Alicia pasó unos días difíciles. Con la apertura de la construcción, su dinero se agotó rápidamente. Alicia cerró los documentos que tenía en la mano y se dirigió directamente a la habitación de su madre. Llamó a la puerta. —¿Qué pasa?Desde adentro, se escuchó la voz de Ana. Alicia abrió la pu
Alicia frunció las cejas y preguntó:—¿Quiénes son ustedes?—Por supuesto que somos tus deudores. ¿Eres Ana Gómez, no? —preguntó un calvo.—Ana es mi madre.—Pues, así que no nos hemos equivocado de lugar. Tu madre ha prestado veinte millones de Próspera Gestión y nos ha prometido que saldará la deu
Con la poca fuerza que tenía Alicia, no podía escapar del calvo.Ana se adelantó y gritó desgarradoramente:—¿Qué están haciendo? ¡Suelta a mi hija!—¡Lárgate! —El calvo no tenía ninguna piedad con Ana y le dio una patada. Ana volteó en el suelo.—Vieja, si quieres salvar a tu hija, es mejor que re
A Francisco se le notaba la cara de satisfacción cuando sacó una tarjeta bancaria y dijo: —Toma este dinero por ahora, te contactaré si necesito algo más. Tengo un asunto importante que atender esta noche.—Está bien, Francisco —respondió Rosendo con una sonrisa mientras aceptaba la tarjeta bancari
Miguel apenas podía soportar las llamas de su ira y al apretarle las manos a Rosendo con fuerza exclamo un: —¿Cómo? Rosendo se puso rojo y apenas podía respirar. —Por favor... perdón... perdón...A lo que Miguel con toda la fuerza a su disposición. —¿Dónde está Alicia?—En la villa número 13 de
—¿Francisco usted...? Alicia palideció de miedo y se levantó de un salto, intentando escapar de aquel lugar.Francisco la interceptó y la tiró al suelo con toda su fuerza. —¡Déjame! —Alicia gritó de dolor. Francisco irónicamente le dijo: —Alicia Salamanca, mejor de ahora en adelante me sirves ob
En el bolsillo de Francisco comenzó a vibrar un teléfono. Miguel lo sacó y se dio de cuenta que la llamada era del padre de Francisco, quien sin escuchar inmediatamente comenzó a regañar furiosamente:—¿Dónde mierdas te has metido bastardo? ¿No te dije que fueras a recoger a la señorita Gonzáles?—S
Paramedico, ¿qué está pasando aquí?—La paciente ha sido golpeada repetidamente y está bastante grave. ¿Quién es usted? — preguntó el paramédico.—Soy uno de sus colegas.Al ver la situación, la enfermera preguntó rápidamente: —¿Podría contactar entonces a su familia?—Sí, claro que puedo —el hombre