Liv no podía explicar lo que sentía por aquel desconocido, las sensaciones que ese hombre misterioso le provocaban con tan solo una mirada la inquietaba, poniéndola nerviosa, la confundía pero sobretodo la atraía.Era un hombre alto, de cabello castaño y unos impresionantes ojos de color marrón eso era todo lo que podía apreciar de su rostro debido a una máscara que le cubría casi por completo la cara.Mientras Dorian sólo podía darse el pequeño lujo de observarla, analizarla, contemplarla.—¿Entonces que dices? ¿Me dejas pagarte un trago en reposición del que se te desperdició?—insiste Dorian con su más galante sonrisa.—Yo no...no es necesario—tartamudea Olivia algo sonrojada.—No acepto un no por respuesta—sonríe al ver el sonrojo en la chica algo que le causó un poco de ternura y lo encendió por partes iguales.Dorian se encontraba confundido ya que no había experimentado todas esas sensaciones antes.—Está bien—acepta por fin Liv intranquila.Todo en ese hombre la ponía nerviosa
Entre besos y tropiezos Dorian logró guiarla hasta la habitación en donde dormirían esa noche.Él estaba fascinado y sentía hervir su sangre con cada beso sin embargo él podía sentir lo nerviosa que se encontraba esa hermosa chica que se estremecía en sus brazos.Así que bajo la velocidad de los beso pero aumento la intensidad, él quería que ella lo disfrutara que olvidará por completo que eran desconocidos, quería que ella se entregará por completo a él.Liv se sentía perdida en la marea de sensaciones que ese misterioso hombre le hacía sentir con cada roce, con cada beso, con cada caricia a tal punto de olvidar hasta su propio nombre.Ambos solo se estaban dejando llevar por el momento tan único que los dos se estaban encargando de dejar grabados en la piel del otro.Dorian cuando sintió que su hermosa dama estaba mucho más relajada se encargó de bajar el cierre del vestido turquesa que lo había dejado sin respiración apenas la vio, lo bajo con cuidado y lentitud sin querer asustar
Liv serpenteaba caminando de prisa por las calles sintiéndose más ligera, por lo menos había podido pagarle una parte adelante a los delincuentes que ya empezaban a asfixiarle con amenazas.Aún sentía las consecuencias de el ataque de nervios y miedo que sufrió al enfrentarse a ellos de nuevo.Estaba hecha un desastre cargaba una que otro rasguño pero por lo menos había podido evitar llorar como una niña.Después de esa noche en la que estuvo en el cielo los días siguientes se convirtieron en un infierno cuando al llegar a su casa volvieron a atacarla y amenazarla de nuevo presionándola.Había pasado varios días de esa noche que se había marcado en su piel para siempre.Liv no pudo evitar sentir decepción cuando a la mañana siguiente al levantarse se encontraba sola en la habitación. Sí, ella sabía y tenía en claro que el misterioso desconocido solo le había prometido una noche sin embargo pensó...niega con la cabeza desviando el rumbo de sus pensamientos.Ella había aceptado y aunqu
—Suelteme—intento alejarse ella sin verlo a la cara debido a que las lágrimas le eran imposibles de frenar y estaba empezando a odiar que él fuera el motivo de su llanto.Estaba cansada, lastimada y humillada.Solo quería irse a casa darse un baño y llorar a solas en la tranquilidad de su cuarto. Ya no quería fingir ser fuerte, estaba derrotada y ya no le importaba nada.—Olivia—pronuncio su nombre despacio llamándola a lo que ella no pudo evitar levantar la mirada como si obedecerlo estuviera en su sistema.A Dorian se le oprimió el corazón al verla tan vulnerable, a él siempre le había molestado ver a las mujeres llorar y mucho más si era su culpa pero últimamente había sido el causante de muchas lágrimas.Esa chica era una sombra de la mujer que conoció esa noche.Llevaba ojeras como si no hubiera dormido en varias noches, desarreglada, se veía terrible y sin embargo el aún la seguía viendo tan hermosa.Las lágrimas seguían cayendo en silencio por sus mejillas mientras le mantenía
Dorian se adentra por los pasillos de la empresa con pasos seguros y con la mirada en alto. Él puede escuchar los murmullos a su alrededor y uno que otro suspiro que algunas empleadas dejan escapar cuando lo ven.Antes pensaba que era por lo apuesto que le parecía a las féminas, no lo pensaba porque fuera arrogante sino por la cantidad de chicas con las que Dorian había estado que se lo habían dicho infinidades de veces pero en realidad él estaba empezando a creer que su verdadero atractivo vendría acompañado de los millones de dinero que se cargaba en su cuenta bancaria.Últimamente ese pensamiento lo perseguía por todas partes.Dorian deja atrás esos pensamientos inútiles, él no estaba ahí para seguir con su autocompación.Hoy él empezaría a representar su papel en la empresa, su padre había sido bastante claro con él. Debía integrase lo antes posible para así estar preparado para asumir como CEO cuando su padre por fin se retire después de que se casará con Olivia.Olivia, él solo
En seis meses ella se casaría, en seis meses sería la señora Sinclair y esa idea no la emocionaba en lo absoluto por lo menos no como pensó que se emocionaria si todo hubiera sido diferente. Si tan solo Dorian y ella fueran una pareja enamorada recién prometidos normal.Liv siente como su mundo de tambalea, Dios ella aún no se hacía la idea de casarse con un desconocido y ahora debía también trabajar con él.Cierra los ojos rescostandose en una de las paredes no tan alejadas de la oficina del Señor Sinclair o mejor dicho su futuro suegro.—Oye, ¿Estás bien?—dice esa voz con la que lleva fantaseando desde que piso esa empresa lo que logra sacarle una sonrisa triste.—Estoy bien, Señor Grayson—logra hablar Liv desanimada.Era la primera vez que se dirija a ella pero se sentía tan agotada tanto física como mentalmente que no siente alguna emoción por el hecho de que Jason Grayson por fin le este dedicando su atención.—Esta muy pálida ¿Esta segura de que se encuentra bien?—Liv asiente a
Las manos de él recorría su cuerpo sin dejar ningún espacio sin tocar, haciéndola estremecer y llenándola de esas sensaciones placenteras que solo él ha sido el causante.De ella salían jadeos y gemidos incontrolables.—¿Te gusta, no? Te gusta lo que soy capaz de logar con tu cuerpo—dice en su oído con ese tono ronco que hace que solo lo necesite más.Ella es incapaz de emitir algún otro sonido que no sean de placer y él sonríe victorioso.Su cuerpo anhelaba sentirlo completo y él parecía tener el mismo problema ya que sus acaricias se estaban volviendo más rudas, más urgente.—Dorian—soltó en forma de súplica contra sus labios que dejaban besos dulces y necesitados—. Te necesito.El sonido de la alarma suena llenando el silencio de su habitación despertandola sobresaltada.Cierra los ojos respirando pesadamente, había vuelto a soñar con él.Ya habían pasado varias semanas que llevaba siendo su secretaria y ya había perdido la cuenta de las veces que se despertaba sofocada por este ti
—¿Que te pasa, Dorian?—la voz de Jason su mejor amigo lo trae de vuelta a la realidad.—Nada—dijo levantándose de la mesa para salir un poco de la mirada inquisidora de su amigo.Jason alza una ceja rubia intrigado por el raro comportamiento de Dorian.—¿Estás así por tu compromiso o por tu prometida?—pregunto Jason sin poder creer todavía que la dulce Olivia sea la futura esposa del ogro de su amigo.Esa pregunta hace que Dorian suelte un bufido.Ojalá su distracción se debiera a su compromiso arreglado eso sería más fácil de olvidar pero la verdad era otra y eso era lo que lo tenía frustrado e irritado.Porque sí, él estaba así por su prometida y no, no era fea si fuera fea o no lo hubiera tenido sin cuidado pero el problema era que esa mujer estaba en cada pensamiento desde que la conoció desde esa noche.Dorian se lleva las manos a la cara con frustración.—No me digas que te gusta Olivia—solto Jason perpicaz.Para él era obvio que su amigo estaba interesado en la pelinegra, si él