Cierro los ojos con fuerza, tratando de que el cansancio me venza y al fin pueda dormir, sin embargo, no pasa ni lo uno ni lo otro, porque no estoy tranquila y es que hay demasiadas cosas en qué pensar.
Está Aike, obvio, pero más allá está toco lo que ha ocurrido con su hermano, en un odio tan grande que lo ha traído a mis brazos para desahogarse, ante la frustración por bloquear todo intento de guerra o lo que él asume, que la empresa que sostiene a la manada está en una posible bancarrota.
Claro que yo sé más, que no tiene que asumir ni inferir ni tomarlo como una posibilidad.
Esa empresa está en bancarrota.
Y diría que eso es lo que más me interesa de todo lo que ha ocurrido, pero ahí está, justo entre mi cabeza y mis hombros, listo para ser cortado en mil pedazos por el alfa, el verdadero alfa de la manada.
Entonces está ese otro problema. Ese escudo de frialdad que me ha protegido durante toda mi vida, ahora se siente débil, con una loba
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Ambos me miran atentamente, porque estoy segura de que ninguno de los dos se esperaba que yo siguiera alargando esta conversación, ya que lo lógico sería echar por las buenas o por las malas a Valentine de nuestra habitación y que Aike y yo retomemos todo donde lo dejamos. Nada me agradaría más que eso. Sin embargo, no creo que ellos se hayan percatado del peligro que significa el vínculo que hay entre Adrien y yo a través de la marca y que todo se puede ir al demonio si él me percibe antes de ser acusado y juzgado por todo lo que me hizo. Creo que Valentine se ha dado cuenta de lo que quiero decir, porque está mirando en mi dirección y está asentando con la cabeza. ―El concejo del Alfa será a primera hora, claro está―dice Aike, quien desliza su mano por mi mejilla, lo que me provoca escalofríos―no es algo que deba esperar un minuto más. ―Creo que Sia se refiere a que Adrien no debe verla hasta que convoquemos al concejo―le responde Valentine―
―Ahora a vestirse―le digo y le doy una nalgada que lo sorprende―ya estás retrasado para el concejo del alfa―agrego y él pone los ojos en blanco y trata de protestar, pero está riéndose tanto que no puede tomarme el pelo― ¿qué, no dijiste que ibas tarde? ―Y tú dijiste que te ibas a portar bien, si te bañabas conmigo―me responde y yo le sonrío―voy al armario a vestirme. ―Te sigo―le respondo y cierro la llave de la regadera y lo sigo, para ponerme un pantalón cómodo y un suéter. Ambos nos movemos hasta la puerta de la habitación, justo cuando se escuchan golpes y vemos que Valentine está en el umbral. ―Cierra la puerta con llave―me pide Aike y me da un beso en la sien. ―Por supuesto―le aseguro y me acerco a su costado. No quiero que ni de por casualidad Adrien me llegue a ver. Ambos se despiden de mí y se van, así que me voy a la cama porque aún está oscuro. ~~~ Me despierto con los primeros rayos del sol y el olor del desayuno, l
"Me siento cansada", me dice Aella, luego que terminamos el ejercicio con Van, "creo que no estoy en forma"."Creo que puedo tomar el control de aquí en adelante", le indico y ella accede, así que salgo del fondo de mi mente y retomo mi cuerpo.―Aella está cansada―le digo a mi instructor y él asiente con la cabeza.―Es comprensible―me dice Van con las cejas arqueadas―ha hecho mucho esfuerzo, porque muy pocas recién convertidas logran enlazarse mentalmente a la primera.―Creo que también ha ayudado que he aprendido a concentrarme―le respondo y él me mira con curiosidad―los últimos dos años he hecho ejercicios para controlarme física y mentalmente, muchas artes marciales principalmente.―Eso explica mucho lo que han logrado ambas aquí y ha dado sus frutos―me responde sonriente―la clave para aprender enlace mental es la disciplina y la concentración, que también
Entonces Van nos mira a ambas.―Ahora que sabemos a dónde va Harald y que va a distraer a Adrien, debes esconder a Sia en el archivero, hasta que empiece el concejo, allí estarán seguras, porque ni Harald le gusta usarlo―le dice a Mara y esta asiente con la cabeza―apresúrense―nos pide y toma a Mara por el codo― ¿recuerdas el patrón táctil de los beta?―Por supuesto que sí, amor―le dice con ternura.―Pues ve y escóndanse hasta que yo les indique. Yo me encargaré de distraer a Harald mientras tanto―le dice―y Mara, lo que dije es cierto, no voy a permitir que nos separen esta vez. Fui un tonto al creer en mi hermano la última vez y te juro por la diosa que eso no volverá a pasar.―Te creo, cielo―le responde ella y le da un beso en los labios―y aunque tengamos que vivir debajo de un puente, te prometo que voy a pelear contra ellos. Ya soy adulta, ya no pueden afectarme ninguno
Las miradas de todos están puestas en Harald, quien es el último miembro del concejo del Alfa que debe dar su veredicto. Se nota dubitativo, como si la decisión a tomar fuera demasiado difícil.Adrien es un miserable que le importa un bledo con los demás y debería ser castigado por todo lo que nos ha hecho a mí y a mi familia.No hay nada más que pensar ahí.Luego está Aike.Él llamó monstruos a mis padres, los seres que más me han amado en todo el mundo. Tendrían su manera de pensar, actuaban como lo que eran, millonarios en toda regla. Pero, más allá de eso, vivían rodeados de pirañas que solo querían destrozarlos, que solo esperaban verlos caer, tal como lo hizo Adrien, que se encargó de liquidarlos de la manera más cruel, siendo yo su arma para su fin.Sé que muchas cosas que hacían no
Entonces todos salimos del despacho del alfa, para ir a almorzar al comedor común, que hoy está casi vacío porque la mayoría de la gente que trabaja o entrena está descansando por ser fin de semana. Aike se sienta en la cabecera, como siempre desde que estoy aquí, pero todos me miran cuando ocupo el puesto a su lado y si a alguien le quedó alguna duda, pues, sí, soy su pareja oficial. Entonces veo a una mujer sentada al lado de Harald, de la cual no me había importado saber quién era hasta ahora que la veo decirle algo al oído del beta, mientras mira en mi dirección, cosa que no me sorprende, considerando lo metiche que son los lobos. Asumo que esa debe ser Amaya, la tía de Mara. Es un tanto parecida a Hal y creo que Mara debe sacar el cabello rubio y los ojos azules de su madre, con muchos de los rasgos de su padre, pero para nada a sus tíos. Me doy cuenta de que no es que me están mirando a mí, sino a lo acaramelado que están Mara y Van, que se encu
―Siento tomarte como paño de lágrimas literalmente―me dice Mara cuando se repone después de tanto llorar―pero es que, es que―gaguea y yo siseo para que no vuelva a llorar. ―Ya, ya―la consuelo y ella absorbe por la nariz. Por un momento pensé en lo fuerte que era, por tener que escuchar toda esa retahíla de parte de su tía, pero supongo que ni la persona más fuerte puede aguantar escuchar a alguien decir tantos insultos sin responder. "No deja de ser fuerte por llorar", me responde Aella, "solo está dejando salir el veneno que ha dejado esa tía tan dañina". "Ni que lo digas", señalo, "de haber tenido a una persona tan torturadora en mi vida, ya me hubiera pegado un tiro". "Agradezco que no nos hayas pegado un tiro, muchas gracias", indica, "pero no necesitamos a nadie que nos torture, ¿verdad?", me dice y quedo extrañada. "¿A qué te refieres?", le pregunto, pero no me contesta. ―Deberíamos enjuagarnos la cara―le digo a Mara, tra
La velada termina tan tarde que no nos queda más fuerza para hacer absolutamente nada, así que Aike y yo nos quedamos dormidos abrazados, como ya lo hemos hecho por dos noches. Entonces me despierto en mitad de la noche, con las energías renovadas y unas ganas urgentes por el cuerpo que está pegado a mi espalda, así que paso mi mano por la virilidad de Aike, esperando que también se haya recargado de energía y encuentro que es así, porque se longitud empieza a despertar con mi toque. ―Mmm―ronronea en mi oído de manera perezosa y yo muevo mis labios para darle un beso ligero, mientras lo sigo masajeando, lo que provoca que él se mueva arriba y abajo por mi cola. Entonces se aferra a mi centro con sus dedos, el cual está mojado y listo, tal como a él le gusta―nos despertamos entusiasmados me parece―me susurra y me baja mis bragas solo a medias, justo lo suficiente para masajear mi clítoris con mayor facilidad, mientras introduce su dedo por mi abertura, lo que hace que