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La Novia Falsa Del Millonario
La Novia Falsa Del Millonario
Por: DaysyEscritora
01. Capítulo: "Infidelidad y Traición"

Veronika llegó a su casa al final de un día agotador y difícil. Había estado en el trabajo hasta tarde, hablando con abogados y acudiendo a reuniones interminables sobre su proceso de divorcio. Cuando abrió la puerta de su casa, todo lo que quería era descansar. Pero una vez que se encontró en el interior de su hogar, el peso de lo que había pasado se hizo demasiado para soportarlo. Severamente vencida, se dejó caer en el sofá y comenzó a llorar.

—¿Qué hice para merecer esto? —se preguntó retóricamente mientras las lágrimas corrían por sus mejillas —. Todo lo que quise fue tener una vida feliz y tranquila con él, y nunca imaginé que me traicionaría de esta manera.

Veronika sabía que tenía que ponerse fuerte y proteger sus intereses, pero eso no la hacía sentir mejor. Era difícil mantenerse firme en medio de una tormenta de emociones y dolor. La idea de perder su casa en el proceso del divorcio era un pensamiento aterrador que amenazaba con ahogarla.

Finalmente, se levantó del sofá en un esfuerzo por calmarse y se dirigió a la habitación principal. Su mirada se posó en los cuadros familiares colgados en la pared, así como en la cama desordenada que compartía con su exmarido. "Todo esto terminó", pensó con tristeza mientras se dejaba caer sobre la cama.

Por mucho que quisiera olvidar el pasado y seguir adelante, había algo que la atormentaba. La sensación de haber sido traicionada por aquel a quien había amado con todo su ser era demasiado intensa. Nunca iba a perdonar a su exmarido por haberla engañado con su propia hermana y también por intentar arrebatar todo lo que habían construido juntos.

Sintiéndose impotente, Veronika dejó que las lágrimas siguieran fluyendo. Su vida estaba en un caos, pero inesperadamente, un rayo de esperanza cruzó su mente y trajo una pizca de consuelo. Decidió que lucharía para conservar su casa. Después de todo, había trabajado duro para poder adquirirla.

Con la cabeza un poco más en alto, llegó a la conclusión de que no permitiría que su exmarido le arrebatara lo que era suyo. Hoy se permitía llorar, pero mañana continuaría su lucha. Y aunque sus planes fueran inciertos, por primera vez en mucho tiempo se sintió más tranquila.

—Mamá... ¿puedo dormir contigo?

Giró la cabeza con dirección a la pequeña de cinco años, ella era quien la animaba a seguir por más que fuera difícil.

***

Semanas después...

Veronika se sintió furiosa e indignada al escuchar las palabras de su exesposo.

—¿Cómo te atreves a humillarme así? —le espetó, con el rostro enrojecido de ira —. No necesito tu ayuda, y ni en un millón de años trabajaré para ti de nuevo.

El exesposo la miró con una sonrisa burlona en el rostro.

—Bueno, entonces supongo que te quedarás sin trabajo y sin hogar, ¿verdad? —Insinuó.

—¡No volveré contigo bajo ningún concepto! —gritó la mujer, hastiada, sintiendo una mezcla de rabia y tristeza —. Y menos aún te daré el gusto de quedarte con nuestra casa.

—De acuerdo, veamos quien termina ganando.

El hombre altanero se acercó a ella, con la intención de intimidarla. Pero la mujer se mantuvo firme, sin retroceder ni un paso.

—Eres tan cruel, ni siquiera piensas en nuestra hija.

Él esbozó una sonrisa maligna.

—¿Nuestra hija? Ya no puedo seguir fingiendo que lo es, porque la realidad es otra.

En ese momento ella se palideció y lo miró con los ojos de par en par.

—Sídney es nuestra pequeña, Arthur —recalcó con lágrimas en los ojos —. Y voy a luchar por mis sueños y por mi independencia, lo haré por ella, si tengo que empezar de cero, lo haré —soltó con determinación.

—¿Vas a revolcarte con algún socio? No creo que puedas hacerlo por tu cuenta.

—¡Imbécil! No soy igual a ti.

El chasqueó la lengua.

Su exmarido, la miró con desprecio antes de alejarse, sin decir una palabra más. Y Veronika entendió que tendría una dura batalla por delante, pero estaba dispuesta a pelear. No permitiría que nadie, ni siquiera su exmarido, la hiciera sentir indigna y menospreciada. Con la frente en alto y un corazón valiente, se preparó para luchar con uñas y dientes por su vida.

***

Sin embargo, el tema de la casa seguía pendiente, ya que Arthur insistía en quedarse con ella. Fue entonces cuando Veronika decidió acudir a un abogado para resolver el asunto legalmente.

En la reunión con el abogado, Arthur reiteró su posición y afirmó que la casa le correspondía por derecho propio, aunque la mujer había aportado su parte en la hipoteca y había invertido en mejoras en la propiedad.

Ella no podía entender cómo alguien que la había traicionado y humillado de esa manera podía tener la desfachatez de pedirle la casa que habían construido juntos.

Pero el abogado tenía una solución que tal vez les permitiría llegar a un acuerdo.

—He revisado los términos del divorcio y hay una cláusula que se refiere a la propiedad de la casa en caso de que alguno de los dos quisiera separarse, deben ir a medias, siendo ese el caso, propongo que la vendan y dividan las ganancias por igual.

Eso era lo lógico, no había que buscarle otro sentido a la situación que era obvia. Arthur ni siquiera necesitaba esa parte del dinero y si solo estaba reclamando algo era para chocarle.

El hombre titubeó por un momento, pero finalmente aceptó la propuesta. Quizá no era lo que había planeado, pero era mejor que perder la casa por completo. Pero en ese preciso momento se arrepintió de no haber firmado un acuerdo nupcial.

Mientras que ella, por su parte, se sintió aliviada, pese a saber que en el fondo, su exesposo pudo renunciar a la casa. ¡Pero no lo hizo! el imbécil era un tacaño.

Posterior a eso, el abogado se marchó y quedaron a solas.

Antes de que ella pudiera irse también, él se lo impidió, la forzó a quedarse, al atenazar su muñeca con fuerza.

—¿Y ahora qué? —gruñó —. ¿Qué demonios harás sin mí, eh?

—Sueltame, eres un cretino, ¿me ves en aprietos y prefieres empeorar las cosas para mí? Sídney...

—¡Basta! No le menciones, la única hija que tendré es con Vanessa, ella es la mujer que me dará un hijo.

Como si no fuera suficiente, el mundo de Veronika colapso. ¡Su traidora hermana estaba embarazada del hombre que la engañó! A quien todavía seguía amando, pero odiaba al mismo tiempo.

Saberlo le hizo sentir una puñalada en el estómago.

—Hasta nunca, Veronika Goodman.

Y se marchó dejándola en un trance.

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