—¿Qué mierda es todo esto? — Pregunta Álvaro al ver el contenido de la caja y mis lagrimas de inmediato comienzan a cubrir todo mi rostro.
—Las pruebas de que mis padres no murieron en un accidente aéreo como siempre lo hicieron ver— Explico entre sollozos.
Me acerco a él y agarro el primer anónimo “¿Estás segura de que tus padres murieron como te lo han contado?” Leo en voz alta.
—¿Quién te ha enviado esto? ¿Por qué ahora? — Cuestiona mientras agarro las fotos del avión, la prueba de la ficha técnica antes del despegue diciendo que todo estaba bien con la aeronave y por último un grabador con una cinta de esas que se usaban hace algunos años atrás en este.
—No me atrevo a escucharla…— Murmuro con mis dedos temblando antes de presionar el botón de reproduci
Me cuesta muchísimo abrir mis ojos, de a poco me voy adaptando a toda la luz que hay a mi alrededor y no reconozco el lugar donde estoy. Miro mi brazo y me doy cuenta de que tengo una vía intravenosa en mi mano —¿Dónde estoy? — Pregunto y a la nada, pero de repente siento que rozan mi brazo y me asusto. —Tranquila hermosa, soy yo— Escucho la voz de mi esposo y al ver sus ojos azules mirándome fijamente respiro aliviada. —¿Qué hago aquí? — Cuestiono confundida y es que todo está muy borroso en mi cabeza. Él acaricia mi cabello con ternura —Te desmayaste cuando vimos todo aquello que te enviaron en la caja y por más que intente que reaccionara, no lo conseguí y bueno, no quería que nada malo le pasara al bebé o a ti, así que llame a una ambulancia y te trajeron porque tampoco pudieron hacer que reaccionar. — Me cuenta y de repente todos los recuerdos del contenido de esa caja regresan a mi cabeza. —¿Cómo está el bebé? — Averiguo llevando una de mis mano
Al día siguienteLa palabra dormir parece que ha sido borrada de mi diccionario y es que en realidad después de llegar del hospital ayer, intente no pensar más en todo lo que ocurrió, pero fue imposible. Cerraba los ojos y los recuerdos del día que me entere de la muerte de mis padres regresaban a mi cabeza una y otra vez. Álvaro me abrazo fuerte contra él e intento hacer que me calmara, pero todo fue casi imposible ya que la angustia se apodero de mi como hacia mucho no lo hacia. Me siento en la cama lo con la intención de levantarme, pero de repente la puerta de la habitación se abre y allí esta mi esposo con una bandeja de desayuno en sus manos —Buenos días hermosa, ¿Cómo te sientes? — Me pregunta de esa manera tierna que tiene de hacerlo y a pesar de todo, sonrió porque él provoca eso en mi.—Ahora que te veo, estoy mejor— R
2 días después Todos los problemas parecieran haber llegado al mismo tiempo. Por un lado, todo el nuevo asunto de la muerte de mis padres y el peligro en el que me siento que estoy, y por otra parte una gran crisis en la empresa, que me está obligando a apurar los tramites de la herencia de mi abuelo. Estoy siguiendo cada una de las instrucciones que me ha dado y ya me he encargado de enviarle los documentos necesarios para poder acceder al dinero de una vez por todas. Estoy muy concentrada leyendo uno contratos que me toca autorizar cuando un golpe en la puerta de mi oficina me interrumpe—¡Adelante! — Digo y es Fernanda quien abre la puerta. —Señora Luna, hay un hombre que la busca— Me informa. —¿Te dijo su nombre? — —Adam Pizarro— Asiento —Hazlo pasar, lo estoy esperando— Me limito a decir ya que no puedo explicarle que es el guardaespaldas que estoy contratando y es Álvaro y yo queremos mantener esto en secreto dado que no sabemos q
Después de haberle dicho a Adam que estaba contratado y de haber lidiado con los celos injustificados de mi esposo, por fin puedo decir que este día tan agotador ha terminado. El doctor me había explicado que sentirme cansada era algo muy normal en mi estado, pero la palabra cansancio no le hace justicia al agotamiento físico y mental que siento en estos momentos. Si fuera por mi me echaría a dormir todo lo que queda del día, pero sé que no puedo, tengo demasiadas cosas por resolver todavía.Entro a la casa seguida por Álvaro e intento irme directamente a la oficina que tengo aquí cuando él me sujeta suavemente del brazo —Hermosa ¿Por qué no descansas un poco? Has estado de aquí para allá todo el día y te ves agotada— Me sugiere, pero de inmediato miro la hora en mi reloj y niego.—No puedo amor, tengo que terminar unos documentos y envi&aac
Una Semana después:Localizar a Pedro Alcántara ha sido más complicado de lo que creía, tuve que mover muchas influencias para que me dieran su paradero y por supuesto ofrecer algo de dinero a algún que otro empleado de aquella época que encontré entre las bases de datos, pero finalmente estoy aquí junto a Álvaro frente a una imponente mansión ubicada en Marco Island, una ciudad ubicada en la costa del golfo de México y a tan solo un par de horas de distancia de Miami.—¿Estás segura de lo que vas a hacer? — Me pregunta mi esposo antes de que bajemos del auto y volteo a verlo a la cara.—Adam esta a pocos metros de acá, si pasa algo lo llamamos y él sabe que hacer, además, se supone que es un hombre mayor ¿no? — Respondo tratando de sonar muy segura, pero la verdad es que tengo mucho miedo.—Supongo…&m
El silencio parece hacerse eterno, mi esposo aprieta mi mano con delicadeza y yo intento calmar mis nervios para no afectar a mi hijo… —Hable por favor— Le pido en lo que es casi una suplica y él asiente.—Supongo que has descubierto que tu abuelo y yo fuimos socios ¿no? — Me pregunta.—Si, me sorprendió mucho— Respondo con toda honestidad.—No me extraña, cuando toda relación termino con tu abuelo, él se encargo de ocultar por completo toda huella que pudiera relacionarnos, pero claro, le convenía. — Explica.—¿Qué negocios tenían? ——Lo mismo que ahora, hoteles…— Responde y lo miro fijamente.—¿Y como comenzaron ese negocio juntos? — Presiono.Él se sonríe —Dante y yo éramos amigos desde la escuela, fuimos desde sexto grado juntos a l
—¡Kaie! — Vuelvo a escuchar la voz de Álvaro al cruzar la puerta principal de la casa. Adam sigue mis pasos sin entender nada… Estoy desesperada, solo quiero huir y corro hacia el portón principal de la mansión con la única intención de salir de aquí lo más rápido posible, pero de repente me doblo el pie haciendo que pierda el equilibrio y caiga al suelo. No sé como lo consigo, si es que este instinto de protección me lleva a hacer esto o que, pero evito cualquier golpe con mis manos y de inmediato siento un ardor que me quema —Amor…— Escucho su voz y a los pocos segundo está frente a mi.—¡Perdón! — Exclamo al darme cuenta de que he puesto la vida de nuestro hijo en riesgo —No quise… pero no puedo más… mi abuelo…— Intento decir entre lagrimas.—Shhhh mi vida… yo sé&
Descubrir después de tantos años quien soy en realidad no es fácil, sobre todo cuando de repente comprendes que todo lo que has vivido es una gran mentira. Álvaro me abraza fuerte siendo consciente de como me siento y besa mis brazos, mi cabello y mis hombros tiernamente —Lo que has hecho ha sido de valientes— Murmura y sonrió forzadamente.—¿Qué más podía hacer? — Respondo a modo de pregunta.—Nada… podías simplemente hacer nada y regresarnos a casa— Susurra.Mi mente da vueltas en torno a todo lo que he vivido el día de hoy y en definitiva el mundo se me ha caído sobre la espalda, al menos ese que yo conocía y del cual yo era la gran heredera —Me duele que mi madre me haya mentido toda la vida… no puedo dejar de preguntarme si mi papá… bueno, si al que yo conocía como mi padre estaba al tanto de