El cuerpo de Zeira está siendo acunado por su hermano en la celda donde ahora se encuentra el tal Goran inconsciente, producto del dardo que le acabo de disparar, en tanto que el alfa de la manada la mese adelante y atrás, tratando de encontrar algo de consuelo, mientras la abraza, y entonces no estoy muy segura, pero me parece ver cierto brillo en sus ojos, como si pequeñas lágrimas estuvieran a punto de salir.
Entonces saco fuerzas de donde no tengo y me dirijo hasta donde se encuentra arrodillado, porque alguien tiene que devolverlo a la dolorosa realidad.
―Tenemos que salir de la mazmorra, Zayn, por favor―le pido y miro por instinto hacia atrás, a donde se encuentra el desgraciado omega causante de toda la escena enfrente.
“No puedo creer que Zeira esté a punto de morir”, me dice Aella.
“Yo tampoco, Aella”, le respondo con el corazón pesándome una tonelada, “pero ya tendremos tiempo para lamentarlo, ahora tenemos que preocuparnos porque Zayn salga
El pasillo del primer piso del ala delta de la manada Zafiro se encuentra ahora en penumbras. No es algo que me moleste, pues, siendo loba, la oscuridad es igual que el día, ya que puedo ver perfectamente bien en ambos ambientes. Y fuera lo mismo, de no ser por el alfa que se encuentra ahora sosteniéndose en una de las paredes, como si se sintiera débil repentinamente y el muro fuera lo único que lo sostuviera. Y no puedo dejar de sentirme mal por él. ―No somos animales, ¿sabes? ―me dice y me deja desconcertada―el primer pecado nos convirtió en lo que somos, pero tratamos de volvernos más humanos, dentro de nuestra condición de lobos, claro―prosigue y yo me quedo callada, para que siga desahogándose―aunque lo que le vamos a hacer con Goran es más de humanos que de lobos. ― ¿De qué estás hablando? ―inquiero con demasiada curiosidad, porque siento que me perdí de algo por aquí, como si los pensamientos del alfa estuvieran mucho más allá de lo que está d
La frustración de Zayn se refleja en su semblante al ver la cara de su hermana tan gris y sin vida y trata de calmarse sin lograrlo, sentándose en el sillón reclinable del que se acaba de parar la tal Andrea, caminando de un lado para el otro como un orate y tomando la mano de su hermana para comprobar que todavía tiene una chispa de vida, y haciendo todo de vuelta, como si no encontrara tranquilidad en ninguna de esas cosas. Luce como una fiera enjaulada. Lo cierto es que lo entiendo perfectamente bien y si estuviera en sus zapatos, me sentiría tan miserable como se ve y está visto que ser el alfa de una manada tan poderosa como la Zafiro no lo blinda de recibir cada sinsabor, como cualquier otro lobo. Es cuando Van y Mara se presentan en la habitación de Zeira, tal como él lo solicitó, haciendo malabares con una pila de libros entre sus brazos, así que supongo que está trabajando exactamente lo que venía a hacer, consultar la biblioteca zafiro. Mara que lo
Zeira luce tan apacible en la cama, que me da envidia, durmiendo el sueño de los justos.Es verdad que no debería ser tan sincera, pero el estar en paz en medio de toda esta guerras debe ser algo bueno. Se ve tan bien, que hasta me parece que le ha vuelto un poco el rubor, lo cual sería una muy buena señal.Entonces tengo un deseo incontrolable de que en verdad tenga rubor y esté descansando lejos de estar al borde de la muerte.Decido que es mejor distraerme, esperando que el tiempo ayude a curarla y que sea verdad que le está volviendo el color a las mejillas.Con ese pensamiento, la silla reclinable que está contigua a la cama de Zeira se ve demasiado tentadora para que pueda recostarme, luego me cubro con un edredón que se encuentra en uno de los reposabrazos, para abrigarme y tomo el fulano libro de cuentos que me acaba de pasar Van y empiezo a leer el índice cuáles son los t&iacut
SueñoMe encuentro desconcertada.Estoy en mitad de un pueblo con calle de tierra y gente ataviada con vestidos de otra época, como de varios siglos atrás, las mujeres tienen trajes que les llegan hasta los tobillos y mangas que llegan hasta las muñecas, muy bien adornados con cintas y encajes. Los hombres, por su parte, lucen pantalones y camisas muy bien planchadas y totalmente impecables, con sus zapatos muy bien lustrados, a pesar del polvo de las avenidas y callejuelas.Hay niños correteando por la calle aquí y allá, mientras que las niñas están vestidas como si fueran unas muñecas de cerámica, luciendo como pequeñas damas de sociedad. También veo un sacerdote con una larga sotana y un sombrerito muy ridículo, quien está haciendo la señal de la cruz al tropezarse con una chica bastante guapa que lo ha saludado.
La cara de Zeira pasa de la extrañeza al la sorna en un abrir y cerrar de ojos, ante mi reacción y es que no es para menos, considerando todo lo que pasó entre Zayn, Goran y ella. Incluso yo tuve que intervenir, para que no hubiera más bajas. ―Pero ¿qué te ha dado, que ahora saltas y brincas de la emoción? ―me dice y me detiene en seco, ante el arranque de euforia que me acaba de dar― ¿y qué ha pasado con la fría Sia Savage que tanto me agradaba? ―Sigo aquí―le aseguro y ella se ríe―es solo que… que…―las palabras me faltan, por solo de ver que está bien, se me hace un nudo en la garganta―nunca había estado pendiente de alguien que estaba al borde de la muerte, como lo estabas tú. ―Pues, mírame―me responde y abre sus brazos para que la vea de pie a cabeza―estoy bien, como si no hubiera tenido que luchar en contra de un lobo omega de linaje antiguo y toda la cosa―indica con un bufido. ―De linaje antiguo y con mucha energía, porque vaya si le dio lata a t
―Algo parecido le había comentado a Sia hace un rato―Zeira se burla de mí y yo pongo los ojos en blanco―y Myrtle es una excelente cocinera, debo decir, así que sería un desperdicio que muriera tratando de salvar a su querida Sia de la inanición―continúa el chiste y yo no puedo evitar reírme por lo bajo. ― ¿En serio tienes miedo por ella? ―le sigo el chiste―se nota que no la conoces―me río y ella pone los ojos en blanco―si no le tiene miedo a un alfa o dos, dudo que le tenga miedo a toda una horda de omegas de Gerd. ―Eso es verdad―asegura Mara con una sonrisa―la he visto enfrentar al propio Aike, el que ha quedado sin palabras ante sus argumentos―continúa el chiste y tanto ella como Van no pueden resistirlo y se ríen a carcajadas. Incluso Zeira y Zayn se ríen, ante la mirada de los beta y delta zafiro, quienes no se ven nada contentos por la camaradería que estamos demostrando todos los que vinimos desde Luna de Hielo. Incluso miran a su alfa bastante molestos
Entonces me entra un ataque de risa, tan fuerte, que deja desconcertados a todos. Es tan grande mis ganas de reír, que tengo que agarrarme el estómago, porque sus comentarios han sido totalmente fuera de lugar, como si no supiera quién soy o cuál es mi pasado, porque, vamos, todo el mundo por aquí sabe las razones por las cuales me convertí en loba.Tomo varias bocanadas de aire, para poderme calmar y ver por dónde empiezo a explicarle a este tonto lo equivocado que está, pero solo se me ocurre decir una sola palabra.―Tahití―le digo y azoto con mis manos la mesa que tengo enfrente de mí, mientras rechino los dientes de la pura rabia que me causa que todavía, después de dar miles y miles de explicaciones, haya gente que cuestione el interés que tengo por quedarme aquí a arriesgar mi vida, por tontos que ni siquiera conozco en realidad. Entonces, él frunce el ce&ntil
La mirada de ambos alfas están entrelazadas, como si estuvieran en una contienda silenciosa que ninguno de los dos quiere terminar. Se puede ver claramente lo parecido que son, no solamente por su físico, sino también por la manera en que lucen las facciones de sus caras, como si lo hubieran practicado en un espejo. “Creo que Zayn está frente a frente con la horma de su zapato”, me dice Aella y yo quisiera reírme, de no ser porque no creo que sea muy seguro hacerlo ahora. “Yo diría, más bien que estos dos saben la determinación del otro”, le respondo y como no me entiende, añado, “pues, que tienen el mismo genio y la misma terquedad y la misma tenacidad, así que están viendo cómo doblegar al otro”. “Pues, con el perdón de Zeira, yo voy a poner mi dinero en Zayn”, indica y yo pongo los ojos en blanco, “después de todo, él es el alfa”. ―No vamos a tener esta conversación, Zeira―le responde el alfa, demasiado cabreado, aunque no estoy muy segura de que l