CAPÍTULO 68. EL REGRESO

En cuanto Lisandro salió de la casa de ellos, Antonella se acercó a su tía y la abrazó.

—Estás a salvo —dijo al escucharla llorar con amargura.

—Gracias, les estoy muy agradecida —refirió con sinceridad—, sabía que con el apoyo de ustedes me podría liberar de la escoria de Lisandro Bianchi.

—Aquí vas a estar bien, lo prometo —manifestó—, no tenía idea que habías vuelto a Italia, no debiste hacerlo —expresó—, estabas bien en Viena.

—Tu padre me localizó, me dijo que estaban en peligro Sabina y tú, que necesitaba mi ayuda, por eso volví.

Iñaki presionó sus puños con fuerza al escucharla hablar.

—No volverá a acercarse a usted, lo prometo. —Se aclaró la garganta—. Las dejo para que puedan hablar a solas —indicó.

—Gracias —mencionó la mujer.

—Vamos a que te instales en una de las habitaciones y ahí platicamos. —Antonella la tomó de la mano y subió con ella.

***

Al ingresar a la habitación, Gianna tomó asiento sobre uno de los mullidos sillones en color melocotón y con su mirada recorrió t
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo