—Casate con mi hijo—dice Thomas sin tacto.
Claudia se da un golpe en la frente y se avergüenza de su hermano. Mientras Liv se le queda mirando a Thomas parpadeando pensando que lo que escucho es una broma.
Ella no podía creer lo que su jefe le acababa de decir, de todas las cosas que se imaginó que ocurrirían jamás pensó que esas cuatro palabras serían dirigidas a ella.
—Pudiste ser más cuidadoso, Thomas—le regaña su hermana más sin embargo él prefería las cosas así, directas.
Esa mañana Claudia había llevado a Olivia a la oficina de su hermano con la excusa de que se le daría respuesta por el préstamo que ella había pedido.
—Yo...yo...—Liv no sabía que responder simplemente seguía en shock.
—Mira, voy a ser sincero niña—comienza a explicarle Thomas a la muchacha—. El dinero que pides es demasiado y ni con diez años trabajando para nosotros podrías pagarlos, en cambio te ofrezco ese dinero y un monto extra con la condición de que te cases con mi hijo por dos años después de los dos años te aseguro que nada le faltará ni a tí ni a tu familia, es un buen trato si me lo preguntas.
—¿Me está pidiendo que me casé con su hijo?—pregunta Liv todavía confundida.
—A cambio del dinero que necesitas más el futuro asegurado de tu familia, sí—le responde Thomas rotundo.
La muchacha le dio una buena impresión, lo único era que era muy tímida e inocente y su hijo cuando tuviera la oportunidad la destrozaría.
—No puedo—responde Liv temblando.
—No tienes que hacerlo si no quieres—se apresura a intervenir por fin Claudia arrepintiéndose de haber dejado que Thomas hablar con Liv.
Thomas le pasa una carpeta a Liv.
—Leelo, piénsalo y luego me das tu respuesta—Liv lo toma entre sus manos saliendo de la oficina.
Intenta respirar tranquila pero el aire se le vuelve pesado, no, ella no puede casarse.
Odiaba la idea de un matrimonio sin amor, ella no quería la misma vida que sus padres que solo se casaron porque ella llegó a sus vidas.
Liv fue testigos de la infelicidad de ellos y ella quería ese tipo de romances empalagoso. Liv quería su felices para siempre.
El sonido de su teléfono la hace despertar de sus divagaciones. Pero deseo no haber abierto ese mensaje, el que definiría su vida para siempre.
“Tic, Tac se te acaba el tiempo, muñequita.”
Se leía en el mensaje más una foto adjunta de su madre con su hermanita camino a la escuela. Las lágrimas no tardaron en hacerse presentes y desbordarse por su cara, cerro los ojos y quiso imaginar que era una pesadilla que su madre y su hermana no estaban en peligro pero al volver a abrir los ojos volvió a la realidad.
Fijo la mirada en la carpeta que podría ser la única solución a su problema y sin perder tiempo se puso a leer el contrato matrimonial.
***
Su padre estaba loco, Joder. No podía hacerle eso.
Dorian caminaba de un lado a otro molesto. Thomas Sinclair le había quitado todo en un abrir y cerrar de ojos. Y lo peor fue la condición que le dio para tener todo de vuelta.
No, no y no, él no se iba a casar jamás. No volvería a pisar una estúpida iglesia en su vida.
—Calmate, Dorian—le pidió William.
—Como quieres que me calme, M****a. No, no le voy a casar.
—Tienes que hacerlo si quieres tener tu vida de principito otra vez—soltó Jason con algo de resentimiento disimulado.
—Mi papá, la herencia y su dinero se pueden ir todo a la mierda—escupió Dorian todavía molesto.
—¿Y cómo piensas subsistir, primo? Sino sabes ni lavar un plato—se burló William.
—Joder—suelta Dorian llevándose la manos a su cabello frustrado—. Puedo buscar trabajo—considero.
Ni Jason, ni William pudieron contener la risa, ganándose una mala mirada por parte de Dorian.
—Primo, la única solución es que aceptes casarte, no veo de otra—dijo William más calmado.
—¿Por qué no te casas tú y heredas ese puta empresa?—le pregunto Dorian a su primo—. Tienes las misma oportunidad que yo.
Y sí, William también podía heredar la empresa familiar más nunca heredaría ya que no era el nieto favorito de su abuelo y tampoco quería serlo.
—No me interesa—dijo encogiéndose de hombro—. En cambio a tí siempre te emocionó hacerte cargo de SINCLAIR. Lo que no entiendo que fue lo que te hizo cambiar de opinión de la noche a la mañana.
Dorian desde pequeño fue mentalizado para heredar la empresa familiar y desde niño le hacía ilusión imaginarse siendo igual a su padre sin embargo desde ella, su perspectiva de la vida había cambiado.
—Debo regresar a trabajar—hablo Jason marchándose por la puerta.
—Y yo hacer algo con mi vida—le siguió William dejando solo a Dorian pensativo.
Dorian se sentía presionado y confundido, sin saber que hacer. No quería casarse estaba muy seguro de eso pero ese viejo sueño de hacerse Ceo de la empresa lo estaba atormentando.
Toda su vida había girado entorno a eso desde siempre y no era que sé lo habían impuesto ya que a él si tenía interés en formar parte de su legado familiar, lo llevaba en la sangre, lo sentía en todo su ser.
Pero lo había abandonado ¿Y todo por qué? Por ella. Estaba dejando sus sueños de lado por ella, desde que la había conocido había sido así, dándole todo lo que pudo para complacerla para que al final se fuera y lo dejara vacío.
Con rabia fue hasta donde tenía guardado una botella de whisky y sin importarle que todavía fuera muy de mañana, se tomó dos tragos antes de buscar su teléfono.
Marcando el número de su padre llamó esperando que contestara y al tercer timbrazo la voz de su padre contesto.
—Acepto—fue lo primero que Dorian dijo—. Me casaré y me hare cargo de la empresa.—termino de decir antes de colgar y seguir bebiéndose el whisky hasta embriagarse.
Tenía que ser una mala broma, piensa Dorian al ver la estúpida invitación en sus manos. Su ex prometida se iba a casar y no solo eso sino que lo había invitado a su maldita boda.—¿Me estas escuchando, Dorian?—pregunta Thomas molesto.Dorian de mala manera guarda el teléfono en el bolsillo de su pantalón.—Te estoy escuchando, papá—dice mirándolo a la cara—. Estamos acá para convencer a Maldonado de invertir con nosotros.—¿Entiendes lo importante que es esto, verdad?—le pregunta Thomas más relajado.—Lo entiendo—suelta Dorian suspirando.—Una vez que hablemos con Maldonado tienes vía libre para divertirte—le dice dándole una palmada en la espalda—. Solo no te pases, recuerda que tienes una prometida.Una prometida, que aún él no conocía.Al parecer todo estaba pactado, así que no había escapatoria. En unos meses habría boda y él ni siquiera le había visto la cara a la chica que aceptó casarse con él.—El lunes nos reuniremos con Olivia para firmar el acuerdo de confidencialidad y deb
Liv no podía explicar lo que sentía por aquel desconocido, las sensaciones que ese hombre misterioso le provocaban con tan solo una mirada la inquietaba, poniéndola nerviosa, la confundía pero sobretodo la atraía.Era un hombre alto, de cabello castaño y unos impresionantes ojos de color marrón eso era todo lo que podía apreciar de su rostro debido a una máscara que le cubría casi por completo la cara.Mientras Dorian sólo podía darse el pequeño lujo de observarla, analizarla, contemplarla.—¿Entonces que dices? ¿Me dejas pagarte un trago en reposición del que se te desperdició?—insiste Dorian con su más galante sonrisa.—Yo no...no es necesario—tartamudea Olivia algo sonrojada.—No acepto un no por respuesta—sonríe al ver el sonrojo en la chica algo que le causó un poco de ternura y lo encendió por partes iguales.Dorian se encontraba confundido ya que no había experimentado todas esas sensaciones antes.—Está bien—acepta por fin Liv intranquila.Todo en ese hombre la ponía nerviosa
Entre besos y tropiezos Dorian logró guiarla hasta la habitación en donde dormirían esa noche.Él estaba fascinado y sentía hervir su sangre con cada beso sin embargo él podía sentir lo nerviosa que se encontraba esa hermosa chica que se estremecía en sus brazos.Así que bajo la velocidad de los beso pero aumento la intensidad, él quería que ella lo disfrutara que olvidará por completo que eran desconocidos, quería que ella se entregará por completo a él.Liv se sentía perdida en la marea de sensaciones que ese misterioso hombre le hacía sentir con cada roce, con cada beso, con cada caricia a tal punto de olvidar hasta su propio nombre.Ambos solo se estaban dejando llevar por el momento tan único que los dos se estaban encargando de dejar grabados en la piel del otro.Dorian cuando sintió que su hermosa dama estaba mucho más relajada se encargó de bajar el cierre del vestido turquesa que lo había dejado sin respiración apenas la vio, lo bajo con cuidado y lentitud sin querer asustar
Liv serpenteaba caminando de prisa por las calles sintiéndose más ligera, por lo menos había podido pagarle una parte adelante a los delincuentes que ya empezaban a asfixiarle con amenazas.Aún sentía las consecuencias de el ataque de nervios y miedo que sufrió al enfrentarse a ellos de nuevo.Estaba hecha un desastre cargaba una que otro rasguño pero por lo menos había podido evitar llorar como una niña.Después de esa noche en la que estuvo en el cielo los días siguientes se convirtieron en un infierno cuando al llegar a su casa volvieron a atacarla y amenazarla de nuevo presionándola.Había pasado varios días de esa noche que se había marcado en su piel para siempre.Liv no pudo evitar sentir decepción cuando a la mañana siguiente al levantarse se encontraba sola en la habitación. Sí, ella sabía y tenía en claro que el misterioso desconocido solo le había prometido una noche sin embargo pensó...niega con la cabeza desviando el rumbo de sus pensamientos.Ella había aceptado y aunqu
—Suelteme—intento alejarse ella sin verlo a la cara debido a que las lágrimas le eran imposibles de frenar y estaba empezando a odiar que él fuera el motivo de su llanto.Estaba cansada, lastimada y humillada.Solo quería irse a casa darse un baño y llorar a solas en la tranquilidad de su cuarto. Ya no quería fingir ser fuerte, estaba derrotada y ya no le importaba nada.—Olivia—pronuncio su nombre despacio llamándola a lo que ella no pudo evitar levantar la mirada como si obedecerlo estuviera en su sistema.A Dorian se le oprimió el corazón al verla tan vulnerable, a él siempre le había molestado ver a las mujeres llorar y mucho más si era su culpa pero últimamente había sido el causante de muchas lágrimas.Esa chica era una sombra de la mujer que conoció esa noche.Llevaba ojeras como si no hubiera dormido en varias noches, desarreglada, se veía terrible y sin embargo el aún la seguía viendo tan hermosa.Las lágrimas seguían cayendo en silencio por sus mejillas mientras le mantenía
Dorian se adentra por los pasillos de la empresa con pasos seguros y con la mirada en alto. Él puede escuchar los murmullos a su alrededor y uno que otro suspiro que algunas empleadas dejan escapar cuando lo ven.Antes pensaba que era por lo apuesto que le parecía a las féminas, no lo pensaba porque fuera arrogante sino por la cantidad de chicas con las que Dorian había estado que se lo habían dicho infinidades de veces pero en realidad él estaba empezando a creer que su verdadero atractivo vendría acompañado de los millones de dinero que se cargaba en su cuenta bancaria.Últimamente ese pensamiento lo perseguía por todas partes.Dorian deja atrás esos pensamientos inútiles, él no estaba ahí para seguir con su autocompación.Hoy él empezaría a representar su papel en la empresa, su padre había sido bastante claro con él. Debía integrase lo antes posible para así estar preparado para asumir como CEO cuando su padre por fin se retire después de que se casará con Olivia.Olivia, él solo
En seis meses ella se casaría, en seis meses sería la señora Sinclair y esa idea no la emocionaba en lo absoluto por lo menos no como pensó que se emocionaria si todo hubiera sido diferente. Si tan solo Dorian y ella fueran una pareja enamorada recién prometidos normal.Liv siente como su mundo de tambalea, Dios ella aún no se hacía la idea de casarse con un desconocido y ahora debía también trabajar con él.Cierra los ojos rescostandose en una de las paredes no tan alejadas de la oficina del Señor Sinclair o mejor dicho su futuro suegro.—Oye, ¿Estás bien?—dice esa voz con la que lleva fantaseando desde que piso esa empresa lo que logra sacarle una sonrisa triste.—Estoy bien, Señor Grayson—logra hablar Liv desanimada.Era la primera vez que se dirija a ella pero se sentía tan agotada tanto física como mentalmente que no siente alguna emoción por el hecho de que Jason Grayson por fin le este dedicando su atención.—Esta muy pálida ¿Esta segura de que se encuentra bien?—Liv asiente a
Las manos de él recorría su cuerpo sin dejar ningún espacio sin tocar, haciéndola estremecer y llenándola de esas sensaciones placenteras que solo él ha sido el causante.De ella salían jadeos y gemidos incontrolables.—¿Te gusta, no? Te gusta lo que soy capaz de logar con tu cuerpo—dice en su oído con ese tono ronco que hace que solo lo necesite más.Ella es incapaz de emitir algún otro sonido que no sean de placer y él sonríe victorioso.Su cuerpo anhelaba sentirlo completo y él parecía tener el mismo problema ya que sus acaricias se estaban volviendo más rudas, más urgente.—Dorian—soltó en forma de súplica contra sus labios que dejaban besos dulces y necesitados—. Te necesito.El sonido de la alarma suena llenando el silencio de su habitación despertandola sobresaltada.Cierra los ojos respirando pesadamente, había vuelto a soñar con él.Ya habían pasado varias semanas que llevaba siendo su secretaria y ya había perdido la cuenta de las veces que se despertaba sofocada por este ti