Nicolas Podía ver en Henry, una sonrisa de satisfacción al ver cómo sus "aliados". Aún no sé cómo llamarlos. Nos superaban en numero. Debía buscar una solución rápida, o las cosas podían no ser tan favorables. Shadow gruñía en advertencia, más me mantenía firme en mi posición. Sabía que no debían llegar a ellas. Henry me recordó su sangre de Alpha al desplegar su sumisión, aún sabiendo que yo no me vería afectado. Si bien al haber rechazado a Anne y posteriormente ser un renegado, aún mantenía algo de poder, el suficiente para darse a notar. Su mirada lasciva y a la vez llena de odio. Sabía que los abandonados aborrecen a las hembras, puesto que ninguna se emparejara con un lobo sin manada. Por lo tanto, cuando podían aprovecharse de alguna, no lo dudaban. Veía especial interés por Sarah, por lo que inmediatamente me di cuenta de que ese interés era meramente una afrenta para mí. Henry me culpaba por haberlo expulsado de la manada. No me di cuenta cuando un abandonado se
Sarah Esa noche no vino a la habitación, ni la noche siguiente. Me pregunte en donde estaba, que estaba haciendo o por qué no venía a mí. Esto último me dolía y me entristecía. Quizá ya había pasado de mí. No podría culparlo porque sabía que yo no era explícitamente una belleza, había desperdiciado mis mejores años al lado de James, sabía que era mercancía dañada y aunque me doliera, sabía bien que era difícil encontrar a un lobo decente después de haberme emparejado alguna vez. No pude evitar rodar una lágrima, húmeda y tibia por mi mejilla, seguida de otras más, sollozando me repetía que todo estaría bien. Tome la decisión de que por la mañana buscaría a Nicolás y le preguntaría el por qué me estaba evitando, necesitaba una respuesta sin importar si me lastimaba. ---- A la mañana siguiente lo busque sin éxito por todas partes, parecía que se había esfumado. Mi antigua habitación ya estaba lista, por lo que decidí mudarme a ella esa tarde. Pude notar que Michelle y Diane, ta
Nicolás Me sentía terrible por sospechar de ella, me aterraba que su plan fuera volver con ese idiota que la había perdido, que ya había renunciado a ella. Solo de pensarlo me volvía loco de celos, quería matarlo, acabar con él. No necesitaba un motivo, cualquier pretexto serviría. Imaginaba en mi mente las mil y un formas en las que podría torturarlo. Sería glorioso, tratarlo como la escoria que era. Estos pensamientos me estaban volviendo loco. Cuando decidí investigar todo sobre Sarah, Michelle y Diane, Gabriel y Antoine no estuvieron de acuerdo. Pero lo aceptaron como una orden más. Debíamos aceptar que no las conocíamos como pensábamos y que tal vez, solo tal vez lo que veíamos era solo una actuación. Antoine se mostraba más renuente, el me explico que la expareja de Diane, había perdido la vida durante la invasión, no obstante la vida de ella era un total infierno a su lado, la actual Luna era una perra que entrego a Diane, para preservar su mandato y la sucesión de
Nicolás El cuarto estaba lleno de sombras, solo interrumpidas por la luz de la luna atravesó del ventanal, parecía haber sido destrozado por una tormenta o una orda de bandidos, mi ropa dispersa por todos lados. Prendas regadas por el suelo, sobre los muebles y desparramada sobre mi cama. Me preguntaba que había pasado ahí. En el medio de los restos de aquella tormenta que parecía haber pasado por mi habitación. Se encontraba ella, estaba envuelta entre mis camisas y alguna que otra sudadera. Tan frágil, tan pequeña, tan abandonada, se veia tan indefensa que mi corazón pareció estallar en mis oídos, cuál cristales rompiéndose, cayendo al suelo uno tras otro para fragmentarse aún más. Quien diría que era una mujer feroz, capaz, que se entregaba con todo el corazón y no aceptaría menos que eso. No debía aceptar menos que eso. Era hermosa, fuerte, inteligente,valiente, testaruda, fruncia la nariz y enseñaba los dientes cuando me retaba. Era toda una Luna, era simplemente majestuos
Sarah Cuando desperté estaba desorientada, podría decir algo malhumorada. había pasado mal la noche anterior por lo que me negaba a salir de debajo de lo que fuera que me estaba cubriendo. Más, al darme la vuelta al tratar de escapar de la luz del sol, choque contra lo que podría describir un muro, tan duro y sólido. Nicolás estaba a mi lado, no sabía en qué momento más no me importaba, el estaba ahí dormido y eso era todo. Solo había un problema, estaba atrapada entre sus brazos y bajo su peso. Al principio no me importo, estaba con él, estaba feliz, no obstante después de un rato las necesidades físicas de cualquiera me desquiciaban. Cuando por fin despertó, yo estaba molesta, el parecía disfrutar la escena que para mí no era graciosa en lo absoluto. Me aferró con más fuerza a su pecho, yo no podía respirar, me separó en cuanto noto que me estaba quedando sin aire, mareada y sin aliento tire mi cabeza para atrás, aún no lo perdonaba por haberme evitado todos estos días o po
Sarah Sentada en mi antigua recámara me puse a pensar en lo que había pasado. Un celo tan repentino no era algo normal. Había escuchado alguna vez que eso podría suceder al encontrar a la compañero destinado, más yo aún no encontraba nada. Hanna, tú has notado algo? le pregunté a mi loba, pero ella negó, lo cual me dejó aún más intrigada. Si bien mi etapa de apareamiento no era algo de lo que avergonzarse, nunca había sido del conocimiento de los demás. Pronto habrá un eclipse de Luna, tal vez sea el efecto de la luna roja, la luna de sangre que se presentaría está noche. Sí, eso debía ser, era un fenómeno que ocasionaba estragos por el campo magnético o yo que se. Trate de buscar una respuesta. Hanna me preguntaba, si tal vez yo no deseaba encontrar a mi compañero destinado, e inconsciente me lo planteé. Si Hanna tenía razón él podría estar más cerca de lo que creía. Pero, cómo? o por qué? y más importante aún por qué no se había presentado ante mí? Mientras reflexionaba p
Nicolás Decir que perdí el control era poco decir. Después de obligarme a salir de la mansión se necesito de un grupo de soldados para contenerme. No estaba preparado para lo que Shadow revelaría tan de repente. -Compañera- El celo de Sarah la había revelado ante mí, como compañera predestinada, no tenia la menor duda de ello. No obstante mi mente racional sabía que ella ni siquiera la sabía, y que Shadow la reclamaría, si era necesario por la fuerza. Este último pensamiento me obligó a una cosa. - Encierrenme en las mamorraz. Que mis cadenas sean de plata de la mejor calidad. Traigan al médico para Sarah y no la dejen acercarse a mí, hasta que esté suceso haya acabado-Esas fueron mis últimas palabras racionales, todo después de eso es solo una serie de imágenes borrosas, que pasan una a una ante mí. Lo último que recuerdo es un golpe rotundo y después nada.Desperté tirado entre paja, encadenado de pies a cabeza, los barrotes de la celda eran de plata; pero aún así me preguntaba
Nicolás Cuando Sarah aparecio ante mí, los ojos se me inyectaron en sangre. La temperatura se elevo a traves de mi cuerpo y mis oidos silvaban. Pero, aun en mi confusión no pude evitar notar como algo en su interior cambiaba y una especie de oscuridad de apoderaba de ella.Sus habituales ojos expresivos, esos con a habilidad de calentar mi entumecido corazón, ahora sin brillo me miraban de forma acusadora. En presiso momento, sus sentimientos a por mí tenian un tinte rojo sangre, podía ver sus garras expuestas, su mirada perdida y el dolor a traves de su ahora inexpresiva mirada. Y me pregunte el por que parecia que llegaba de una batalla, su cabellos estaba embarañado, su ropas rasgada y tenia salpicaduras de sangre en todas partes de su cuerpo, incluso un manchon amrron de ela se empezaba a cecar sobre su mejilla.¿Qué habia pasado desde que habia escapado por la ventana?, ¿Se había encontrado tal vez con los hombres de Henry?, la sola idea de que pudiera estar herida me transtorno