Sin embargo, la vida cruel lo abrumó. Si realmente llegara a golpear a alguien, ¿quién resolvería la situación por él? Tenía una madre de edad muy avanzada y una hermana joven que aún estaba estudiando.Si lo metieran en la cárcel, nadie podría cuidar de su familia en su lugar. Miguel miró fijamente
—Mi prima es la presidenta de la compañía Salamanca… No me golpee más, por favor... —Victoria se puso pálida y apenas si podía respirar.Al escuchar sus palabras, Sofía no logró calmar su enorme ira, sino que pisoteó sus piernas furiosamente con sus tacones.—¡Pum! —Victoria cayó estrepitosamente al
Alicia no podía creer que la señorita Martínez la hubiera golpeado.—¡Tonterías! Este collar me lo regaló mi padre. Obviamente, me lo has robado. ¡Ladrona! —se quejó Sofía, furiosamente apretando los dientes.Este era el collar que le había regalado a Arturo. ¿Cómo podía estar ahora en manos de Alic
En el Hospital Ríomar, Pedro fue llamado para una cirugía. Al salir del hospital, se encontró con que Alicia había sido llevada a la sala de urgencias. Inmediatamente, solicitó el informe médico de Alicia, el cual revelaba la gravedad de su estado: múltiples contusiones y tres huesos rotos.—¡Dios m
—Buenas, ¿qué pasa, señor Rodríguez? —saludó amablemente José.—¿Puedes ayudarme a encontrar a la señorita Martínez? Cuanto antes —respondió Miguel con una voz muy fría.Desde la voz fría de Miguel, José podía sentir su gran ira. Tal vez esta señorita Martínez tuviera un mal paradero. No se atrevía
Miguel se fijó en estas personas y en su mente surgió la escena de unos días antes. ¿Esta mujer no era la que había visto en la mansión de la Bahía Celestial? Parecía tener una relación íntima con Arturo.—Parece que eres Sofía Martínez. Si te disculpas ahora con Alicia arrodillándote, puedo dejarte
—No importa realmente quién seas, muchacho, pero tu muerte está a la vuelta de la esquina.Ya estaba acostumbrado a mostrarse soberbio, con una arrogancia propia del Puño Sur. Por eso, aunque Miguel lo golpeó fuertemente, no iba a reprimir su orgullo.Sin embargo, alguien tan altivo, tan orgulloso c
Sofía se quitó lentamente su chaqueta. Al instante, el viento se llevó su chaqueta fina. Sin embargo, Miguel no parecía estar afectado por esto.Sofía apretó los dientes y decidió quitarse toda la ropa.Ahora, se quedó desnuda en el viento, temblando por el frío incesante. Aun así, no se atrevió a