Un bebé en camino. Odette. — Lamento mucho la muerte de tu padre— Escucho a mis espaldas. Sonrío de manera cínica. «Yo no la siento» Solamente había sido un negocio más para él, encontrar a una hija cuya existencia sabía en su mente desde que nací, desde que fui puesta en ese horrible lugar. Él tanto como mi madre, estaban manchados de suciedad. — Gracias. Pero es mejor así. Estaba sufriendo mucho. Encontrar el cáncer en él, fue una noticia devastadora, ahora comprendía la disminución de su razón para tomar decisiones, ello le trajo la ruina. No podía permitir que los demás se dieran cuenta de ello, estaba a nada de la quiebra. Al ser la única hija biológica, las propiedades también pasaban a ser mías. Pero, de la misma forma, las deudas. El funeral fue algo simple pero costoso, no sabía la cantidad de amistades que mi padre poseía en el medio hasta que la iglesia se llenó. Algunos para dejar sus condolencias, otros para asegurarse de que su camino en la industria estuviese va
Era lo que era. Y lo que pensaba en ser.— ¿Quién es usted?— Hablé de manera defensiva. La mujer de edad avanzada y aspecto descuidado, no quitaba su mirada de mí. — Te pareces mucho a ella. Veo que llevas a un ser en el vientre— Su mirada se estuvo en mi abultado, quién ya empezaba a pesar, estaba a tres meses de conocer a mi hijo. Daniel. — Hable ya. ¿Qué es lo que busca? O llamaré a seguridad. — Odette, llamada así Por el cuento favorito de tu madre. —¿Mi madre? ¿Usted conoció a esa mujer?— Hablo con amargura. — Tu odio sin sentido y sin razón, empieza a envenenar tu alma jovencita. Y si, yo conocí a Dora desde que era una niña. —¿Dora?— Su verdadero nombre— respiré profundo. Poseía dos opciones, la dejaba entrar y escuchaba lo que tenía para decirme o simplemente, llamaba a seguridad. — Pase. Tiene solamente unos minutos para convencerme de que vale la pena escucharla. La mujer de cabellera blanquecina con pequeños rayos oscurecidos, se sentó en el sofá individual de la
Marcel Jhonson. —Bien, podemos hacer esto por las buenas o por las malas. Tú decides— Caminé de lado a lado con mis manos sujetas a mi espalda. Bajé la cabeza pero mi tono de voz sonaba amenazante. —¡Ya se lo dije! Yo no sé nada. Sera jamás me dijo que escaparía junto con Amanda— gruñe cruzándose de brazos. — ¡Daniel! Voy a eliminar tu membresía de jugador estrella si no me dices la verdad. — ¿Es en serio? No se nada. No me lo dijeron, de haberlo sabido, hubiese ido con ellas— Lo fulminé con la mirada. — Cuando tú padre se entere que su prometida, que además esta embarazada, desapareció. ¡Va ha cortarme la jodida cabeza! —¡¿Creé que no lo sé?! A mí me meterá a un internado militar. — Esto no está bien. Jamás debí haber dejado sola a Amanda. Pero se acabó. Iré a buscarlas. —¡¿Qué?! Yo también voy. — De ninguna manera. Traeré a Oliver para que se hagan compañía. Simone y Nana los cuidarán. — Simini in nani lis cuidiran— rezongó. —¿Qué dijiste? — ¡Esta bien ya qué!Salí de su
Historias cruzadas. Sera.¿Qué es el amor? ¿Un villano a caso? ¿O el verdadero héroe de nuestras vidas? El amor está preso en cada celda de nuestra existencia. Se convirtió en un instinto de supervivencia, en una ley, en un reino, en una condena e incluso, el castigo más errático de todos. El amor se había convertido, más que en un sentimiento. En un respectivo negocio; libros, musica, películas, shows. El mundo entero giraba entorno al amor y desamor, una peligrosa aventura de pasión y deseo. — Quisiera entenderlo— Suspiró la chica a mi lado. —¿Entender qué? — Cuestioné. — Al amor claro. ¿Por qué mierda tiene que ser tan complicado? Es decir, a veces es un verdadero grano en el culo— articuló con desagrado. — Vaya que te han lastimado entonces. ¿Es ese chico? Con el que llegaste— Inquirí curiosa. — Siempre estuve enamorada de Fabián. Era mi mejor amigo— Su voz se quebró por un instante. Le entendía, muchas veces me hice la fuerte cuando en realidad no lo era. — ¿Y qué pasó?
— Ha pasado un poco más de un año. Este reencuentro es, lo que todos necesitábamos Adriana. ¿A caso no te emociona reencontrarte con Fabián y Mariano? — Respiré profundo. — Quizás pero, no tanto después de nuestra última conversación. — Tiene un matrimonio Adri. Yo también odio a Susan, pero... — Es su esposa ya lo sé. Me quedó Claro Stelle. — Solo trata de, mantenerte tranquila. Pasaremos el fin de semana es esa hacienda y, todo habrá acabado. Es más, si no te gusta, nos vamos a dónde sea. — No sé que haría sin ti Stelle— Le di un abrazo a la chaparra. — Bueno debo irme. Preparé mi maleta. Mañana nos recogerán muy temprano. Ánimo sí— Asentí con la cabeza. «No puedo creer que vaya a aceptar hacer esto» Resoplé. Había pasado más de un año. Un año donde mi vida había cambiado por completo, decidí abandonar a la versión de Adriana, de la chica en una familia perfecta. Abandoné la universidad en estudios contables, ahora estaba en Nueva York. Viviendo lo que tanto había soñado. M
Rellené mis labios de un color rosa cereza, respiré profundo y me di otra mirada al espejo. « Eres hermosa recuérdalo» me repetí Me había colocado una falda de tela cálida color gris. Medias oscuras, suéter color crema y un abrigo negro. Me miraba bien, me miraba siendo yo misma. «Que no te importe, de verdad que no te importe» Ya no lo amo. Ya no significa nada para mí. Ni siquiera pensaré en él. Quise golpearme a mí misma por ello. — ¿Por qué es tan imposible olvidarte?Las cosas siempre eran difíciles pero él, él era imposible. Coloqué todo en mi bolso. Tomaríamos un avión hacia Louisiana, dónde estaba la hacienda de Fabián. Obviamente el había pagado todos gatos, tantos de las chicas como de los chicos. No entiendo cómo jamás se dió cuenta que Susan solo buscaba su fortuna. Sentí un pequeño dolor en el vientre a causa de los nervios. De verdad no deseaba pasar mis últimos días de vacaciones viendo al hombre que me robó mi corazón. Una parte de mí, la poco egoísta y razon
•Una verdad muy Agria•— Hace un poco de frío. No me puedo imaginar cómo será el campo. ¿Crees que aún esté nevado— Preguntó la rubia.— No lo creo Stelle.— ¿Sigues molesta por abrir mi bocota?— Negué sonriendo.— Tenía que verlo algún día. Tan solo estaba posponiendo todo más de lo que debería. Igual no importa. Créeme no me afecta— Traté de verme segura.— Si claro. No te afecta.Indagué en mis mensajes de texto, Mamá me había saludado, ella y yo hablábamos quizás dos veces al mes. Papá y Bárbara seguían sin dirigirme la palabra.…Abordar el avión fue lo más estresante de todo. Un vuelo pequeño pero joder con los encargados del equipaje. Casi pierden mi maleta, y ni que hablar del servicio, estoy segura que Susan tuvo algo que ver con los boletos, el peor avión, los peores asientos. Incluso yo pude haber pagado un mejor vuelo. —De haberme llevado mi becaAntes—. Bufé cansada, una vez aterrizó el avión noté que el clima era bastante malo.Inglewood California, solía tener climas cá
Del otro lado del mundo, mientras Andriana soltaba su dolor por medio de las palabras, ante la presencia de un alma fuerte como Sera. Una hermana separada al nacer de un sol, brillaba en su propia oscuridad. Sin saber que Giovanny Arcuri y Leonardo Heitman. Los dos hombres más importantes de su mundo. Se unirían gracias a una pelirroja de baja estatura y una rubia embarazada. Llena:Me sentía cansada, cada fibra de mi cuerpo tenía una sensación de entumecimiento. Respiré profundo, las pesadillas eran las mismas de siempre, mi insomnio estaba destrozando mi sistema.El juego de sueños siempre era igual, miraba a un hombre de espaldas, una niña de cabellos oscuros y yo, yo sentada en una silla pequeña. La escena se desmoronaba completamente, causándome un vacío enorme.—¡Llena esta listo el desayuno date prisa!— La voz de mi tía Eliey me saca de mis torturosos recuerdos. Suspiro aún adormilada. Me levanto de la cama pero al sentir un pequeño mareo me mantengo sentada, hace días me sie