“Miman a los niños. Todos ustedes. Es por eso que alguien de – ¿cuántos años tiene ella? ¿Diecisiete? ¿Dieciocho? Por eso alguien de esa edad no sabe cocinar ni limpiar. ¡Malcriada, se los aseguro!”. Ella rugió la última de sus palabras, volteando el pescado que estaba friendo con agresión, sin impo
“¿Qué estás haciendo? ¡Date prisa y llévale esto al príncipe!”, me gritó Astrid. Me quedé con la bandeja temblando en mis manos, el miedo paralizándome de pies a cabeza. Yo no quería hacer esto, pero no tenía otra opción. No quería que Skylar implicara a Celeste si me negaba a hacerlo. Ella no desca
Las segundas parejas eran raras. De hecho, era raro encontrar pareja ni hablar de segundas parejas. Alrededor del veinte por ciento de los hombres lobo nunca encontraban a sus parejas y más del treinta por ciento de los hombres lobo encontraban a sus parejas después de aparearse con otra persona. So
Su mirada ardiente no se apartó de la mía mientras señalaba un asiento en el que caí con mis ojos tratando de evitar los suyos. Artemis estaba aullando de alegría, emocionadísima, pero me contuve de leer algún significado en sus acciones. Aprendí pronto que no podía sentirme decepcionada si no esper
“Intentaste envenenarme”. Maldita seas, Skylar. Te maldigo por ponerme siempre en aprietos y por obligarme a hacer algo tan terrible como envenenar al Príncipe Alfa. “Debería castigarte”. Mi corazón dio un vuelco ante eso. ¿El castigo para él significaba muerte o tortura? Yo sólo podía esperar lo pr
“¿De dónde vienes?”, preguntó Lucien con el ceño fruncido y las manos fuertemente cruzadas sobre su amplio pecho. Mi cabeza se apartó de su rostro para mirar mis zapatos mientras las olas de su ira amenazaban con enterrarme.“Fui a ver al Alfa”. Él se puso de pie mientras cerraba la puerta detrás de
“¿Por qué no me respondes? ¿Llevaste a cabo el plan de Skylar? ¿Qué quiso decir Jabari con “la luna”? ¡Contéstame, maldita sea!”. Él golpeó la pared al lado de mi cabeza, lo que me hizo alejarme de él. Él respiró pesadamente por la nariz y la boca.“Yo… no sé por qué estás haciendo esto. ¿Por qué es
“Primero, intentaste envenenarme y ahora, ¿me traicionas otra vez?”. El Príncipe Alfa rebuscó en una cómoda de espaldas a mí.Mientras mi loba aullaba de felicidad por nuestra proximidad, en mi interior me estremecí de terror, sabiendo que esto era malo, terrible para mí.Había dejado de negar que é