Replay

No quise ir a la escuela al iniciar la semana, y aunque Cam, como el Viejo Cam, me obligara, lo logró persuadirme y me mantuve dentro de casa todos esos días en los que Nery iba y venía de la escuela, contándome de esos chicos nuevos y trayéndome las nuevas noticias del colegio, de quién se había peleado con quién y quién salía con quién.

Tuve que asistir a clases el lunes de la otra semana en la mañana, me puse mitones para cubrir el tatuaje antes de salir y con el permiso de conducir, Nery y yo nos fuimos al colegio con Sonia. Se sentía bien ir en un auto aparte a estar soportando todo el bullicio del autobús escolar. Pero, el auto parecía querer hacerme daño al encenderse la radio en la estación favorita del abuelo. Y el dolor regresaba; al menos había dejado de llorar o quizá me quedé seca, como decía Nery y ella trataba de acostumbrarse a verme nostálgica. Era una chica rebelde pero comprensiva.

Aparqué a Sonia justo al lado de una Toyota Rav4 en color negro, del modelo más reciente. Algunos se burlaron de Sonia y como hacía el abuelo, la consolé:

—No les hagas caso, Sonia, están celosos de ti.

—No la conozco… —dijo ella en broma a los que miraban extrañados al verme hablar con la Lincoln, porque de esta manera se comprobaba que había perdido la cordura con la muerte de mi último familiar—, amiga Exorcista, creo que has perdido la cabeza —murmuró en voz baja Nery.

Hice caso omiso a su comentario, puse mi mochila en mi hombro para irme a clase y no poner atención. Eso era exactamente a lo que había venido al colegio, si me quedaba en casa me pondría a llorar por los recuerdos que había en ella y si iba al colegio, probablemente me olvidaría un poco, pero también estaba el asunto de esa vida extraña y lejana de mi padre. Todavía no cumplía la mayoría de edad pero había despertado el “Poder” y ese cuervo me seguía a todas partes. Lo podía ver observándome desde un roble a varias millas de distancia.

—Mira quienes están allá —Nery susurró detrás de mí.

Miré por donde sus ojos me decían que mirara; ellos. Estaban con ese look gótico y misterioso, al que conocí como Demian Passmore llevaba su mochila colgada y el otro, ¿Mitchell Carston, Cranston? Era exactamente como Nery lo había descrito; rasgos finos, piel clara y ojos casi negros y el cabello del mismo color un poco largo. Ambos vestían de negro y el primero tenía una cachemira roja al cuello y el otro tenía uno en un tono azul oscuro.

Se veían…, geniales.

Y pasaron justo ante nuestras narices sin prestarnos atención.

—Bien —dije como si nada, creía que sería un día espléndido aun sin que el dolor desapareciera del todo, no escuchaba las voces y eso era un gran avance—. A clases.

Sonó el timbre de entrada, yo fui a la de Geometría y Nery a la de Historia, solo esas clases nos separaba. Entré al aula sin ver exactamente, tomé asiento en mi lugar de siempre y saqué mi libro para ponerme al día, todo parecía estar en orden, hasta que sentí que alguien me observaba, a dos asientos adelante y dos de lado, estaba él. Viéndome con esos ojos grises, muy fríos. E inmediatamente lo ignoré y pude ver de reojo que sonreía. ¿De qué se estaba riendo?

La profesora entró y le di gracias a Dios al distraerme con todos esos teoremas complicados. Y por lo que pude ver, al tener casi al frente a ese chico de cabello-casi-blanco, es que tenía un tatuaje en la nuca, eso es lo que ocultaba con la cachemira, pero no logré identificar de qué y… ¿Por qué diablos me interesaba saber de qué era?

Al terminar la clase, decidí quedarme para pedirle trabajos extras a la profesora y así recuperarme, quería ser responsable ahora que el abuelo no estaba para responder por mí. Quería hacer las cosas bien de ahora en adelante.

Me entregó dos hojas de ejercicios, tuve la mínima esperanza de que me perdonara por lo de la mermelada en su vestido de hace tres meses, pero no y estuve tentada a usar mi “poder” ocular con ella, pero justo en ese momento entró ese chico nuevo de cabello negro, «así que mejor no». Me salí dejándolos solos. Recibí un mensaje de Nery diciendo:

“¡Mitchell Cranston me invitó a salir!”

Y le respondí inmediatamente con emojis terriblemente sorprendidos:

“¡¡¡¿QUÉ?!!!”

Y ella respondió:

“Me lo encontré en Mí clase y… aunque era al otro que había visto la semana pasada, pero bueno, él es. Ooooooooh. Es tan maravilloso, tan genial y tan gentil”

Tecleé de inmediato, negando ante la actitud de mi amiga:

“Estás loca” y antes de enviarlo me choqué con alguien.

— ¿Podrías… —su voz me avisaba que estaba irritado—, dejar de chocarte conmigo?

¿Qué se creía este?

—Tú deja de cruzarte en mi camino —repliqué aplastando a la pantalla de mi teléfono para enviar el mensaje.

—No soy yo el que anda distraído. —Su engreída voz me hizo querer golpearlo.

—Entonces, si tú estás mirando por donde caminas, mientras que todos los alumnos se hacen a un lado cuando ven a alguien caminar distraído por sus mensajes de texto, ¿Por qué no te hiciste a un lado? —No tenía por qué quedarme callada solo porque se trataba de un chico lindo, no, señor. Yo no iba a caer ante su increíble belleza.

Él se quedó callado y me miró con esos profundos ojos grises con un brillo de diversión en ellos.

— ¿Qué tienes que decir en tu defensa? —Siempre quise decir eso.

En mi interior festejé, podría ser guapo y sexy, y nuevo, pero nada hacía que me faltase al respeto y ya iban siendo dos veces, sus labios llenos de sangre se movieron en una sonrisa casi invisible.

«Relájate… no puedes golpearlo… no puedes meterte en problemas…»

Sabía que no tenía replica y antes de que dijera algo, Nery me gritó al otro lado del pasillo.

—Con permiso. —Mascullé.

—Nos vemos —dijo en un tono burlón.

Y en sus ojos pude verlo claramente; antes lo había visto en su profundidad, ahora podía ver algo vivo en ellos, de un color amarillo y celeste brillante como el sol deslumbrante en el cielo en verano, cálido y delicioso flotando a su alrededor y que lo cubría casi por completo; era algo tan maravilloso como el helado de limón en un día caluroso, como agua en el desierto, como un profundo respiro después de estar tanto tiempo dentro del agua, como…, algo que me hacía querer estar a su lado ¿Qué era eso? ¿Todos tenían algo como él? Aparté la mirada inmediatamente y me fui al encuentro de Nery, sin voltear a ver, pero con mis sentidos agudizados; pude oír una suave risa apenas audible para un humano normal y sus pasos que eran elegantes, su cabello cubría su cuello y se friccionaba con el dobladillo de su chaqueta negra.

Cerré los ojos para relajarme, “eso” que tenía él me había hecho sentir algo… algo extraño.

Y entonces, pude oír un mar de pensamientos de nuevo, había regresado; los colores que rodeaban a cada persona, unas más claras que otras o unas más oscuras que las otras, los sonidos se vieron aumentados. Nery era la única que no pensaba en nada pero su color era de un azul cielo como lo eran sus ojos. Me dolió todo, estaba dentro de un mar donde las olas eran pensamientos que chocaban y golpeaban mis tímpanos. Pronto me vi de rodillas en el pasillo, cubriéndome los oídos con fuerza; grité pidiendo que se callaran y que los sonidos cesaran y los colores se apagaran.

Todos los estudiantes se habían quedado viéndome, comencé a llorar, el abuelo no estaba para decirme que todo iba a estar bien y no recordaba las palabras que me susurraba al oído para que me tranquilizara. Y de pronto, el cuervo se posó en una ventana abierta, al mirarlo nuestros ojos se sincronizaron nuevamente y desapareció, justo cuando Nery estaba a mi lado tomándome de los hombros.

— ¿Qué están viendo, idiotas? —Les gritó a los presentes que se habían detenido a mitad de lo que estaban haciendo.

Mis respiraciones eran rápidas, sentía mi corazón latir tan fuerte y rápido que me hacía pensar que estaba cayendo en un profundo abismo.

Estaban viendo la escena en la que yo había actuado cual esquizofrénica sin tratamiento como todos creían que era, el cuervo había hecho algo, lo supe al momento en que todo cesó y todo quedó en profunda calma. Desde el suelo, deseé con todas mis fuerzas que se olvidaran de esta escena. No podía ir a parar a un hospital psiquiátrico como mi madre, cerré los ojos con fuerza rezando que ellos olvidasen todo lo que habían presenciado.

Abrí mis ojos y de repente, el tiempo se detuvo, el reloj dejó de funcionar, todos se habían quedado paralizados, el aire se volvió frío y nublado; hasta las más pequeñas partículas quedaron suspendidas en el aire que se convirtió en algo pesado para mí. Parpadeé varias veces para cerciorarme que estaba viviendo esto y no se tratara de uno de mis extraños sueños que me acompañaban desde que había leído esas cartas, no había una voz que rompiera aquel silencio, me moví poco a poco a donde mi amiga se encontraba con la mano suspendida y sus ojos sorprendidos y aterrados al mismo tiempo, vi como la manecilla del reloj retrocedió un minuto y un momento después todo había vuelto a la normalidad, estaba al lado de Nery y ella seguía diciéndome:

—…invitó a salir ¿puedes creerlo? Y antes de iniciar las clases ni se había fijado en nosotras.

Estaba completamente perpleja.

¿Qué había sucedido?

— ¿Nery? ¿Qué pasó? —Esto era increíble, nadie me miraba, era como si nada hubiese ocurrido.

—Que Mitchell Cranston me invitó a salir ¿Qué no oyes lo que te estoy diciendo?

—Perdona, no. Digo, ¿Qué sucedió hace un instante? —Quería escuchar lo que tenía qué decirme al respecto.

—Ah, ya. ¡Estabas hablando con Demian Passmore!

—Shh, calla. No, justo después.

—Amiga —frunció los labios—. No entiendo ni un poco de lo que quieres decir.

—Yo tampoco. Vamos ¿Cómo te pidió que salieran? —Decidí cambiar de tema y ella mágicamente olvidó mi extraño asunto y se centró en explicarme cómo ese chico le había pedido una explicación al tema que estaban viendo y luego le había pedido que salieran con una sonrisa que le hizo sentir murciélagos o quizá pterodáctilos en su estómago.

Era una mala amiga, estaba escuchando todo lo que decía, pero no podía sacar de mi mente de que algo más había sucedido y por obra mía o del cuervo, no lo supe, pero había sido algo malo y bueno ¿no sucedía cosas terribles cuando alterabas el tiempo y la memoria de las personas? Bueno, en caso de que eso haya sucedido exactamente.

Y la culpa de aquel extraño momento estaba acompañando al dolor que ya estaba ocupando gran parte de mi corazón.

¿Y si lo que hice estaba mal? ¿Y si había algo oscuro en estos ojos?

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