- Es mudo no sordo/ Boss creo que se equivoca de enfermedad/ Soy mudo idiota – 3 formas distintas que significaban lo mismo, y es de ese modo que el hombre misterioso de alta gama, revelo ante el joven de ojos negros que era un idiota.
-¿Ah sí?
-Kufufu ya siento vergüenza de que seas mi jefe
-Lo siento, lo siento – declaro el rubio apenado pues él solo arruino su imagen de chico malo. – Bueno, me escuchas… – suspiro – mi nombre es Nicolas Martinelli, ahora dime, ¿te suena mi nombre?
-Solo sé que tu apellido es italiano, supongo que todos ustedes lo han de ser – respondió.
-Kufufu yo soy mexicano
-Cállate y dime lo que dijo – ordeno con molestia el rubio.
-Pregunto que si eres italiano por tu apellido – respondió Marco aburrido, pues su jefe no era divertido.
-Lo somos, claro que sí, aunque lo niegue la piña – afirmo el rubio, causando una risa en Takahashi, y Kyoshi solo pudo pensar que fue un poco divertido.
-Y eso es importante, ¿Por qué? – pregunto Kyoshi arqueando la ceja, donde esa reacción hizo sonreír divertido al rubio.
-Marco – exigió.
-Que si eso es importante ¿Por qué? – repitió en un tono idéntico con ironía. Nicolas sonrió divertido pues esa era la respuesta que esperaba y en un susurro audible para los oídos del joven le respondió.
-Porque nosotros estamos relacionados con la mafia e igual tenemos tratos con algunos yakuzas.
-... - Kyoshi no sabía que decir, aunque eso tenía un poco de sentido por el trato que le estaban dando, las armas ilegales, la forma de vestir, el cómo irrumpieron en su casa sin cita previa – Y ¿Qué quieren de mí? ¿Seguirse burlando del complot que hicieron esos imbéciles contra mí? O ¿Ustedes acaso están relacionados con ellos?
-¿Qué dijo? – pregunto con calma Nicolas, ya que este se puso serio y miro de reojo a todos los guardias que había en la casa, entendiendo que percibió a la mayoría en un solo vistazo que se le permitió hacer a su departamento, algo que le llamo la atención.
-Pregunta que ¿Qué es lo que quieres de él?, que si hemos venido a seguir burlándonos por lo que hicieron esos idiotas de su equipo que fueron comprados para su humillación – explico Marco, algo que solo hizo a Kyoshi confirmar el hecho de que su equipo fue comprado y todo fue un sabotaje en su contra.
-No me vine a burlar, vengo con buenas intenciones. – “Solo para ti” pensó Marco. – Sabes que hay un directivo detrás de los presidentes o gobernadores ¿no? – después de recibir un asentimiento por parte de Kyoshi siguió: – Ellos ahora son nuestros “socios” aunque técnicamente yo soy quien los controla, pero bueno, dejando eso de lado, me iba a expandir empezando por Utashinai y ya tenía un gobernador listo para ser mi marioneta, pero después de verte el día de ayer con una de tus presentaciones en televisión y saber lo que la periodista Haru público de ti en su blog, veras… atrajiste mi atención – indico sonriendo de lado.
-¿Qué quieres? No creo que yo sea de tu interés laboral ni personal
-Dice que no te hagas imbécil porque él no es de tu interés ni laboral, ni personal
-Deja de aprovecharte de esto Marco
-Kufufu eso es lo que él dijo – Nicolas miro a Kyoshi asentir pues básicamente le gustaba escuchar como ese chico piña le decía sus verdades al supuesto jefe e idiota.
-Todos salgan, solo Marco se quedará – ordeno Nicolas para sonreír mientras se colocaba de pie.
-Pero Boss – replico Takahashi.
-Es una orden – amenazo. Ante eso todos temblaron y salieron, donde Nicolas se acercó a Kyoshi y se agacho para quedar a la altura del mismo. – Seré directo, me has gustado y como tienes la condición de hermafrodito, creo que sabes a lo que me refiero – explico usando su mano para acariciar la mejilla del pelinegro, quien golpeo esa mano, pues entendía perfectamente la indirecta tan directa que le quería dar.
-No por ser hermafrodito significa que me gusten los hombres, además no me acostare contigo o tendremos algún tipo de relación, no me agradas – repitió Marco con seriedad, pues el asunto ya no era divertido y por eso mismo se guardó sus comentarios.
-Captaste rápido, eso me gusta, por eso te daré una motivación o, mejor dicho, te invito a hacer un trato conmigo. – Declaro, pues no le molesto ni su forma de responder, o reaccionar ante su toque, ya que la rebeldía del chico era lo que más le gustaba.
-No
-¿Estás seguro? ¿Aunque te prometa que serás el ganador a la gobernatura de tu ciudad?
-Ya no tengo a nadie en mi campaña estoy solo, además con esta conferencia prácticamente estoy destruido
-Eso se arregla muy, muy fácil, la cuestión es ¿aceptas? Te doy la victoria y todo lo que necesites, pero a cambio serás exclusivamente mío y si veo que alguien más te toca de forma que no me guste, te matare y lo matare sin piedad alguna – dijo dejando salir una risa algo psicópata, mientras apuntaba al pelinegro con una pistola, la cual ni el pelinegro ni Marco notaron cuando la saco, pero ya estaba apuntando al corazón de Kyoshi.
-¿Y si me niego?
-Un solo BANG bastará, aunque claro, seré bondadoso y dejare ir a tu canario... Excepto que tu familia tampoco se tendrá que enterar, ya que estarán desaparecidos como pasa todos los días – explico con ironía, hablando de las constantes desapariciones de mujeres, hombres, niños y niñas en Japón. – Además, sufriste una humillación, está claro que pueden pensar que te suicidaste o algo parecido.
-Maldito – gruño Kyoshi tomando por el cuello a Nicolas sin importarle la pistola que aún le apuntaba.
-¿No quieres ser gobernador? ¿Ayudar a tu ciudad natal? ¿Cambiar el mundo como decías en ese debate? – Pregunto Nicolas mirando a Kyoshi, quien en esos momentos le gritaba y maldecía, pero sabía que su voz no era escuchada como siempre y Marco solo hablaba monótonamente y no con aquella fuerza y sentimiento que sentía en esos momentos el pelinegro. – No te sientas mal, si quieres ser escuchado, te ayudare, solo tienes que ser mío hasta la muerte – aclaro Nicolas observando que estaba quebrando el corazón del pelinegro, quien no podía entender la crueldad del ser humano y personas como ellos que solo buscan lo que quieren para deshacerse de ellos posteriormente.
-¿Solo seré tu...? - El solo hecho de decir quien iba a ser en la vida... no, más bien, en la cama de ese hombre, le daba asco.
- Me alegra que preguntarás – comento Nicolas al ver que el pelinegro se alejó para preguntarle mediante Marco y buscaba calmar su ira. – Serás mi lindo esposo, ¿Qué tal? Tú, gobernador, serás escuchado por la ciudad, tal vez llegues a la presidencia si me lo pides. Tendrás todo lo que quieras, solo debes obedecerme en algunos aspectos, ya que quiero mantener ese carácter duro y encantador que te cargas.
-Es decir, que esperas embarazarme y que te dé un heredero
-Además, eres muy inteligente, lo captas todo muy rápido
-¿Por qué yo? Digo, puedes tener a quien quieras a tus pies
-Cierto, cierto, de hecho, tengo una supuesta novia que supuestamente está esperando a un hijo mío – indico aburrido.
-¿Carol? – pregunto la piña – Kufufu esa cree que puede engañarte ¿eh?
-Lo intenta, y dejo que se lo crea – respondió burlonamente.
-Porque dices supuestamente
-Porque ella cree que no se de sus amantes y en este mundo solo Yo puedo tener amantes, pero la mujer o hermafrodito en tu caso No
-Eso es machista
-No Kyoshi, con eso aseguro que el bebé que este por llegar sea mío al 100% y no un bastardo oportunista comprendes ¿no? Son algo así como negocios – dijo acercándose a este mientras extendía la mano con una sonrisa triunfadora – entonces ¿aceptas?
-Kyoshi por su parte miraba la mano extendida y luego al rubio a los ojos, técnicamente no tenía otra opción, porque de negarse, podría hacerlo, pero ese hombre le acababa de decir que, si hacia eso iba a morir y si sus padres le intentaban buscar, estaba seguro que no tendría piedad con ellos y es algo que no iba a aceptar o tolerar.
-Tic tac, tic tac, es oferta limitada – dijo Nicolas sonriendo de lado al ver la angustia en la mirada del pelinegro quien solo cerro sus ojos con fuerza y tomo la mano del rubio aceptando el trato, sintiendo como esa pistola era alejada de su corazón. – Buen niño, me encantas.
Después de aceptar el trato, Marco quien era el único presente para ser testigo de la nueva pareja del Capo de la Familia Martinelli, miro con algo de tristeza al joven pelinegro después de ver como acepto el trato de su desquiciado jefe y amigo, si, amigo, por si no sabias. -Buen niño, me encantas – dijo el rubio realizando actos de cariño en el rostro del pelinegro, después de guardar su pistola. – Marco – llamo a la piña, quien se acercó a ellos para escuchar con mayor claridad cualquier orden que le fuera a dar su jefe. – Diles que se ocupen de todo, yo me quedare esta noche a cuidar y consolar a mi lindo Kyoshi, ya sabes, tuvo un día pesado – indico mientras veía a los ojos negros de su pareja. -Kufufu ¿Estoy a cargo? -Si, tu estas a cargo. – Kyoshi miro como el hombre de ojos miel le expresaba una descarada lujuria que no trataba de ocultar. Así que el joven decidió solo desviar su mirada aborreciendo en sus adentros lo que acababa de suceder, pues ahora pertenecía a un mafios
-No te resistas... Déjate llevar... No quiero lastimarte. – Aclaro el rubio dejando que sus ojos se cruzarán con esos ojos negros suplicantes. - Por favor... No quiero que sea así, no me hagas esto, te lo ruego. – Intentaba decirle Kyoshi, pero dudaba que el rubio le dejara tomar su libreta y lo único que hacía era intentar hablarle en señas, pues sentía miedo en esos momentos, no esperaba algo así, o tal vez, espero mucho por parte de esa persona: que le diera su tiempo, que fuera amable con él, gentil… Al parecer se mintió así mismo, pues ese hombre que ahora era su llamado “prometido” lo iba a obligar a un sexo sin su consentimiento, en pocas palabras, iba a ser forzado y aquello tan tonto para él, como lo era “haz tu primera vez, con la persona que amas”, era una farsa en esos momentos. -No llores, no quiero verte llorar. – Decía Nicolas acariciando la mejilla roja del chico que había comenzado a derramar incesantes lágrimas de dolor. – Por ahora giremos hasta que te calmes, s
-Buenos días Kyoshi – escucho un llamado que provoco un estremecimiento en el nombrado. – Despierta, no seas así, hay cosas que hacer… - Decía con un tono de voz cantarín mientras observaba como la incomodidad que estaba provocando en el cuerpo ajeno comenzaba su despertar. -Hm… – era lo único que decía en su pobre despertar. Abrir sus parpados le era cansado y le provocaba un pequeño dolor de cansancio. Cuando termino de abrirlos, diviso en su enfoque una mirada y una sonrisa burlona a su persona. – Tu… – hablo sin emitir sonido alguno, sin embargo, haber intentado hablar, le provoco un dolor que carraspeaba en su garganta. A su vez sentía unas caricias dulces en su cabello negro mientras la mirada de color miel le penetraba con una sonrisa. Se sentía confundido, hasta que miro que Nicolas no traía ropa y su piel era visible en la sabana que lo cubría a él, eso provoco un flash de recuerdos impactantes sobre lo ocurrido la noche anterior. Seguía confundido y, a su vez una mezcla de
-¿Justo? – pregunto el hombre. -Si, justo. ¿Entiendes? -S-sí, no se preocupe, yo les avisare a todos los candidatos – decía el presidente a cargo de la interacción de los candidatos. Cuando Nicolas termino la “reunión”, saco un disquete que había pedido y prepararan. -Yuto – llamo a su verdadero lacayo, porque Marco era su subordinado. -¿Si señor? -Entrégale esto a Francesco – ordeno Nicolas a Takahashi dándole el disquete mientras acomodaba su corbata algo ajustada. -¿Al chofer? -Si, al chofer, o ¿conoces otro que se llame Francesco? – respondió con molestia. – Que lo envié a la dirección que ya conoce. -Sino suena importuno de mi parte, yo puedo hacerlo Boss -¿Eres el recadero Yuto? ¿No crees que es mejor que lo lleve el chofer? – Takahashi al pensar que su jefe lo usaba de una manera más útil que de recadero, pidió disculpas y fue a buscar a Francesco Ricci el llamado chofer para darle el recado de Nicolas. - Entiendo... horita le mando mi reemplazo a Nico – declaro France
-Kyoshi Nakamoto, de verdad que me alborotas como nadie. Kyoshi tenía un sutil sonrojo mientras se sentía muy confundido por todo lo que estaba sintiendo en esos momentos notando que él rubio se relamía los labios. Lo que estaba pasando ahora mismo comenzaba a envolver el estado sentimental de Kyoshi, quien aún no entendía todo, pero pronto y podría estar ocurriendo ciertas cosas que dejaran al azabache bailando en la palma de la mano de Nicolas, o Nicolas terminara bailando en la palma de la mano de Kyoshi. -¿Por cierto les gusto mi regalo? – Pregunto mirando la bolsita de semillas la cual al ser sonada cierto pequeño emplumado ya volaba alrededor piando por un poco – Lo tomare como un si – dijo divertido mientras acomodaba todo para poder servirle. -No le sirvas mucho – comunico el dueño. -De acuerdo, solo un poquito Kibird. – Declaro Nicolas al ver lo escrito en la libreta. – Y tú ¿ya cenaste amor? – Pregunto arqueando la ceja notando lo que era obvio, como el hecho de que el pe
Por su parte Kyoshi estaba feliz, ese equipo le entendía bien y tras las presentaciones les enseño en lo que estuvo trabajando el día anterior, donde ellos mismos aportaron ideas para mejorar esas campañas y empezar con los slogans, pancartas, volantes y algunos souvenirs publicitarios e igual empezar a pensar las zonas que podrían visitar para que todos escucharan de él mismo lo que deseaba hacer para cambiar el lugar. -¡Chicos, Nicolas mando de comer para todos! – declaro Marco al ver que Takahashi había traído el pedido de Nicolas para todos los yakuzas y su prometido, donde el azabache suspiro y dejo las cosas en el escritorio, entonces fue al lugar designado como el comedor y cocina de esa oficina observando que todo estaba limpio, ordenado e incluso la cocina tenía todo equipado como una cocina común y corriente, incluso había distintos ingredientes para cocinar, pero por ahora Nicolas les invitaría de comer. -¿Él donde esta? – pregunto Kyoshi a Marco. -Kufufu se fue enojado –
La caminata solitaria de Marco lo hizo irse en una motocicleta que tenía en las cercanías para subir a ella e irse, ya que tenía que verla, si, a su linda y hermosa hija mimada que vivía con su madre la cual solo le dejaba ver a la niña una vez al mes, y con la condición de que no debían seguirlo, después de todo su ex esposa no quiso quedarse con él cuando se enteró a que se dedicaba. -Papi – dijo la pequeña corriendo al verlo llegar a su punto de reunión, provocando que él la recibiera con un cálido abrazo. -Hola ¿Cómo has estado? – le pregunto mientras observaba cada una de las facciones de su querida hija. -Bien, de hecho, hoy saque buenas calificaciones en clases -¡Oh! Eso es genial mi pequeña genio – dijo cargándola para ir a algún lugar a comer ya que su ex pareja dejaba a la nena en un sitio y luego pasaba a buscarla a otro lugar, por supuesto los dejaba solos para que tuviera un momento de padre e hija. ... -¿Ni un gracias amor? -No hagas tanto drama, si me gusto la gal
Después de una salvaje y linda mañana para el mafioso. Se permitió ser de ayuda para su querido prometido. -Entonces ¿Qué te gustaría desayunar? O… ¿Quieres que nos desayunemos? – Ante tal segunda opción, recibió un ataque inminente por parte de una acojinada almohada. Esta acción del japones provoco que la risa de Nicolas. – Entiendo, comida normal. A mí me apetece pan tostado, jugo, fruta en yogurt, y tu… supongo que lo mismo –. Indico mientras se dedicaba a cargar con cuidado a Kyoshi para ayudarlo a bañarse y poder darle un masaje para su cadera. -Ah… -Ya sabía yo que tenías voz –. Decía Nicolas al momento de besar la espalda de Kyoshi en un consuelo por el dolor que sentía por el sexo y como se lo quitaban con ese masaje tan gentil –. Qué lindo… -Tengo hambre… –. Le hizo saber Kyoshi en señas, donde Nicolas le observo confundido y en eso recordó una de las señas que había practicado con el japones, el significado de hambre o comida para que este fuera practicando. -Ya voy car