Punto de vista de Amos

Después de obtener la adoración y el respeto de los lobos Alfas, ya no soy solo un joven Alfa con una manada pequeña. Ahora tengo guerreros fuertes y el potencial de convertirme en el Rey Alfa gracias a la gran idea de un extraño sobre la sumisión de las manadas. Además, mis negocios mejoran rápidamente debido a inversiones realizadas hace años.

Me levanto de la cama y me acerco a la ventana, sonriendo al ver lo feliz que está mi gente. Construimos casas para aquellos que querían salir de la casa de la manada y más empleos para los jóvenes. Lo único que falta en mi vida es Anaiah. Necesito verla de alguna manera. Tal vez, si ella viera todo lo que hice, me aceptaría de nuevo y renunciaría a su título de reina.

Llamé al padre de Anaiah a mi oficina, y después de unos minutos, él entró y me hizo una reverencia. Mirándolo, me pregunto por qué no protegió a su única hija de la repulsión que enfrentó en la manada. Sacudo la cabeza y no puedo aferrarme al pasado.

"Alf