LumenAquel lugar donde debíamos realizar el ritual estaba, afortunadamente, vacío. Jimmy preparó en la cazuela de porcelana la mezcla indicada por la anciana.Me pregunté si realmente serviría de algo. La pobre mujer estaba casi en la última etapa de su vida, se veía demasiado anciana como para haber escrito aquella receta. Quizás solamente la había encontrado.—¿Qué pasará? —le pregunté a Wendy, a pesar de que ella tampoco lo sabía.—Esperemos que ayude a mejorar su salud. —mi amiga se aferró a mi brazo. —Jimmy es muy listo, ha conseguido todo lo que la lista indicaba y mezcló todo perfectamente.La mezcla de ingredientes, junto con el orgonito, causó un extraño fenómeno que me dejó impactada. Abrí los ojos como platos al ver como un humo rosa salía del cristal.—¿Qué está sucediendo? —preguntó Zack, que se nos unió y no me di cuenta de su presencia.—No lo sé. Jimmy ha mezclado los ingredientes y ahora estamos esperando. —explicó Sam, sonriéndole.En ese instante, mientras el humo
Narrador—Te ves mejor el día de hoy, hijo. —Belcekar se dirigió a Athius, que se hallaba desayunando en el salón comedor de entrada.Él estaba extasiado de poder, su aura había regresado a la normalidad y tuvo una noche de cacería y entrenamiento tan furtivo que apenas si lo recordaba. Aquella cosa que le dio Mina logró borrar toda esa debilidad que estaba afectándolo. Se sentía agradecido por eso, ahora que tenía la mente más clara lograba distinguir que actuó como un tonto y estaba siendo manipulado.—Sí. Supongo que la locura terminó para mí. —soltó Athius, mirando a su padre con seriedad, estaba listo para volver a ser quien debía ser.—Eso espero. Los enamoramientos a veces duelen un poco, hasta que encuentras a tu compañera. —Belcekar observó hacia donde estaban Melia y su compañero. —Esa chica solo fue un enamoramiento y nada más.—Es cierto. —replicó, tratando de grabárselo a fuego.Belcekar dejó a Athius con Mina, ella lo olfateó.—Estuviste cazando, por lo que veo. —entrece
LumenLa anciana seguía aferrada a Seth y me preocupaba enormemente que el se enfureciera y le hiciera daño. Wendy y los demás nos encontraron, llegaron corriendo. El sonido de los pasos hizo que me diera la vuelta y cuando volví a mirar, la anciana ya no estaba.Con la misma velocidad con la que llegó a abrazar a Seth, se había marchado.—¿Ya se te pasó el enfado…? —empezó a preguntar Zack, sin comprender nada de lo que estaba ocurriendo.Miré a Seth con temor. Diosa luna, nadie podría predecir qué era lo que pensaba hacer él después de lo que pasó.El se quedó allí de pie, sin mirar a nadie, solo parecía pensar.Todos los demás se quedaron en silencio y busqué hacerles señas para que no hablaran.Me acerqué a mi novio despacio, para que no se irritara.—¿Seth? —pregunté, casi en un susurro.Fue cuando me tomó de la mano con fuerza y en tan solo unos segundos, con su velocidad prodigio, nos fuimos de allí. Quería perseguir a la anciana, lo vi en sus ojos.Los demás también nos estaba
NarradorLa niebla cubría la mitad del bosque que llegaba a las proximidades del territorio Sombra de Lobo, la olvidada y destruida manada que organizó la cacería del clan de la sangre de plata. Desde que ocurrió aquel acontecimiento desastroso, nadie había osado pasar por allí, incluso se rumoraba que el territorio estaba maldito. Todo el clan de la sangre de plata decidió olvidar a los Sombra de lobo para siempre.En las afueras, en los bosques de sauces que parecían llorar, la reina deambulaba junto con Dormius. Ambos llevaban caminando por muchas horas, en silencio, en un estado meditativo.Kyra observó la cueva, que poseía rejas en la entrada, era un sitio antiguo. Un lugar para prisioneros que capturara el alfa. Las rejas impedían que un lobo saliera de allí, o al menos, uno débil que no pudiera romper la roca o el acero. Sin embargo, la magia que aportó Dormius generó que los barrotes quemaran a quien los tocara.La reina también se encargó de colocar el orgonito en el exterior
LumenMe mantuve aferrada a él a pesar de su notable ira creciente. No le tenía miedo, no era como antes, yo sabía que algo le estaba sucediendo y no iba a parar hasta que habláramos sobre eso.Seth me miró como si quisiera matarme.—Juegas con fuego. —dijo, con sus ojos fijos en mí. —No deberías hablarme ahora.Después de todo lo que ocurrió, estaría furioso, lo veía, podía oler incluso su rabia de no haber podido desafiar a la reina. A él no le agradaba en absoluto seguir órdenes. Eso era una de las cosas que más me atraía de él, no le interesaba romper las reglas para estar conmigo, no le importaba nada que no fuera lo que él quisiera. Tenía un espíritu y una fuerza enorme.—No me harás daño. —me quedé a su lado, apoyando mi cabeza sobre su pecho para escuchar los latidos de su corazón.Acarició mi cabello, resignándose a que no me iría.—Eres muy extraña. —murmuró, casi sonriendo, sus ojos verdes me enfocaron.Se inclinó para besarme y me abrazó, tapándome con la manta. Nos abraza
NarradorEl salón privado de la reina y el rey estaba enteramente colmado de tesoros obtenidos de diferentes conquistas. El oro y la plata eran el material predominante de casi todos los objetos que allí se encontraban. Seth estaba habituado al lujo, nada de eso lo sorprendía en absoluto. La reina lo estaba esperando y cuando vio a Zack detrás de él, lo detuvo antes de que entrara.—Querido. —sonrió amablemente, su tono de voz era suave.Ella se había colocado un vestido rojo de terciopelo con filigranas que parecían de oro resplandeciente. Llevaba el cabello rizado y delicado, suelto en su totalidad. Los rastros de la edad se notaban en su rostro y en su porte, pero los dotes de la curación le otorgaban un envejecimiento retardado al igual que al rey, por sus poderes de alfa.—No podrás acompañarnos. —La reina miró a Zack con los ojos entrecerrados. —No te han avisado todavía, por lo que veo. —hizo una mueca y negó con la cabeza. —Jimmy y tú deben realizar una exploración nueva. Est
NarradorLas dos chicas se hallaban buscando a Helen por toda la torre, en el ala de los esclavos. Helen siempre era vista allí en ese horario. —No la veo. ¿Dónde se habrá metido esa bruja? —preguntó en voz baja Sam.Wendy la calló apretándole el brazo. No podía creer porque a veces su amiga actuaba con tanta libertad en un sitio plagado de enemigos. Al igual que Lumen, Sam tuvo mucha más suerte en este castillo.—Bueno, Wen, nadie puede oírme. —Sam rodó los ojos al ver la ansiedad que eso le provocaba a su amiga.Buscaron por toda el ala cercana a la lavandería. En ese sitio, los esclavos abundaban. A Sam le resultó algo traumático contemplar como un esclavo estaba curándose las heridas provocadas por un látigo.—Eso es lo que pasa cuando un esclavo omega o delta rompe las reglas. —Wendy observó al chico con tristeza.Sam tragó saliva. No quería aceptar que así fueran las cosas. No eran así para ella. Zack solía protegerla y también Mina.Subieron las escaleras para buscar en los pi
AthiusMelia se acercó a mí, al igual que Danny, en el jardín. Los dos antes fueron buenos amigos para mí. Quizás no se daban cuenta que yo no simpatizaba demasiado con ellos ahora.Quizás me costaba simpatizar con cualquiera hoy por hoy. Todo desde que ocurrió lo de los Sombra de lobo. Malditos sean ellos para siempre.—Oye, Athius. Vamos a jugar a las cartas con los demás. ¿No quisieras venir? —preguntó Melia, sonriéndome.—No lo creo. Tengo que entrenar un rato. —solté, mirándola con desdén.Ella ya tenía compañero. Otra vez sentí que mi momento nunca llegaría. Además, las chicas últimamente parecían ignorarme. Antes no era así, algo cambió desde que fui a ese territorio. Mi madre y los sabios tenían razón. Cada día lo descubría un poco más.—Iré a entrenar contigo. —dijo Danny, haciendo una mueca de burla. —Pronto los orgonitos y minerales que han pedido estarán listos. Y cuando eso pase te irás. ¿Somos amigos o no recuerdas?La fastidiosa actitud amistosa que tenían los dos me pr