Parte 2...

— ¿Por qué estás atado?" - ella caminó hacia el mensajero y lo soltó escuchando el tintineo de las piedras cuando soplaba el viento — Me encantan estos objetos.

Kostas sonrió y se acercó.

— Es que a veces aquí hace mucho viento y los empleados amarran para que no se rompan las piedras.

— Ah. - extendió la mano para volver a atar el objeto.

— No - le tomó la mano — Déjalo. Si te gusta, no hay problema – él sonrió levemente.

— ¿Pero qué pasa con el viento?"

— Si se rompe, compramos otro de material diferente de este.

Kostas abrió la puerta grande y la abrió de par en par. Nathaly encontró la casa hermosa por dentro con cortinas de tela ligera que estaban pegadas a los lados de las ventanas. El suelo era muy bonito, todo de mármol blanco cortado en grandes trozos que hacían aún más grande el espacio.

De las paredes del vestíbulo colgaban pinturas de paisajes. Se detuvo a mirar una cascada que le recordó su primera pintura.

— ¡Que bonito!

— Lo pintó una amigo artista plástica.