Para suerte de Emma, Emily compartía el mismo horario de clases, así que se sentó a su lado en cada una de ellas. Al principio fue incómodo, pues Emma no era afecta a ser tan sociable, pero después se sorprendió al notar que Emily era una chica excepcionalmente inteligente y también agradable. En ca
—Es obvio que él esté aquí, es el dueño de la empresa mercantil Bafel. Aunque no ha estado muy bien últimamente, creo que esta es una gran oportunidad para conseguir accionistas —dijo Álvaro torciendo los ojos. —Eso no cambia que su presencia sea una tortura —dijo Lorena abrazando a Emma de manera
—Señores y encantadora señorita Gibrand —anunció Ávila con una sonrisa enorme enmarcada con su mostacho blanquecino—. Hoy nos acompañará el dueño del casino en un par de partidas, así que no se pongan nerviosos… Todos comenzaron a reír de manera sutil mientras se ponían de pie, escondiendo a Emma e
—No, no debería de hacer esto —dijo Lorena viéndose en el espejo. Emma le había prestado uno de sus vestidos. Quien no la conociera, diría que es una dama de la aristocracia o una modelo. Pese a su reducida estatura, Lorena tenía una proporción adecuada de curvas delicadas y agradables a la vista.
—¿Ajá? —Tiene que acompañarnos —agregó mientras su compañero se acercaba para ayudarla con la silla. —¿A dónde? ¿Por qué? ¿Qué hice? —Por favor, no haga un escándalo, no querrá que la gente se entere de que la señora Gibrand hace trampa en las cartas —susurró el primer guardia y le guiñó un ojo
Emma veía con rencor a Will cortando su filete delante de ella, mientras sus brazos estaban cruzados. Tenía hambre, pero no quería comer con él, era algo más que demostrar su indiferencia, sino era una cuestión de orgullo y dignidad. Él le había mentido y no solo eso, se había estado divirtiendo con
—Lo haré, te guste o no. Ya estoy cansada… llevo cuatro años cargando con mi culpabilidad y el miedo de que tu padre se presente a la puerta y me arrebate todo. Además… ¿A ti en qué te afecta? Serás libre, dame las gracias y abre la m*****a puerta… —¿Libre? —¡Por favor, William! ¡Sé perfectament
William mordió suavemente su cuello, haciendo que el cuerpo de Emma se retorciera debajo de él. —¡Dios mío! ¡Espera! —exclamó Emma aterrada. —Dios no está aquí… —Will no podía contenerse, sus manos comenzaron a deshacerse de las prendas de Emma, ansioso por probar su piel y embriagarse de ella to