Lo sentí todo y ahora lo repaso en mi cabeza una y otra vez. Puedo recordar el toque de sus manos como si fuera justo ahora erizándome la piel.

Puedo recordar sus labios recorriendo mi piel, besando, chupando, mordiendo donde creía que era adecuado.

Puedo recordar sus palabras susurradas en mi oído mientras entraba en mí. Como me decía lo hermosa que era para él. Sentí absolutamente todo y aun lo recuerdo de una forma única.

Sus movimientos tan diestros, su posesividad, su dominancia, sus habilidades con cada parte de mi cuerpo que terminó empujándome hacia el abismo en donde grité su nombre una y otra vez.

Me hizo suya toda la noche, permitió que mordiera, rasguñara y besara su piel tal y como él lo había hecho conmigo. Y simplemente esa noche nos conectamos de todas las formas posibles.

Y luego uno más agotado que el otro nos dejamos caer en la cama y nos acurrucamos hasta el amanecer.

Y si me lo preguntan fue una de las mejores noches de mi vida.

Sentir la incidencia de su intrusió