Realmente quería saber en qué parte de nuestra conversación yo le dije que quería tener sexo con él, porque parece que hubo una fuga de información que nos llevó a tener una idea incorrecta de cuál era el motivo de nuestro encuentro. — Curthwulf…— Te extrañaba, mujer. Pero, más allá de lo sexual, extrañaba sentirme tan tuyo que no hubiese duda de que mi vida cuerpo debía servirte a ti. Que solo debía estar para ti, cariño — dice Curthwulf acercando sus labios a los míos y por ello, yo giro mi rostro, para sentir posteriormente sus labios húmedos sobre mi cuello.Gimo por el impacto y como este causa una descarga eléctrica en toda mi columna vertebral. Pero, no cedo, aunque estoy en medio de una trampa sexual, me concentro en controlarme, porque ya sé que significaría tener sexo con él o con alguien más.— Curthwulf, aléjate, yo no vine a tener sexo contigo y no comprendo que te hizo pensar en ello, pero, por favor aléjate. Debo hablar algo serio contigo y no puedo hacerlo así.— Si
Estaba sorprendido, pero, era más que eso. Sus ojos se llenaron de un mar rojo que poco a poco se fue disipando. La sorpresa mezclada de alegría, fue reemplazada por un rastro de decepción y preocupación.— Charlotte… vamos a sentarnos un rato. — dice Curthwulf llevándome hasta la cama.Su preocupación es cada vez más evidente y por eso, sé que piensa que me he vuelto loca y siendo sincera, no lo culpo, acabo de decirle que la bebé que nació hace meses, sigue viva. Una bebé que había muerto porque el cuchillo que Brittany clavó sobre mí había atravesado su corazón.Era evidente que estaba preocupado por mí, y también lo estaría si hubiese enterrado a mi hija y de la nada él me dijera que estaba viva sin mostrar una prueba de ello. Fue en este momento que desee esperar y decirle solo cuando la tuviera en mis braz
Un corto circuito, eso era lo que pasaba por la cabeza de Curthwulf o solo eso podría definir al ver que esta tan concentrado en nada en especial en vez de celebrar conmigo que nuestra hija está viva.— Charlotte… sé que en tu mente Seok Min es una persona asombrosa, pero, hay límites.Sabía que no me iba a creer, su calma me lo decía, por eso, llevo su mano a mi corazón y lo miró fijamente.— Siéntelo, Curthwulf. Siente como mi corazón late ante la emoción de que mi hija está viva, pero, además de eso, siente como estoy relativamente completa. No… así no va a funcionar. — digo y me levanto quitándome el vestido que me muestra solo usando una pequeña panty como ropa interior.Me giro, para que vea las marcas en mi cuerpo. Era notoria mi marca.— La marca leve es de Lowell, lo sabes, es la marca de ser su
¿Qué pasaba conmigo? Quería pensar en todos los efectos que era conectar con alguien y como ahora si lo hacía, no era posible romperlo, porque ya no había forma de algún error. Los dos éramos lobos, no había el margen de error por ser humana.Así que, una vez la conexión hecha, no había oportunidad de romperse, ¿era esto lo que quería? Habíamos pasado por muchas cosas y había descubierto que había sido seis veces la esposa de Seok Min, un hombre que me esperó y buscó siete vidas para estar conmigo.Entonces, sumado a eso y que ahora los dos éramos humanos, mi pareja perfecta debía ser Seok Min, el hombre que aunque también me hizo daño en el pasado, se ha esforzado en ayudarme en cada vida, pero, ¿Por qué mi mente que sabe todo eso, permite que mi mano baje la cremallera del pantalón de Curthwulf?&nbs
No comprendía porque siendo humana, podía controlar mi excitación o no dejarme llevar por mi periodo de ovulación, pero, esta vez se sentía tan imposible para mí. No comprendía porque siempre tenía que complicarse mi vida cuando no estaba lista para algo.Porque, si de algo estaba segura era que no quería pasar el resto de mis días, que son muchos, anhelando a alguien que morirá prematuramente. Menos, cuando tenía tantos hilos para unirme con otras personas.— Debemos detenernos. — digo intentando alejarme de él, pero, solo mis manos toman distancia, porque mis piernas, no se atreven a moverse y por eso, mi pelvis sigue muy cerca de la de él.— ¿Realmente eso quieres? Porque tu cuerpo está bastante caliente y anhela todo, menos que nos alejemos.— Venimos aquí a hablar de Chiara. Ese era el motivo de mi presencia aqu&iacut
Era una locura, ¿Cómo podría estar en esta situación con el hombre del que deseo divorciarme? ¿Cómo es posible que lo deje tocarme tanto cuando ni yo conozco así mi cuerpo? Se supone que debería tomar distancia de él, pero, ¿Por qué estoy en estos momentos así?— Curthwulf… — susurro y él se aleja de mi botón de placer, para mirarme con tanta lujuria que siento que voy a derrumbarme.Su mirada, mostraba deseo puro, su cabello desordenado, sus labios hinchados y brillantes por la capa de mi liquido sobre ellos y sus mejillas sonrojadas, causaba que viera la primera maravilla del mundo, porque sin duda, esta vista lo catapultaba al primer puesto del mayor placer visual que alguien podría tener.‘Y es solo mío. Únicamente yo lo he probado, ni siquiera su primera esposa pudo hacerlo’ me dice mi mente y yo sonrío satis
Cinco horas después.Sentía que no podía más. Había tenido tres orgasmos y seguía deseando más. Tenía una frustración inmensa, porque, aunque había tenido tres liberaciones, sentía que no eran siquiera la mitad de la liberación que realmente pasaría si dejara que él tuviera sexo real conmigo y no solo toques.— Sigues sin sentirte mejor. Esto no está bien — dice Curthwulf agotado por el trabajo que ha hecho y como aún no he sido saciada.— Esto no debería estar pasando, pero, ya me duele. Siento que no puedo más. Es como si necesitara la descarga correcta para que mi cuerpo reaccionara de la manera adecuada. Así que…— No lo haré. Hablaré con Terry sobre algo que pueda pensar sobre ello. He escuchado que hay supresores para esto y aunque debes buscar el perfecto para ti, deberíamos
No había manera de que pudiera calmar mi malestar, por ello, Curthwulf se marchó antes de poder perder la cordura que tanto le contaba mantener, porque la calma la había perdido hace tiempo.Lloré. Nunca me había sentido así de mal y aunque sentía que ya mi cuerpo no era mío cuando tenía a mis bebés en mi interior, esta era una forma distinta de condena, una que me decía la cura que podría tener inmediatamente si me decidía.‘¿Cómo podré soportar una semana así?’ me pregunto mentalmente.Al poco tiempo, aparecen unas mujeres, quienes me llevan a una tina llena de hielo que no calma en absoluto mi malestar y por ello, continúo llorando mientras las mujeres intentan pedirme que me concentre en cosas agradables, cuando mi mente solo piensa en sexo.Era el final de mi vida, lo podía sentir porque solo un fuego como est