Mientras mi hermano y Samantha hablan sobre el plan, me siento bajo un árbol y observo a los niños jugar.

"¡Hola, niños!"

Se detienen y giran la cabeza hacia mí, diciéndome al unísono: "Buenas tardes, Luna".

"¿Se están divirtiendo?"

"Sí", me responden con entusiasmo.

Me uno a su juego. Los niños son encantadores y me lo paso tan bien con ellos que ni siquiera noto que alguien me está observando. Al volverme, me doy cuenta de que es el Alfa Erickson. Se me acerca con una sonrisa y se inclina.

"Hola, hermosa", me saluda y frunzo el ceño. Como no le respondo, saluda a los niños y ellos le responden con gusto.

"¿Qué haces aquí?", le pregunto, poniéndome de pie y limpiando la parte trasera de mis pantalones.

Se levanta, me extiende la mano y me pide: "Por favor, ven conmigo. Tengo algo que decirte". Miro alrededor y asiento con la cabeza, caminando a su lado.

"¿Qué querías decirme?"

"¿No estás disfrutando de mi compañía?", me dice.

Me detengo en seco y le respondo: "Si esto es lo que que