Al siguiente día a Louis se le presentó un viaje de negocios. Él trató de solucionarlo todo por teléfono, pero no podía arriesgarse con la calidad de los pedidos, así que con todo el pesar había llegado el momento de despedirse de Ava y sus bebés.

—Espero que tengas un buen viaje —Ava se dirigió a él mientras llenaba de besos a los gemelos.

—Espero estar de regreso para mañana en la tarde ¿Quedamos en que te quedarías trabajando desde casa?

—Sí, quiero pasar más tiempo con mis hijos.

—Tú solo debes ordenar y yo te cumplo la petición. Sabes que eres mi jefa.

Caminando hasta ella, abarcó su cintura y la llevó a sus labios para darle un beso apasionado. Solo que le llamó la atención, que ella estaba algo seca y distante.

No quería iniciar con el tema para luego marcharse, pero a su regreso le tenía que preguntar, pues no quería pensar en que ella lo pudiera estar dejando de amar, eso lo tenía realmente atormentado.

Las horas en contra lo hicieron salir casi corriendo y Ava se quedó en la