Nicolás El cuarto estaba lleno de sombras, solo interrumpidas por la luz de la luna atravesó del ventanal, parecía haber sido destrozado por una tormenta o una orda de bandidos, mi ropa dispersa por todos lados. Prendas regadas por el suelo, sobre los muebles y desparramada sobre mi cama. Me preguntaba que había pasado ahí. En el medio de los restos de aquella tormenta que parecía haber pasado por mi habitación. Se encontraba ella, estaba envuelta entre mis camisas y alguna que otra sudadera. Tan frágil, tan pequeña, tan abandonada, se veia tan indefensa que mi corazón pareció estallar en mis oídos, cuál cristales rompiéndose, cayendo al suelo uno tras otro para fragmentarse aún más. Quien diría que era una mujer feroz, capaz, que se entregaba con todo el corazón y no aceptaría menos que eso. No debía aceptar menos que eso. Era hermosa, fuerte, inteligente,valiente, testaruda, fruncia la nariz y enseñaba los dientes cuando me retaba. Era toda una Luna, era simplemente majestuos
Sarah Cuando desperté estaba desorientada, podría decir algo malhumorada. había pasado mal la noche anterior por lo que me negaba a salir de debajo de lo que fuera que me estaba cubriendo. Más, al darme la vuelta al tratar de escapar de la luz del sol, choque contra lo que podría describir un muro, tan duro y sólido. Nicolás estaba a mi lado, no sabía en qué momento más no me importaba, el estaba ahí dormido y eso era todo. Solo había un problema, estaba atrapada entre sus brazos y bajo su peso. Al principio no me importo, estaba con él, estaba feliz, no obstante después de un rato las necesidades físicas de cualquiera me desquiciaban. Cuando por fin despertó, yo estaba molesta, el parecía disfrutar la escena que para mí no era graciosa en lo absoluto. Me aferró con más fuerza a su pecho, yo no podía respirar, me separó en cuanto noto que me estaba quedando sin aire, mareada y sin aliento tire mi cabeza para atrás, aún no lo perdonaba por haberme evitado todos estos días o po
Sarah Sentada en mi antigua recámara me puse a pensar en lo que había pasado. Un celo tan repentino no era algo normal. Había escuchado alguna vez que eso podría suceder al encontrar a la compañero destinado, más yo aún no encontraba nada. Hanna, tú has notado algo? le pregunté a mi loba, pero ella negó, lo cual me dejó aún más intrigada. Si bien mi etapa de apareamiento no era algo de lo que avergonzarse, nunca había sido del conocimiento de los demás. Pronto habrá un eclipse de Luna, tal vez sea el efecto de la luna roja, la luna de sangre que se presentaría está noche. Sí, eso debía ser, era un fenómeno que ocasionaba estragos por el campo magnético o yo que se. Trate de buscar una respuesta. Hanna me preguntaba, si tal vez yo no deseaba encontrar a mi compañero destinado, e inconsciente me lo planteé. Si Hanna tenía razón él podría estar más cerca de lo que creía. Pero, cómo? o por qué? y más importante aún por qué no se había presentado ante mí? Mientras reflexionaba p
Nicolás Decir que perdí el control era poco decir. Después de obligarme a salir de la mansión se necesito de un grupo de soldados para contenerme. No estaba preparado para lo que Shadow revelaría tan de repente. -Compañera- El celo de Sarah la había revelado ante mí, como compañera predestinada, no tenia la menor duda de ello. No obstante mi mente racional sabía que ella ni siquiera la sabía, y que Shadow la reclamaría, si era necesario por la fuerza. Este último pensamiento me obligó a una cosa. - Encierrenme en las mamorraz. Que mis cadenas sean de plata de la mejor calidad. Traigan al médico para Sarah y no la dejen acercarse a mí, hasta que esté suceso haya acabado-Esas fueron mis últimas palabras racionales, todo después de eso es solo una serie de imágenes borrosas, que pasan una a una ante mí. Lo último que recuerdo es un golpe rotundo y después nada.Desperté tirado entre paja, encadenado de pies a cabeza, los barrotes de la celda eran de plata; pero aún así me preguntaba
Nicolás Cuando Sarah aparecio ante mí, los ojos se me inyectaron en sangre. La temperatura se elevo a traves de mi cuerpo y mis oidos silvaban. Pero, aun en mi confusión no pude evitar notar como algo en su interior cambiaba y una especie de oscuridad de apoderaba de ella.Sus habituales ojos expresivos, esos con a habilidad de calentar mi entumecido corazón, ahora sin brillo me miraban de forma acusadora. En presiso momento, sus sentimientos a por mí tenian un tinte rojo sangre, podía ver sus garras expuestas, su mirada perdida y el dolor a traves de su ahora inexpresiva mirada. Y me pregunte el por que parecia que llegaba de una batalla, su cabellos estaba embarañado, su ropas rasgada y tenia salpicaduras de sangre en todas partes de su cuerpo, incluso un manchon amrron de ela se empezaba a cecar sobre su mejilla.¿Qué habia pasado desde que habia escapado por la ventana?, ¿Se había encontrado tal vez con los hombres de Henry?, la sola idea de que pudiera estar herida me transtorno
Nicolás Sarah colapso ante mis ojos, la vi desplomarse en el suelo con el susurro del viento en contra, su melena quedó dispersa tapándole el rostro. No podía pensar, no entendía nada, el terror se apoderaba de mi y el dolor de Shadow, -Esta envenenada- Grito este en mi mente con la desesperación en su aullar, -siento como su loba se va debilitando- Ella yacía inmovil hay en el suelo, hacía un momento me acusaba con su desprecio y ahora estaba inerte, se veía tan vulnerable, tan frágil que parecía que su vida se extinguiría en un abrir y cerrar de ojos. Me pregunte cómo había sido envenenada puesto que no parecía estar herida, quién se atrevería. -Lo mataré - me prometí. No era una escena facil de ver, la plata habia cobrado su precio en mí, haciendo menguar mis fuerzas, mi mente luchaba por no perderse en la inconciencia, necesitaba recuperarme pronto. No podia desmayarme, necesitaba actuar pronto. Necesitaba recuperar mis fuerzas lo más rápido posible. De pronto y sin más, una f
Sarah Me encontré caminando en medio de un bosque de pinos nevados, sin dirigirme a algún lugar en especial. Andando sin avanzar, sin llegar a ninguna parte y sin recordar cómo había llegado ahí. Estaba oscuro, las sempiternas sombras gobernaban cada centímetro del lugar y solo un claro de luz de luna se colaba en la distancia, sin poderlo alcanzar. -Sarah- me llamo una voz que no pude reconocer; más, por alguna extraña razón me parecía tan familiar. -Sarah-volvía a llamarme una, otra y otra vez, trate de tranquilizarme y reflexione buscando recordar cómo había llegado aquí. Lo último que podía recordar era a mi gritando enloquecida por la rabia, el dolor y la impotencia de sentirme traicionada una vez más por alguien que me importaba. De pronto todo se puso borroso y lo siguiente soy yo aquí caminando. Será acaso que morí?; y si es así, quien me está llamando?, debe de haber una explicación. Deje de avanzar mientras llegaba a estas conjeturas, por lo que ahora la voz se es
El lobo negro ahora convertido en un niño, se llamaba Einar y el lobo blanco convertido en niña se llamaba Kaira. Kaira y Einar, con su nueva identidad y el conocimiento que les había dado la diosa Luna, vivieron escondidos entre aquellos que los perseguían, aprendiendo aquellas cosas que como lobos desconocían de los humanos, puesto que de ellos dependería su supervivencia, debian fingir ser humanos, no debían ser descubiertos.la Diosa les había dicho que al ser adultos debían salir de ahí y asentarse en aquellos bosques de pino nevado y fundar ahí juntos la primera manada. Cuando tuvieron la edad para convertirse nuevamente en lobos, su espíritu salvaje mostró su verdadera naturaleza. Ya no eran solo lobos y nunca habían sido humanos, ellos eran los primeros Licántropos. Eran más fuertes, más inteligentes, más poderosos de lo que alguna vez fueron. Nunca olvidaron sus vidas como lobeznos, así como nunca olvidaron la bendición de la Diosa Luna. Cada Noche de Luna llena, cambiaba