Horas más tarde
Son casi las ocho de la noche cuando termino de abrocharme el collar y me miro al espejo para asegurarme de que todo está perfecto. 《El vestido es tan hermoso… todavía no puedo creer que lo haya conseguido》Pienso y cuando estoy a punto de tomar mi bolso, escucho el ruido del timbre haciendo que me de un poco más de prisa.
Al llegar a la puerta, abro, y me encuentro con un señor vestido de traje que al verme me sonríe —Señora Luna, soy Jorge y seré su chofer está noche— Me explica y asiento.
—Un placer Jorge—
—¿Está lista? — Me pregunta y asiento.
—Si, vamos— Informo y salgo de la casa cerrando la puerta detrás de mi para seguir sus pasos.
Él amablemente me abre la puerta, me ayuda a subir, y una vez que estoy dentro, él va al volante y comienza a conducir. No tengo ni idea de
Esta mesa ubicada en el centro del planetario se convirtió en testigo de una amena conversación entre nosotros dos que divaga por muchos temas donde los protagonistas somos él, yo, y el bebé. Hacer memoria de nuestros años de amistad o incluso escucharlo decirme que hubo muchas ocasiones donde tuvo que contenerse para no besarme me hicieron sonrojar, sonreír y reír de igual manera. Cada instante de esta noche es mágico y cuando creo que no podría ser mejor, mi marido se levanta de su silla y se acerca a mi —¿Bailamos? — Me propone y lo miro algo confundida.—¿Bailar? Pero no hay música— Comento y por alguna razón él se sonríe y simplemente me toma de la mano haciendo que me levante de la silla.—Confía en mi— Me pide —Bailaremos bajo las estrellas con tu música favorita— Explica y de pronto escucho el son
La limusina estaciona en la entrada de coches de la casa, y mi esposo como todo un caballero me ayuda a bajar para después sin soltarme de la mano, caminar hacia la puerta. Él con ese halo de misterio abre la puerta y ahora entiendo porque me dijo que me tenía una sorpresa preparada en la casa… todo el pasillo esta decorado con candelabros que parecieran sacados de una película medieval y alumbran el camino hasta llegar a la sala principal, pero esto pareciera ser nada cuando me veo en medio de una especie de jardín de invierno gracias a los paneles con flores blancas que ahora cubren las paredes y junto a las velas que siguen iluminándolo todo hacen ver este sitio como sacado de un cuento —Esto…— Trato de decir, pero me quedo sin palabras cuando voy siguiendo el camino que me lleva hasta nuestra habitación, la cual también está convertida en el escenario idóneo para la noche más r
Al día siguienteCuando Álvaro me dijo que tenia una sorpresa para mi para mi cumpleaños, jamás imagine que me haría pasar una de las mejores noches de mi vida en todos los sentidos. Él hace que todos los problemas que hay afuera desaparezcan por completo, me hace olvidar de la empresa, y de los asuntos que tengo por resolver. Siento sus labios recorriendo mi espalda y sonrió ante la exquisita sensación que eso provoca en mi —Buenos días hermosa— Me saluda cuando se da cuenta de que he abierto mis ojos.—Hola amor— Lo saludo y muevo mi cabeza un poco para poder verlo y muerdo mis labios al verlo desnudo y besando el costado de mi cuerpo de la manera que lo hace —¿Hoy continua la celebración? — Pregunto divertida y se sonríe.—Si tú quieres, claro que si… aunque debo advertirte algo— Anuncia y lo miro un poco extra&ntil
—¿Qué mierda es todo esto? — Pregunta Álvaro al ver el contenido de la caja y mis lagrimas de inmediato comienzan a cubrir todo mi rostro.—Las pruebas de que mis padres no murieron en un accidente aéreo como siempre lo hicieron ver— Explico entre sollozos.Me acerco a él y agarro el primer anónimo “¿Estás segura de que tus padres murieron como te lo han contado?” Leo en voz alta.—¿Quién te ha enviado esto? ¿Por qué ahora? — Cuestiona mientras agarro las fotos del avión, la prueba de la ficha técnica antes del despegue diciendo que todo estaba bien con la aeronave y por último un grabador con una cinta de esas que se usaban hace algunos años atrás en este.—No me atrevo a escucharla…— Murmuro con mis dedos temblando antes de presionar el botón de reproduci
Me cuesta muchísimo abrir mis ojos, de a poco me voy adaptando a toda la luz que hay a mi alrededor y no reconozco el lugar donde estoy. Miro mi brazo y me doy cuenta de que tengo una vía intravenosa en mi mano —¿Dónde estoy? — Pregunto y a la nada, pero de repente siento que rozan mi brazo y me asusto. —Tranquila hermosa, soy yo— Escucho la voz de mi esposo y al ver sus ojos azules mirándome fijamente respiro aliviada. —¿Qué hago aquí? — Cuestiono confundida y es que todo está muy borroso en mi cabeza. Él acaricia mi cabello con ternura —Te desmayaste cuando vimos todo aquello que te enviaron en la caja y por más que intente que reaccionara, no lo conseguí y bueno, no quería que nada malo le pasara al bebé o a ti, así que llame a una ambulancia y te trajeron porque tampoco pudieron hacer que reaccionar. — Me cuenta y de repente todos los recuerdos del contenido de esa caja regresan a mi cabeza. —¿Cómo está el bebé? — Averiguo llevando una de mis mano
Al día siguienteLa palabra dormir parece que ha sido borrada de mi diccionario y es que en realidad después de llegar del hospital ayer, intente no pensar más en todo lo que ocurrió, pero fue imposible. Cerraba los ojos y los recuerdos del día que me entere de la muerte de mis padres regresaban a mi cabeza una y otra vez. Álvaro me abrazo fuerte contra él e intento hacer que me calmara, pero todo fue casi imposible ya que la angustia se apodero de mi como hacia mucho no lo hacia. Me siento en la cama lo con la intención de levantarme, pero de repente la puerta de la habitación se abre y allí esta mi esposo con una bandeja de desayuno en sus manos —Buenos días hermosa, ¿Cómo te sientes? — Me pregunta de esa manera tierna que tiene de hacerlo y a pesar de todo, sonrió porque él provoca eso en mi.—Ahora que te veo, estoy mejor— R
2 días después Todos los problemas parecieran haber llegado al mismo tiempo. Por un lado, todo el nuevo asunto de la muerte de mis padres y el peligro en el que me siento que estoy, y por otra parte una gran crisis en la empresa, que me está obligando a apurar los tramites de la herencia de mi abuelo. Estoy siguiendo cada una de las instrucciones que me ha dado y ya me he encargado de enviarle los documentos necesarios para poder acceder al dinero de una vez por todas. Estoy muy concentrada leyendo uno contratos que me toca autorizar cuando un golpe en la puerta de mi oficina me interrumpe—¡Adelante! — Digo y es Fernanda quien abre la puerta. —Señora Luna, hay un hombre que la busca— Me informa. —¿Te dijo su nombre? — —Adam Pizarro— Asiento —Hazlo pasar, lo estoy esperando— Me limito a decir ya que no puedo explicarle que es el guardaespaldas que estoy contratando y es Álvaro y yo queremos mantener esto en secreto dado que no sabemos q
Después de haberle dicho a Adam que estaba contratado y de haber lidiado con los celos injustificados de mi esposo, por fin puedo decir que este día tan agotador ha terminado. El doctor me había explicado que sentirme cansada era algo muy normal en mi estado, pero la palabra cansancio no le hace justicia al agotamiento físico y mental que siento en estos momentos. Si fuera por mi me echaría a dormir todo lo que queda del día, pero sé que no puedo, tengo demasiadas cosas por resolver todavía.Entro a la casa seguida por Álvaro e intento irme directamente a la oficina que tengo aquí cuando él me sujeta suavemente del brazo —Hermosa ¿Por qué no descansas un poco? Has estado de aquí para allá todo el día y te ves agotada— Me sugiere, pero de inmediato miro la hora en mi reloj y niego.—No puedo amor, tengo que terminar unos documentos y envi&aac