Mitchell: La reacción de todos solo dio para cortar unos tentáculos por parte de Le François y Mason mientras que nosotros esperábamos un ataque desde el cielo o detrás, pero nunca por debajo. Algunos simplemente se quedaron estupefactos viendo como todo había sucedido tan de prisa, como un demonio con tentáculos se había llevado a Elisa sin que ella pudiera haberse dado cuenta o defendido siendo su Esencia más evolucionado que de los que estaban a un lado. Louis se encontraba volando, él había presentido eso pero solo le había dado tiempo para huir o mi hermana lo había dejado. No podía responder a esa pregunta y tampoco nadie pudo preverlo o ¿sí?Los rayos y relámpagos habían cesado y los copos de nieve iban cayendo del cielo.Inmediatamente me sentí inútil, nunca lograba defenderla de las cosas que la hacían daño y si algo le dolía yo no sabía. No obstante, apenas asimilando la situación, Taka estaba teniendo una visión.—Va a volver —dijo aun en trance—. No sé si logrará esca
Demian:Ninguno podría superar la astucia del Duque, cada uno de ellos me parecían tan ineptos al tratar de salvarla de algo que no percibían. Podía sentir sus sentimientos de culpa, especialmente de Irianna, algo en ella me avisaba que guardaba algo, el haber abandonado a su sueño de ser Cazador Especial era como para sospechar que había descubierto algo, ese algo no lograba descifrarlo por completo. Con todas mis fuerzas intenté hacer todo lo posible para zafarme del poder del Cuervo, era en vano. Elisa había sido atrapada por el enemigo una vez más a las narices de todos los que supuestamente intentaban protegerla de ella misma y del enemigo. Aun así no lo lograban, Ville me lanzó una mirada tranquilizadora antes y después de que me hicieran devolverle los recuerdos que ella me había confiado. El tiempo en que estuve viviendo con él hacía ochenta años, no lo olvidaría nunca, le debía mi vida; viviendo por América y luego volviendo a Europa supe que era tan viejo como El Duque Se
Mitchell: No conocía a la persona que iba entrando junto a esos Clérigos que se habían llevado a Elisa, pero al notar la rigidez de la espalda de Le François supe que no era bienvenido en la Orden Negra. Su atuendo era de un color café oscuro, como si se tratara de un militar de alto rango, su gabardina casi le tocaba los talones, encima de estos iban colgados una serie de medallas y el escudo de la Orden Negra al lado derecho a diferencia de la de nosotros que era en el lado izquierdo. Su rostro cetrino era bastante serio, con unos ojos verdes aburridos y esa rubia cabellera lo hacía verse demasiado arrogante. Ambas manos las cubría con un guante blanco con un escudo de la Inquisición siendo esta una cruz con las puntas de espada que simbolizaban a los Clanes de la Orden Negra con una paloma blanca sobre ella como si la iluminara con la hoja de olivo que llevaba en su pico.A los lados venían esos Clérigos que ya había visto antes, con la capucha puesta y algunos con la cabeza rap
Demian:Los estruendos en el Gran Comedor se oían desde la enfermería, chillidos, aullidos y gritos se mezclaban con los cristales que se destrozaban sobre el piso. Todos corríamos, Will e Irianna eran los que estaban adelante mientras al ser más veloces que nosotros, muchos de los alumnos nuevos corrían con miedo mientras eran perseguidos por más de esas bestias que había matado minutos antes.Agnes estaba detrás de mí como si yo la fuera a proteger de nuevo. La verdad es que había matado a la bestia solo para descargar mi furia interna y el Cuervo por alguna razón lo había permitido. Después de aquello me dejaron libre con la condición de que uno de ellos debería estar a mi lado en la pelea. El director simplemente había desaparecido y quizá aparecido en el Gran Comedor a diferencia de Mason que por su herida aun no tan regenerada corría a la par nuestra.Justo cuando doblamos la esquina de uno de los largos pasillos que llevaban a las aulas, del gran comedor salió expulsado una
Mitchell: Abrí mis ojos oyendo enormes golpes, los candelabros que pendían del techo de la enfermería se movían, las ventanas que había al fondo se movían, los frascos que habían reemplazado nuevamente se movían al igual que su contenido. Y como era de costumbre, había caído al ver aquella criatura, me sentía cansado, con los huesos aun débiles y sin esa persona que estaba sentado al borde de mi cama, habría estado solo. Estaba acariciando al gato de mi hermana, Shukaku se llamaba y estaba enojado, pero no podía rasguñar a la persona que lo acariciaba aunque quisiera.—Shukaku siempre supo quién era yo, lo bueno es que no hablaba, sino, habría sido un gran dolor para Elisa perderlo. —No te atrevas —gruñí mientras me incorporaba.Su mano blanca pasaba de su cabeza a todo su cuerpo de una manera que no agradaba al minino blanco que intentaba sacar sus garras.—Le dolerá demasiado —repitió sin levantar los ojos, su oscuro cabello y sus pobladas cejas oscurecía demasiado sus ojos r
Mitchell:Ella estaba de espaldas cuando llegué al salón con ayuda de Shesina. Su corazón latía con miedo, con una profunda tristeza, con enojo. Sus ojos solo se fijaban en los muertos y no en sus amigos que estaban vivos. Estaba doliéndole demasiado ver a todos los caídos, todas sus líneas de vida se revolvían, ocasionando que su cabeza simplemente ya no aguantara más y saliera volando para que nadie la viera llorar y con una punzada, me di cuenta de que Marcus tenía razón.Miré a los lados y todos la habían contemplado, algunos simplemente no les había dado tiempo suficiente para reclamarle o agradecerle. Le François negaba con la cabeza.—Carga un enorme peso sin siquiera saber que no todo es suyo —dijo Shesina viendo en lo alto, observando como la nieve solo era producto de un hechizo maligno que nos mantenía encerrados.—Marcus tenía razón —dije, nunca podría protegerla si me encontraba siempre lejos de ella cuando pasaban las cosas malas.—Se aprovechó de muchas cosas, aun
Guarden a sus muertos"Si la muerte ha de llegar ante mí con garras y dientes, he de recibirla con honor y gloria hasta el último respiro"-Isadore Walker, Honor de un Exorcista.Mitchell: Ella había elegido, sus cuervos la habían abandonado. Y lo último que recordaba es que ella había tomado su mano y desaparecido con él en un remolino negro que iba hacia el vacío, y noté desaparecer la fina capa de protección ante mí.El gran Salón Bélico estaba atestada de personas que lloraba a los difuntos mientras que el recuperado Shesina, acompañado de un joven Cruz llamado Frederick Owen, era el que oficiaba la misa de los Santos Difuntos que los Cuervos habían preparado. Y éstos pasaban pequeños recipientes de hierro negro cargados de incienso y ciertas especias sobre los cuerpos que descansaban en basamentos de piedra que los Cazadores habían invocado formando siete columnas con catorce filas. Cinco de esas columnas contenían trece cuerpos bien arreglados para otra celebración fúnebr
Hay lecciones que mi padre me enseñó antes de morir que tenía en mi mente como si me lo hubiera dicho la tarde anterior, muchas de ellas era el de luchar siempre por un compañero. Él decía, mientras leía un libro sentado en una cómoda butaca de terciopelo rojo, con la mano izquierda descansando en el reposabrazos y su singular anillo de oro con jadeíta en su dedo anular y parado derecho y firme frente a él aunque no me viera recitando algún pasaje de la Biblia o de algún libro y el culminaba con un: “… así que recuerda Demian, un exorcista no es un compañero, es tu hermano, tu familia, tu sangre y no puedes permitir que tu sangre se pierda o te lo arrebaten. Tienes que pelear por su libertad, tienes que luchar cómo él lucharía por ti” y es lo que justamente intentaba hacer, luchar por Elisa.Sabía que ella lo había hecho pensando en todos nosotros y aunque no todos estaban de acuerdo con la importancia que le habían dado a su llegada, Schlunk había pedido especial trato con ella, esp