y hasta pudieron haberme linchado ayer, de no ser por la intervención de Kala.Sin embargo, si los planes de Bernard no han cambiado, su jauría allá afuera no me tocaría un solo cabello.“Pero sí que nos capturarían y nos meterían en una celda roñosa y nos harían quién sabe qué”, me responde Aella.“Y a nuestra escolta sí que la matarían, sin pensarlo dos veces”, le respondo y ella respira hondo.De hecho, es lo que me preocupa.Ellos quieren capturar y matar alfas, porque, de alguna manera ridículamente morbosa, ellos piens
La noticia de que los escoltas del antiguo alfa de la manada no me sigue acabando de gustar, en especial porque no creo en Zayn, cuando dice que ellos están más que dispuestos a velar por mi seguridad.Si eran incondicionales a Adrien, dudo mucho que le caiga en gracia que la causante de su muerte sea a quien deben cuidar ahora y no es que haya sido yo la que apretó sus fauces contra su cuello, pero para toda la manada Luna de Hielo e, incluso, la Zafiro, de alguna manera morbosa, malsana y mística, soy la culpable.Algo así como la mano que mece la cuna, más o menos.Entonces recuerdo algo importante.¿Ellos no habían sido los culpables de la muerte del antiguo delta, Raynor?¿Cómo rayos habrán convencido a Zayn para que este confiara su vida a ellos?Siento que hay algo muy sospechoso por aquí, porque si hay algo de lo que estoy segura es que ese alfa es mu
Si hay algo que me enseñó mi padre fue la manera de jugar a la diplomacia, mientras conseguía todo lo que quería de sus futuros adversarios financieros y, sí, sé que mi padres era despiadado a la hora de acabar con lo que le estorbaba, pero nadie podría negar que era muy bueno en eso.Eso no significa que haya aprendido bien ese arte que, por cierto, no se hereda o se pega de alguna manera cósmica. De hecho, hace un momento perdí la batalla en manos de Zeira, a pesar de que traté de dar un argumento más o menos decente."Eso no fue un argumento más o menos decente", indica Aella, "más bien, fue un chiste de mal gusto"."Tampoco te vi aportando ideas, cariño", le respondo.Entonces la rabia empieza a apoderarse de mí, recordando lo que ocurrió esta mañana con mi nana y quisiera que pague, pero Aella tiene razón. O la manera en que t
“¡Ajá, ajá!”, canturrea a Aella en mi mente y yo solo pongo los ojos en blanco. “¡Es solo un niño!”, le recuerdo, “se supone que somos las adultas por aquí, las que debemos poner el ejemplo”. “Él es un brabucón en toda regla”, me recuerda, “además de que se estaba metiendo con su prima, aprovechándose de su tamaño y su fuerza”, añade con un gruñido, “¿te imaginas cuántas veces debe haberle hecho lo mismo a la pobre Kala?”. Y es cierto. Según lo que nos ha contado Mara, sus primos la trataban peor que a una esclava y debe ser normal para este tal Lúcian intimidar a Mara tantas veces como le ha dado la gana, cobijado bajo el ala de su madre, que de seguro lo animaba para que lo hiciera, tanto a él como su otro hijo. Entonces miro detrás de mí y veo que Mara ya se ha recompuesto de la amenaza de su primo o de la transformación que acabamos de tener, cualquiera de las dos situaciones, en todo caso. ― ¡Discúlpate con tu prima! ―le grita Aella a tra
La mirada de Kala es de consternación y supongo que no le agrada para nada que las cosas no salieran como ella esperaba y debo añadir que tampoco esperaba que este encuentro se diera como hasta ahora. “Sí, debimos encontrarla a solas, en un callejón oscuro y con mis fauces en su cuello, de preferencia”, me dice Aella, aún eufórica en mi mente. “¿Qué, ahora somos carteristas de poca monta o qué?”, le respondo haciendo un soplido y ella pone los ojos en blanco, “creo que debes dejar de ver películas de detectives, me parece”. “Solo quiero que admitas que eso es lo que te gustaría, Sia”, trata de que me sincere, pero, lejos de eso, lo que quiero es otra cosa. “Lo que en realidad me gustaría es estar en una playa en Tahití, Aella”, le confieso y ella pone los ojos en blanco, “con una trago en la mano y con Aike a mi lado, sabiendo que ya todo el mundo está fuera de peligro y con Bernard muerto o en un calabozo diminuto, donde no entre la luz del sol”, le
“Tienen suerte”, dice Aella y yo frunzo el ceño porque no entiendo a qué se refiere, “lo primos de Mara tienen suerte de que Zayn se haya aparecido por aquí, quiero decir”.“Yo diría que nos ha salvado de una situación incómoda e incluso peligrosa, más bien”, señalo y ella respira hondo, “no podemos ser como antes, cuando nos liábamos a la primera que nos provocaban. Tenemos una deuda, ¿recuerdas?”, le digo y ella asienta con la cabeza, “si metemos la pata, no solo estaría en juego nuestra cabeza, sino la de Aike y todos los miembros del concejo del alfa, gente a la que queremos”.“Sí, tienes toda la razón”, concuerda, “la verdad es que nos hemos comportado como unas majaderas, al seguirle el juego a esos dos, pero yo tengo una excusa, soy loba, en cambio tú eres una brabucona nata”, me dic