Capítulo 42 —Límites de EstrategiaNarrador:El aroma a café recién hecho llenaba el apartamento cuando Liam apareció en la cocina, con el cabello todavía algo desordenado y una camiseta gris que se ceñía perfectamente a su torso. Maya estaba de pie junto a la encimera, revolviendo el contenido de una taza mientras hojeaba un pequeño cuaderno de notas.—Buenos días —murmuró ella sin levantar la vista, claramente aún sumida en sus pensamientos.Liam se apoyó contra el marco de la puerta, observándola en silencio por un momento antes de dar un paso adelante.—Maya —dijo finalmente, su tono más bajo de lo habitual —Quiero pedirte perdón por cómo me comporté anoche.Ella se detuvo, dejando la cuchara a un lado, y lo miró con una mezcla de sorpresa y cautela.—No tienes que hacerlo —respondió, aunque su tono no era exactamente frío —Sé que fue por… tus celos.—No, sí tengo que hacerlo —insistió Liam, acercándose un poco más —Fui un idiota. Te pedí que jugaras este papel para el plan, y lue
Capítulo 43 —Bajo llaveNarrador:Ella comenzó a hojear algunos documentos, fingiendo concentrarse, pero él sabía que también estaba luchando contra lo que sucedía entre ellos, cuando estaban cerca uno del otro y el deseo irrefrenable que los invadía. De repente, se acercó a ella con pasos decididos. Maya levantó la cabeza, encontrándose con su intensa mirada antes de que sus labios se encontraran en un beso ardiente y lleno de deseo. Las manos de Liam rodearon su cintura, atrayéndola hacia él. Maya, sorprendida, tardó un segundo en corresponder, pero cuando lo hizo, lo hizo con la misma pasión contenida.—Liam —murmuró ella entre jadeos cuando sus labios se separaron brevemente —este no es el lugar. Alguien podría entrar.Él la miró con una media sonrisa arrogante, sin soltarla.—No va a entrar nadie —respondió con seguridad, dejando un beso breve en su cuello —Pero si eso te preocupa... —Se dirigió a la puerta. Maya lo observó atónita mientras él giraba el cerrojo, bloqueando cualqu
Capítulo 44 —Almuerzo ConsentidoNarrador: Maya se separó de Liam con un leve empujón, aunque su mirada era un reflejo de la confusión que le provocaba querer detenerlo y al mismo tiempo desear que no lo hiciera. Recogió su teléfono de la mesa y deslizó el dedo por la pantalla para atender la llamada.—¿Hola? —dijo, con un tono que intentaba sonar neutral, pero con un ligero temblor en su voz.Liam, que no parecía dispuesto a respetar la privacidad de la conversación, se acercó sigilosamente por detrás de ella. Antes de que pudiera preverlo, sus labios se posaron sobre el cuello de Maya, dejando un rastro de besos húmedos y cálidos que enviaron un escalofrío por su columna.—Maya, soy Tomás —dijo la voz al otro lado del teléfono, ajena a la situación —¿Sigues en la reunión o ya terminaste?Maya entrecerró los ojos, tratando de concentrarse en la llamada mientras los labios de Liam descendían hasta el hueco de su clavícula. Su lengua delineaba pequeños círculos, y su respiración cáli
Capítulo 1 —El ultimátumNarrador:La voz de Elena resonaba en la mente de Maya como un eco persistente, cargado de urgencia y preocupación.—Maya, tu padre está muy mal. Los médicos no creen que dure más de unos días —le había dicho su madre adoptiva, con los ojos húmedos y la voz quebrada —Liam se niega a venir. Tú eres la única que puede convencerlo.Maya había intentado esquivar el peso de esas palabras, pero la mirada de Elena la mantenía anclada a la realidad.—Hace años que no hablo con él, mamá... No sé si siquiera me escuchará.—Hija, siempre te ha escuchado. Tú y él tenían un vínculo especial, incluso cuando las cosas se complicaron. Aunque haga tiempo que no hablan, sé que lo hará ahora. Necesito que lo convenzas, a como dé lugar.Desde que los padres de Liam habían adoptado a Maya, ella había sido cercana a él. Habían compartido secretos, sueños y risas que parecían indestructibles. Pero todo eso se había desmoronado tras aquel acontecimiento que los distanció para siempre
Capítulo 2 —El depredadorNarrador:El silencio en la oficina era tan denso que Maya sentía cómo cada respiración resonaba en sus oídos. Liam no apartó la vista de ella mientras se levantaba lentamente de su silla. Sus movimientos eran deliberados, llenos de una calma que solo servía para intensificar la tensión. Se estiró con una languidez que no coincidía con la dureza de su mirada. Luego, sin prisas, comenzó a caminar hacia ella. Maya no pudo evitar dar un paso hacia atrás, su espalda chocando contra el borde del escritorio que tenía detrás. Sus dedos se aferraron al mueble en un intento de encontrar algo que la anclara.—¿Tienes miedo, Maya? —murmuró él, con una voz tan baja que la obligó a contener el aliento para no perder ninguna palabra.Ella negó con la cabeza, pero el temblor de sus manos la delató. Liam sonrió con una satisfecha arrogancia, como si su miedo fuera precisamente lo que había buscado. Pasó a su lado, deteniéndose lo suficiente para que ella pudiera sentir el ca
Capítulo 3 —La rendicionNarrador:Maya respiraba con dificultad mientras Liam se separaba ligeramente, apenas lo suficiente para mirarla directamente a los ojos sin dejar de mantenerla acorralada contra la pared. Su corazón martillaba en su pecho, desbocado por la mezcla de emociones que la invadía. Sabía exactamente por qué estaba allí, y no había lugar para preguntas ingenuas o negaciones.—Así no —dijo él con calma, pegando su cuerpo un poco más al de ella —No me mires como si no supieras por qué estás aquí.Maya sintió que el aire se volvía más denso. No había escapatoria, ni física ni emocional. Su dignidad estaba colgando de un hilo, y él lo sabía. Pero no iba a permitir que él lo disfrutara sin resistencia.—Haz lo que tengas que hacer —dijo con la barbilla en alto, aunque su voz tembló ligeramente.Liam ladeó la cabeza, esa sonrisa cínica que era tan cruel como magnética apareciendo de nuevo.—¿Así de fácil? No, Maya. Quiero que lo sientas. Quiero que entiendas lo que signifi
Capítulo 4 —TérminosNarrador:Liam se levantó de la cama, dejándola aún envuelta en el silencio que había caído sobre ellos. Su figura, alta y dominante, se recortaba contra la luz tenue de la habitación mientras recogía una toalla.—Voy a quedarme en el cuarto de huéspedes esta noche —dijo, su voz calmada pero autoritaria —En el baño tienes más toallas limpias, si las necesitas. Tómate tu tiempo para ducharte. —Maya lo miró, aún temblando, pero tratando de recuperar algo de compostura. Sentía su cuerpo entumecido por la intensidad de lo que había pasado, pero asintió ligeramente. Liam se acercó al cajón y sacó un pantalón deportivo y una camiseta suya, colocándolos cuidadosamente sobre la cama. —Póntelos cuando termines. Te estaré esperando en la cocina —continuó, sin mirarla directamente esta vez —Hay algo que necesitamos discutir.Maya lo observó salir de la habitación, su porte inquebrantable y su presencia llena de control. Escuchó el eco de sus pasos alejarse antes de reunir el
Capítulo 5 —En sus propios términosNarrador:Cuando aterrizaron los estaba esperando un limosina. Maya se sentó frente a él, sus dedos tamborileando nerviosamente el bolso. Luego de un rato, Liam apartó su vista de la pantalla y la fijó en la joven, quien abrazaba ese accesorio contra su cuerpo mientras frotaba la correa. No pudo evitar recordar la primera vez que la vio... con una claridad inquietante, el día que Maya llegó a su casa por primera vez. Él tenía doce años, y ella era solo una ni*ña pequeña de cinco. Estaba sentado en las escaleras del vestíbulo, observando cómo Elena entraba con una niña delgada, de cabello alborotado y mirada asustada. Maya llevaba una mochila demasiado grande para su tamaño, apretada contra su pecho como si fuera un escudo.—Liam, ven aquí —le llamó su madre, su tono suave pero firme —Quiero presentarte a alguien especial —Él había bajado las escaleras con pereza, sin protestar, ya que estaba acostumbrado a las insistencias de Elena. Pero cuando llegó