Theodore Moretti 🍂 Luego de días pensando en lo que Sarah me había preguntado sobre formar una familia, llegué a casa con una mente llena de dudas y emociones encontradas. Quería hablar con ella, aclarar todo, encontrar una respuesta para ambos. Pero no esperaba encontrarme con una figura familiar parada frente a la puerta, con una mirada desafiante que me llevó de golpe al pasado. Daphne. Estaba allí, con su cabello rubio cayendo sobre sus hombros y esa sonrisa cínica que siempre me había irritado. Parecía haber estado esperando por algo, o quizás solo buscando problemas, como siempre lo hacía. —Vaya… jamás creí que ustedes seguirían juntos después de tantos años. Los amigos que “follan” rara vez duran para siempre… pero parece que ustedes son la excepción —dijo, sus palabras cargadas de veneno. El aire se volvió pesado al instante. Mi corazón empezó a latir con fuerza, y sentí la tensión en el ambiente. Miré hacia adentro y vi a Sarah y Marcus de pie, pálidos, como si el
Sarah Hale✨Seguía encerrada en el baño, tirada en el piso frío, incapaz de asimilar todo lo que estaba sucediendo. Mis pensamientos eran un torbellino de miedo, dolor y culpa, que parecían no tener fin. El eco de las palabras de Theo y el golpe que había recibido resonaban en mi mente, envolviéndome en una oscuridad que no podía sacudirme.—¿Señorita, está usted bien? —la voz preocupada de Alissa llegó desde el otro lado de la puerta, rompiendo el silencio de mi pequeño refugio.Suspiré profundamente, tratando de recomponerme. Limpié las lágrimas con la manga y me obligué a levantarme del suelo. La imagen que me devolvió el espejo era un recordatorio brutal de la realidad que no podía ignorar. Aun así, me forcé a poner una sonrisa en mi rostro antes de abrir la puerta.—Estoy bien, Alissa —dije con la voz quebrada.Ella me observó con el ceño fruncido, claramente sorprendida por mi aspecto. Sus ojos recorrieron mi rostro, y vi el momento exacto en que notó la marca que el golpe de Th
Theodore Moretti. 🍂Cuando llegué a casa, el silencio me recibió como un eco de la soledad que sentía incluso cuando estaba rodeado de gente. Caminé hacia la habitación de los niños sin saber por qué, quizás buscando una distracción. Y ahí la vi: Sarah, dormida con los niños acurrucados a su alrededor.Isaac y Tristán estaban profundamente dormidos, abrazados a ella como si fuera el centro de su universo. Sarah lucía tranquila, aunque su rostro aún mostraba rastros del día. La marca en su mejilla me hizo detenerme. Era tan pequeña, pero tan significativa. Un recordatorio de lo lejos que había llegado para intentar huir de mi pasado… y de lo mucho que había fallado.La culpa me golpeó, pero no como un hombre que ama y protege. Era más bien un peso que reconocía como mi responsabilidad, pero no como algo que naciera del corazón. Sarah no era mi amor, ni mi salvación. Solo era una anestesia que me ayudaba a olvidar a Daphne, aunque sabía que nunca lo haría por completo.Tomé mi pijama d
Sarah Hale✨ Me desperté lentamente, los primeros rayos de sol colándose por las cortinas. Me incorporé despacio, cuidando de no despertar a los niños que seguían dormidos a mi lado. La pequeña Emma estaba atravesada en la cama, con los brazos extendidos como una estrella, su cabello desordenado en todas direcciones. No pude evitar sonreír ante su inocencia, tan pura y tranquila. Pero cuando miré alrededor, la ausencia de Theo era evidente, como una sombra fría que cubría la habitación. Mi corazón dio un vuelco. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no estaba con nosotros? Un leve golpe en la puerta me sacó de mis pensamientos. —El señor Moretti está desayunando —avisó Alissa desde el otro lado. —Gracias, en un momento bajo —respondí, esforzándome por sonar tranquila. Me levanté con cuidado y me dirigí al baño. Al mirarme en el espejo, la imagen que vi me dolió más de lo que esperaba: las ojeras marcadas, el rostro cansado y el pequeño moretón en mi mejilla. No era solo físico, era un reflejo d
T H E O D O R E M O R E T T I 🍂Mi “mejor amigo” me había mentido.Mi “familia perfecta” era una farsa.Y mi pasado había regresado a destrozarlo todo.¿Cuándo se volvió así? ¿Cuándo mi vida pasó de ser un imperio bien construido a un castillo de naipes al borde del colapso? Tenía demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. Y, sobre todo, tenía un dolor en el pecho que no sabía cómo apagar.—Señor, tiene una llamada —avisó Alissa desde la puerta, su voz medida, como si sintiera el peso de mi humor.—No voy a atender a nadie. Voy tarde al trabajo. —Mi respuesta fue cortante, casi un gruñido, mientras agarraba mis llaves y salía, cerrando la puerta con un golpe.Conduje más rápido de lo normal, sin importarme los límites de velocidad. Necesitaba escapar de esa casa, de la imagen de Sarah con los niños, de la sensación de asfixia que me provocaba la posibilidad de que el bebé en su vientre no fuera mío. Cuando llegué al edificio, apenas pude contener la furia que ardía en mi interior.
S A R A H H A L E ✨ La cocina estaba llena del aroma cálido de la pizza casera que Alissa preparaba con los niños. Ellos reían, felices con la idea de romper la estricta dieta que Theo siempre había impuesto. Me aferré a ese sonido, a la alegría inocente de Isaac y Tristán, tratando de olvidar la pesadez que oprimía mi pecho. —¿El señor Moretti y usted están bien? —preguntó Alissa con suavidad mientras amasaba la masa, sin apartar la vista de mí. Su pregunta me tomó por sorpresa, aunque no debía. Todos en esa casa sabían que algo iba mal. —Sí, Aliss —respondí con una sonrisa forzada—. Solo me siento muy cansada. ¿Podrías encargarte de la cena, por favor? No tenía fuerzas. No tenía energía para fingir que todo estaba bien cuando mi cuerpo y mi corazón estaban al borde del colapso. Dejé la cocina con la intención de irme a dormir, de huir de mis pensamientos, aunque fuera por unas horas. Pero no llegué muy lejos. —Necesito hablar contigo. La voz de Theo resonó en la sala, fría,
Sarah Hale✨ El trayecto hacia la oficina de Theo se sintió eterno. Mi mente no dejaba de girar, llena de preguntas sin respuesta. ¿Esto es lo que realmente quiero? Le prometí a James que me alejaría si las cosas con Theo se complicaban demasiado. Que no permitiría que me consumiera. Pero no podía. No podía abandonar a Tristán. Se lo prometí. Cuando llegué al edificio, Madeleine, la asistente de Theo, me recibió con su sonrisa amable de siempre. —Señorita Hale, es un gusto verla por aquí. —Hola, Madeleine. El señor Moretti me dijo que viniera —dije, esforzándome en sonar relajada. —Adelante. Él aún no ha llegado, pero puede esperarlo en su oficina. Fruncí el ceño. Theo había salido temprano de casa… pero decidí ignorar ese pensamiento. —Gracias. —¿Le ofrezco un té? —No, así está bien. Gracias. Madeleine salió, dejándome sola en la oficina de Theo. El silencio se sintió pesado. Me levanté y caminé hasta su escritorio, observando las fotos que tenía enma
S A R A H H A L E ✨ Desperté lentamente, con el cuerpo entumecido y una sensación de vacío en el pecho. La oscuridad me envolvía, y por un momento, olvidé dónde estaba. Pero la alfombra bajo mi cuerpo y la manta que me cubría fueron suficientes para traerme de vuelta a la realidad. Estoy en la oficina de mi padre. Suspiré y me incorporé lentamente, frotando mis brazos para entrar en calor. El insistente sonido de mi teléfono rompió el silencio. Lo busqué a tientas y, cuando la pantalla se iluminó, mi corazón se detuvo. “Amor” – llamada entrante. La mirada se me nubló. Mis dedos temblaron sobre la pantalla. El timbre de la llamada se volvió insoportable. Ignoré la llamada y dejé que el silencio regresara. Cerré los ojos, tratando de aferrarme a la calma momentánea. Pero la calma nunca duraba demasiado. Mi mente seguía atrapada en un laberinto de decisiones. Los niños. Les prometí que no los abandonaría, que no sería como Daphne, que siempre estaría par