Jack...
Cuando Eric y Martín me convencieron de venir a este tonto club en Wisconsin, una tonta ciudad donde del frío es horrible aún en el mes de abril. Tengo una reunión con un Directivo de la NFL justo en esta ciudad, sede de los Green Bay Parkers, un poderoso equipo, pero, quien no le llega ni a los talones al mío.
— Vamos hoy al Maple hermano — dice Eric cuando estamos en la camioneta que nos lleva al hotel donde se llevará a cabo la reunión el día de mañana por la tarde.
— Ustedes vallan, yo tengo cosas que hacer — sin despegar la vista de mi computadora les confirme.
— ¡Vamos Jack! No has salido con nosotros en un mes y de verdad que las nenas deben extrañart
Cuando reaccione ella ya estaba arriba de mí, sus labios probaron los míos y yo, solo podía mirar aquellos ojos azules y labios rojos como el carmín. Mi cuerpo, por alguna extraña razón, comenzó a sentir calor.— ¿Que estás haciendo? — pregunte, embelesado por esta mujer que me hacía sentir emociones que hace tanto no experimentaba.— Se que lo deseas tanto como yo, así que gocemos está noche y hazme tuya hasta el amanecer — sus labios se estamparon con los míos dándome una corriente de electricidad que hizo temblar todo mi cuerpo.Comenzó a menear sus caderas sobre mí y podía sentir la humedad de su feminidad. Cuando percibí que mi pene iba endureciéndose poco a poco la locura y la emoción me envolvieron que la acerqué más a mí besando sus labios con una alevosía sin igual.Su aroma era exquisito, su piel suave como la seda, el mero tacto de ella me producía mil sensaciones que hace tanto no experimentaba. Recorrí
— Ya llamé a la gerencia mi señor, en un momento nos atenderán — dijo Steven mientras empujaba mi silla de ruedas por el ancho pasillo, se notaba que no había muchos accesos para discapacitados o más bien, ningún hombre como yo vendría a estos lugares a no ser que fuera rico y poderoso.— Excelente, llama a los demás hombres, que estén alerta a mis órdenes. Tenemos mucho trabajo que hacer y ahora añadiré una tarea más para ti — explique mientras nos acercábamos a la oficina, estaba muy ansioso y esperaba que el dueño del local pudiera darme acceso a lo que necesitaba.— Bienvenido Señor, pasé por favor — el gerente abrió la puerta antes de que pudiéramos tocar así que, supuse ya nos esperaban de antemano.— Gracias, disculpe el atrevimiento — hablé en tono sincero, pero firmé, debía mostrarle quien era para que accediera a ayudarme.— Díganme, ¿En qué les puedo ayudar? — el hombre se sentó en su silla como si fuera
Mariel...Llegué a mi apartamento después de manejar por un buen rato hasta el lugar donde vivo, desde que me hice cargo del negocio de mis padres decidí que lo mejor era vivir mi vida aparte, así no molestaba a mi madre con, según ella, mis gemidos locos y chillones.Deje mis llaves y mi bolso en mi sala, me quite los zapatos y los aventé por quién sabe dónde, la cabeza me estaba matando y quería un buen baño.Entre a mi cuarto y me quite toda la ropa, tome la toalla y cuando entre al baño, la tina me miraba con ojos seductores. « ¡Si mi vida ya voy a ti corazón! » exclamé y abrí la llave caliente mientras me sentaba para que callera sobre mi cabeza mientras con la otra llave se llevaba la tina.Rocíe los productos que uso para el cuidado de mi piel, pues en eso soy bastante vanidosa. Deje que la espuma y el olor a lavanda m
Jack...― Ahora que tenemos las imágenes, manda a investigar a todas la mujeres que, aún entrado a este establecimiento, busca las cámaras de los lugares aledaños. De alguna forma tengo que encontrarla ― Ordene a Steven una vez que salimos del local y me ayudó a subir al auto.― Si señor, se hará como usted diga ― respondió y puso en marcha el auto. Tenía, aparte de él, dos guardaespaldas más que siempre iban detrás mío. Jamás escatimaba gastos en mis seguridad pues ya había sufrido algunos atentados en el pasado, lo mejor era evitar esas situaciones y tener gente que me protegiera.― Llévame al hotel, para poder prepararme para la reunión de hoy ¿Te has comunicado con Ryan Evans? ― pregunté por mi subordinado, él estaba a cargo de la dirección cuando yo no quería asistir o cuan
La mujer solo me miro por unos segundos y después siguió su camino, me le quedé mirando como un tonto por mucho tiempo hasta que Steven me saco de mis pensamientos empujando mi silla hasta el lugar designado que tenía en la inmensa mesa en esta sala.― Señor la reunión ya va a empezar, ¿Desea que le traiga algo? ― me preguntó susurrando en mi oído.― Solo una botella de agua, deja las carpetas en la mesa ― conteste sin dejar de mirarla, algo en ella me llamaba increíblemente la atención, pero, otra parte de mi dudada.¿Como una chica como la de anoche asistiría a una reunión cómo está? ¿Quién era? ¿Qué demonios hacia aquí?― ¿Así que usted el Señor Black? O ¿Me equivoco? ― un hombre de piel morena, bastante fornido me preguntó con cierta duda y desd&eac
Mariel....La forma en la que ese hombre me observa me pone nerviosa, su mirada es penetrante y fría. Cómo si pudiera leer cada parte de tu alma, hasta los lugares más recónditos de ella.Siento que de alguna manera es el hombre de anoche, pero, no recuerdo haber visto una silla de ruedas en la habitación. Podría decir que es el hombre a quien vi cuando acompañe a los otros dos papuchos junto con mis amigas, pero, el que me hizo tocar el cielo innumerables veces, no lo creo.Lo que más me sorprendió fue el hecho de que, congeniamos muy bien en las palabras. La forma en que insulto al tonto de Levi, me hizo reír fuertemente. Nadie se había atrevido a si quiera levantarle un poco la voz, más que yo obvio en algunas ocasiones.Pero Jack Black « Que sensual suena ese nombre »supo callarlo y darle donde más le duele; sus escánda
Jack...No negaré que me sorprendió que aceptara mi ayuda, me sentía nervioso cuando nuestros ojos se cruzaban, pero debía disimularlo. No podía negar que deseaba que ella fuera la mujer de anoche, quizás por eso la estaba ayudando, por qué mi deseo de que Mariel Lamberts fuera la musa de mi corazón se hiciera realidad.Después de dos horas debatiendo y reorganizando los calendarios de juegos, la reunión había terminado, podía observar como Félix miraba con rencor a Mariel, podría ser algún examante de ella. Sonreí de vez en cuando al notar que sus planes no habían salido como querían o que nadie apoyaba a Mariel, era inaudito que la discriminaran por eso.En cierta forma la entendía, se lo que es que he menosprecien por sé quién eres. Por cómo te vez, por lo que te convertiste. O quizás por lo que la vida quiso que fueras. No sabía mucho de ella, pero ya me daría el tiempo de investigar a profundidad.— Señor Black
Mariel...Estar anonadada era una descripción vaga ante la, intensa y loca revelación que esté hombre frente a mí me estaba dando. Su mirada era firme y su rostro no mostraba otra expresión que seriedad y decisión.«Pero ¡¿Quién mierda se creía que era?!» nadie nunca nadie fue tan directo como él lo había hecho, sostuve mi copa por un buen tiempo mirándolo con frialdad. Esa petición de me hacía tan estúpida y ya decía yo que nada era gratis en esta Maldita vida.— Señor Black ¿Se está escuchando hablar? — pregunté alzando un poco la voz. Estaba molesta, irritada. ¿Por quién me consideraban estos hombres? Se que amo vivir al máximo mi sexualidad, pero eso no significa que le abro las piernas a cualquiera.— No sé qué tiene de malo. No le es