Lentamente, me alejó de sus labios, terminando el beso. Pero, él me impide alejarme completamente de él. Sus manos, están en mi espalda y su frente, se pega a la mía causando que sienta en mis labios el suspiro que emite.
— No sabes cuanto te extraño y no hablo de lo sexual, si no, lo conectados que estábamos antes de que todo se arruinara. — dice Curthwulf.— Curthwulf, ¿Qué te dije de quedarte en el pasado?— Sería bueno que muriéramos los dos, quizás si morimos a la vez, podríamos marcharnos juntos al más allá y…— Curthwulf, detente o realmente voy a molestarme.— Charlotte…— No es sano lo que estás hablando y entiendo que estes pasando por un momento difícil. Pero, todos hemos sido demasiado pacientes, para que estes, aun así. Ya basta. No me importa que, si deboDos días antes de la fecha de parto estimada.Las cosas habían mejorado significativamente en mi familia. Aunque el día se acercaba con mucha rapidez, veía a todos más calmados. Curthwulf, había retomado su búsqueda para encontrar a Gustav y mi hermana, como también, estaba retomando las responsabilidades de la manada.Esto último, lo hacía con los niños en mi habitación, por lo que, nos entreteníamos aprendiendo de liderazgo y como ser un buen alfa para la manada. Ello, me emocionaba, porque veía como los niños compartían mientras aprendían.Además, aunque estaban ocupados aprendiendo, no dejaban de consentirme, por lo que, estos días, hemos ido al spa que hay en la mansión e incluso, hemos recorrido parte del lugar, como si estuviéramos en una expedición, donde las sorpresas y muchos regalos, no se hacen esperar.
Todos caminamos por la calle de honor, mientras muchos se sorprenden al ver mi abultado vientre. Ya que, la noticia de mi embarazo, fue algo que decidimos mantener en secreto, pero, ¿ahora para que hacerlo si en menos de cuarenta y ocho horas, mis bebés nacerán?El presidente de la empresa, corre hacia nosotros con nerviosismo y saluda a Curthwulf estrechando su mano con cuidado. Pareciera que tuviera miedo de que se rompiera, aunque, conociendo la fuerza de Curthwulf, eso era básicamente imposible.— Nos alegra tenerlos aquí, señor y señora Holftmann. — dice el presidente saludándome.— Lamento haber planeado esto de un momento a otro. Pero, mi esposa estaba aburrida en casa y se me ocurrió que viera la empresa de la que es dueña. — dice Curthwulf y yo giro mi cabeza como si estuviera en una escena de terror sobrenatural.‘¿Qué yo que? Que alguien me
Suspiro profundo intentando despejar el dolor que siento por saber que pronto moriré y me concentro en lo bueno que estoy viviendo, por lo que, le sonrío al hombre que ha estado luchando con su dolor al punto de parecer casi al hombre que conocí hace dos años aquí.— ¿Por qué querías venir aquí? Sé que querías anunciar nuestra relación, porque si algo tengo claro, es que eres posesivo, pero, ¿tienes otro motivo? — pregunto intentando distraerme.— Aquí me conociste, pero, yo ya te había visto desde que estabas en el apartamento de tu hermana esa misma mañana.— ¿Cómo podrías…? — pregunto, pero, me quedo en silencio al saber que mi esposo es capaz de muchas cosas.‘Vaya, ya lo llamas esposo. Y según veo, el odio que sentías por sus elecciones, han disminuido mucho’ dice m
Mientras me besa, medito si fue buena idea decir tanto, pero, cuando finaliza el beso, su caricias gentil hace que no le dé importancia, ¿Qué hay de malo un poco de cariño antes de morir?— Creo que los niños ya tuvieron suficiente de pasear solos, ¿Qué te parece si nos unimos al recorrido después de que revisen que todo está bien contigo? — pregunta Curthwulf y de inmediato, la puerta se abre con Terry paseando una silla de ruedas, llena de medicina.— Oh, no.— No importa donde estés, la medicación no puede saltarse. — dice Terry y yo suspiró profundo.Como el nacimiento está cerca, la medicación es entregada con más frecuencia al punto que siento que soy más medicación que persona en sí.— Por Dios, me veo muy bien para estar en silla de ruedas por la empresa. — me quejo mientras me d
Los niños aparecen y comemos en familia, mientras los empleados que vienen a la cafetería, nos miran y susurran entre sí. En el pasado, ello me hubiese afectado, pero, con todo lo que he vivido y tengo por experimentar, que hablen de mí no es algo que me preocupe.Por lo que, la pasamos juntos e incluso, nos tomamos una foto familiar en la empresa que aún no proceso que sea mía. Aunque creo que nos dirigimos a casa, realmente vamos a un parque de diversiones, donde los niños saltan emocionados y a mí me alegra que no dejen de ser niños a pesar de todo lo que hemos vivido.— Deberíamos ir a la montaña rusa — dice Zaid.— O al castillo embrujado. Seria ello increíble. — dice Lowell mientras más lugares a donde ir, se escuchan.Mientras, yo miro a Curthwulf quien sonríe al ver a los niños emocionados.El lugar está muy concurri
La emoción me invade y aunque me siento cansada, corro hacia ella, sin embargo, la loba que me escoltaba y varios a mi alrededor, se interponen en mi camino cuando tropiezo y casi caigo al suelo.— ¿Se encuentra bien, señora? — pregunta uno de ellos, mientras Curthwulf corre hacia mí y me toma de las mejillas con ambas manos.— ¿Sucede algo? ¿Te duele algo? — pregunta Curthwulf con preocupación.Mis bebés se mueven mucho y ello hace que me duela un poco al punto de gimotear, por ello, bajo mi mirada a mi vientre, deseando que aún no sea el momento adecuado para nacer. Cuando levanto mi mirada y observo hacia el punto donde estaba mi hermana, ya no la veo.— Gabriela… Curthwulf, Gabriela está aquí. — susurro mirando a Curthwulf con mi vista nublada por las lágrimas.— Debes calmarte. Relájate un poco, porque no logro comp
El miedo me paraliza, pero, eso no pasa con mis bebés que se mueven con violencia. Todo queda en silencio y no sé si eso debo clasificarlo como algo bueno o malo. Por lo que, no me atrevo a moverme. Tengo miedo de descubrir que solo es la calma antes del caos.— ¡Charlotte! — escucho gritar y yo levanto mi mirada, para ver como mi esposo corre hasta la montaña de cuerpos que cubren a los niños y a mí.Es en este momento que me doy cuenta de que más de cinco hombres lobos corrieron a protegerme y a los niños, incluyendo a Retmus. quienes, poco a poco se alejan de mí.— ¿Se encuentra bien, señora? — pregunta uno de los hombres lobos y yo asiento.— Creo que estoy bien.Varios son los rostros que me resultan conocidos. Aunque siento que han pasado años, mi mente me lleva al tiempo antes de casarme, donde vivíamos en una isla con los sobrevivie
Tenía miedo. No podía ignorar el hecho de que Gustav es experto en hacer trampas con el fin de ganar. No se sabía por dónde iba a aparecer y mucho menos, lo que iba a hacer. Por ello, debía ser cuidadosa. Un error podría costarme mucho.— No debí llevarlos fuera. Seguramente eso fue lo que atrajo a Gustav. Ninguna seguridad que tome, va a ser suficiente para alguien como él. No debí subestimarlo y creer que no iba a estar cerca. Ahora… ahora…— Oye, no pienses en eso. — digo tomando su rostro con mis manos.Sabia cuan destructivos podían ser sus pensamientos, por lo que, me esfuerzo en que se concentre en responder al ataque de Gustav. Necesito que tenga ganas de vivir y no que por la culpa que siente, termine muriendo. Eso sí que destruiría todo por lo que nos hemos esforzado los niños y yo, para que Curthwulf saliera de ese caos en el que &eacut