—No se ha anunciado la muerte de Jimmy, puedes estar tranquila. —me dijo Zack, que se quedó parado junto a la puerta, casi como si quisiera vigilar que nadie se acercara.Me di cuenta que no quería estar cerca de Sam y ella se ruborizó cuando lo vio. Debían estar incómodos después de lo que ocurrió, porque Zack dejó ver que sentía algo más por ella que solo atracción física.—Cuando un lobo guerrero es asesinado por traición se anuncia inmediatamente. —me explicó Seth. Yo lo tenía sujeto de la mano, me aferré a él.Eso fue tan reconfortante para mí, quería decir que mis padres aún vivían y Jimmy se las arregló para esconderse de la manada real. Ese chico era realmente mi amigo también.Dun me miró esperando la respuesta. Solo yo sabía la verdad.Ese peso en mi espalda me hacía querer temblar. Miré a los ojos a Dun para relatar lo mismo que le dije a Sam. Ella corroboró mi versión, apoyándome. Las dos mentimos y dijimos haber estado hablando con los empleados.—Solo quería ayuda, es un
La reina recibió a su esposo e hijo con un banquete lujoso en el gran salón comedor. Luego de la bienvenida, tendrían unas horas para descansar antes de que el banquete comenzara.Danny y Mina estaban recorriendo el castillo. Mina se preguntó donde estaría Sam, pero no hizo preguntas porque estaba demasiado ocupada con el nuevo visitante.Athius fue recibido por sus amigos y platicó con Astrid, que lo puso al corriente de lo que sucedió en su ausencia.—¿Dices que se volvieron locas? —preguntó él, con los ojos entrecerrados por la sorpresa.—Sí. Las esclavas atacaron a Kim sin ninguna razón y se las tuvo que castigar. Es una locura que los esclavos se tomen tantas libertades. —Astrid puso los ojos en blanco.Dormius y la reina se dirigieron a la torre de los sabios. Kyra requería de las visiones para encontrar más respuestas y el viejo lobo, debía estar a su lado. Al sentir la llegada de su hijo y el rey, tuvo un presentimiento que la recorrió de pies a cabeza. La visión del fuego pod
Dormius realizó el preparado de Lavanda roja, hiedra y jengibre. Era una mezcla inofensiva, una especie de perfume en un frasco pequeño. Solo rociar un poco impregnaba de la fragancia a quien fuera rociado. La persona que poseía el perfume iba contagiando del aroma a todo aquel con el que estuviera en contacto.Era un virus leve, lo único que hacía, era encontrar el lado oscuro y sacar un instinto más primitivo. No se usaba esa fragancia normalmente, podía generar la ruina de un reino si desestabilizaba sus mentes. Además, Dormius sabía que utilizar aquello era peligroso, la hiedra a veces era contraproducente y activaba la furia de los lobos que se hacían incontrolables.Tenía que correr el riesgo porque la guerra se avecinaba. Si activaba la malicia escondida en los rebeldes, quizás pudieran destruirse entre ellos antes de tener que enfrentarlos.El viejo lobo sabía que la naturaleza de Jimmy iba siempre inclinada hacia la piedad. La influencia de él hizo que Athius fuera mucho más
LumenNo podía creer que ella estuviera diciendo esas palabras. Seth bajó los ojos al suelo para luego mostrar su ira.—¿Crees que puedes hablarme, esclava? —preguntó Seth, acercándose a Wendy con los ojos enrojecidos por la ira.Seth no tenía paciencia ni ninguna clase de piedad, podía ahora matarla sin remordimiento solo porque no le agradó lo que dijo. Maldita sea, pero eso le afectó, lo pude ver en sus ojos, aunque lo disfrazara con furia.Wendy no retrocedió al verlo acercarse a pesar de que le podía hacer mucho daño. Sonrió mirándolo hipnotizada.Él estaba a punto de empujarla cuando algo lo hizo estornudar. Entonces volvió hacia mí. Se veía tan increíblemente fuerte, sus ojos cambiaron a un color negro profundo. Pensé que me abrazaría o me tomaría entre sus brazos.Por el contrario, me arrinconó contra la cama, subiéndose arriba de mí para inmovilizarme.—¿Es cierto lo que dijo? —me preguntó, mordiéndome el cuello con fuerza.Solté un alarido de dolor. Seth expedía un aroma ext
Narrador—Algo está sucediéndoles a todos… —murmuró Sam, aferrándose a Zack, estaba completamente horrorizada de lo que sus ojos acababan de presenciar.Jimmy intentó besarla, Seth estaba comportándose de un modo agresivo y ni hablar de Wendy. Zack miró a la pelirroja con incredulidad.—Todos son extraños, caperucita, siempre lo han sido. —le guiñó un ojo y la llevó del brazo al cuarto donde los dos se cambiarían para el banquete.—Pero es diferente, es como si fueran malvados. —Sam miró el interior del cuarto, sobre la cama había una caja con un moño blanco, era un obsequio.Zack entrecerró los ojos con suspicacia y sonrió, entregándole el paquete.—Es un banquete, debes ir vestida como una princesa, no como una sirvienta. —dijo él, en secreto, había hurtado uno de los vestidos de las modistas. —Sam, todos somos malvados, somos de la manada real. ¿O lo olvidaste?La malicia brilló en sus ojos y se acercó a ella, pasando su mano por sus hombros y palpando la suavidad de su piel. La ay
En su cuarto, Lumen se colocó un vestido de color rojo que resaltaba su figura y peinó su cabello con bucles ordenados, en un peinado delicado. Su maquillaje fue sutil, porque Wendy no se ofreció a ayudarla. Se observó en el espejo un rato antes de colocarse los zapatos para salir. No podía creer que estaría en el banquete con los demás miembros de la manada real. Era como si fuera una tregua por parte de la reina. Ahora, que en unos pocos días se desataría una guerra. Pensó en Rosé, en la promesa que le había hecho. Ella debía estar recuperándose poco a poco. Su deber era extender el tiempo para que su recuperación fuera posible. Saber la verdad y tener que guardar el secreto no era una tarea sencilla.Y luego pensó en Seth, enfadándose. Sus mejillas enrojecieron. No soportó que le hiciera esa escena de celos.—Debería confiar en mí. —apretó los puños, la rabia por las palabras de Wendy opacó todo lo demás. —Yo estoy haciendo todo por él y su familia…No quería ver a Wendy en el ban
LumenEl viento me había prácticamente empujado dentro de este cuartillo. Al ver a Athius, estuve a punto de salir corriendo de allí, de no haber sido por los árboles que cayeron en la entrada, hubiera podido escapar.Maldita sea, no pude reconocer su olor aquí, como si el viento se lo llevara todo.—Estás ebrio. —reconocí, mirándolo con temor y un odio creciente.Odiaba como me trataba y como pensaba que yo era una escoria por el solo hecho de no ser de sangre real. Me hizo sentir como lo peor después de pensar que podíamos ser amigos, cuando estuvimos en mi viejo territorio.Athius sonrió achinando los ojos. Escondió su cara con sus manos y soltó una risa. Era evidente que nada le importaba, era un idiota. Me estaba enojando mucho, últimamente, desde que Jimmy apareció en el cuarto interrumpiéndonos a mí y a Seth, no lograba controlar ninguna de mis emociones.—Deja de apretar el puño, ambos sabemos que no puedes golpearme. —el se puso de pie, tambaleándose, se acercó a mí y me miró
LumenRosé tomó a Belcekar de la mano y le indicó que la siguiera hacia el interior de una cueva. La nieve estaba cubriendo los caminos.Miré a Athius, podía notar que estaba incómodo porque el tampoco comprendía porque estábamos viendo esto. El enojo que tenía en mi cuerpo porque el me hubiera besado era confuso. Como si una parte de mí si estuviera esperando que me besara desde la primera vez que lo vi. Borré esos pensamientos de mi mente.La escena que contemplamos al acercarnos a la cueva hizo que Athius se diera media vuelta. Belcekar dejó desnuda a Rosé y estaban envueltos en una pasión que crecía. Los dos parecían desesperados por estar juntos, por saborear cada parte del otro.—Esto es una maldita broma. —soltó Athius, queriendo soltar mi mano, pero algo lo detuvo.La voz de Belcekar se impuso.—Kyra se marchará de la manada, ella no se compara contigo, deseo hacerte mi luna. —dijo el rey, hablaba con tanta libertad porque allí no había nadie oyéndolos.Con excepción de nosotr