Había tenido en cuenta muchas cosas cuando decidí casarme con Álvaro para poder cobrar la herencia de mi abuelo, pero quizás me olvide de un pequeño detalle… la mirada de todos los empleados al ver a la CEO de la compañía casada con su mano derecha. Se que muchos conocen la fuerte amistad que existe entre Álvaro y yo, también sé que quizás muchos piensen que teníamos un romance secreto y tal vez, muchos otros creerán que Álvaro es un interesado que consiguió embaucar a la joven millonaria. No tengo intención alguna de sacar a cada uno de ellos de su manera de pensar, al final del día, cada uno es libre de pensar y opinar lo que quiera siempre y cuando no ofendan a la otra persona, ¿no?
Llevo más de cuatro horas resolviendo problemas, ya hablé con el abogado, ya pacté una cita con él para mañana y así firmar los documentos correspondientes, también pedí que reunieran a todos directivos de las diferentes áreas de la empresa para dentro de dos horas y solo me queda ultimar los detalles de mi presentación. Estoy completamente concentrada en las diapositivas de la presentación, cuando golpean a mi puerta —¡adelante! — digo lo suficientemente alto para que me escuchen y rápidamente la puerta se abre. Llegar a casa después de un agotador día de trabajo es toda una recompensa, pero que mi esposo me haya preparado la bañera para que yo disfrute de un relajante baño mientras que el prepara la cena, es ganarse la lotería. Me despojo completamente de mi ropa y lentamente entro a la bañera hasta que todo mi cuerpo queda sumergido en el agua. Llevo unos cuantos minutos relajándome aquí hasta que al mirar a mi costado, me doy cuenta de que me dejo mi celular sobre una pequeña mesita con los auriculares. Me seco un poco las manos con la toalla que hay al lado del celular y al tomarlo entre mis manos me doy cuenta del post-it que hay “escúchame” dice escrito y al sacar el papelito, y encender la pantalla del celular, me doy cuenta que aparece una canción llamada &18. Amor a la vista
Después de una exquisita cena vestidos solamente con nuestras respectivas batas, ahora él lava los platos mientras que yo los seco y es que, en realidad, desde que me case, le pedí a Sara que solo viniera a hacer las cosas de la casa hasta las cinco de la tarde que es cuando nosotros salimos del trabajo y que ya después podía irse a su casa. Al principio era porque no quería que se diera cuenta de la situación, pero ahora es porque me gusta estar a solas con mi esposo sin tener que estar al pendiente de si ella nos ve o no.—¿Todo bien Kai? — me pregunta volteando a mira
(Al día siguiente) Dormir con Álvaro podría decirse que es mejor de lo que creía, para mi sorpresa no es de esos hombres que dan vuelta en la cama toda la noche o que te quitan la sabana haciendo que te mueras de frio por la noche y afortunadamente no ronca «definitivamente eres perfecto» pienso mientras que con mis dedos acaricio su torso ya que de alguna manera terminamos durmiendo abrazados. Observo sus largas y envidiables pestañas y sonrió como una tonta, sus facciones son tan masculinas y perfectas a la vez que solo con mirarlo puedes sentirte atraída «¿Cómo ll
Álvaro por alguna razón decidió esperarme en la sala de espera de la oficina del abogado y mientras tanto yo estoy aquí escuchando la lista de propiedades, acciones, empresas y balances de las cuentas bancarias que he heredado. Por supuesto que por ahora solo puedo obtener la mitad de todos esos bienes, pero así todo, es demasiado dinero y muchas más responsabilidades ya que también tendré que hacerme cargo de las empresas de construcción y fabricación de aviones y de comunicación que mi abuelo aun manejaba. El licenciado Armendia me da la lista de todo lo que me explico por escrito y por si acaso, también me da la lista de personas que está a cargo de cada una de las empresas para que yo pueda contactarme con ellos, aunque ya
10 días después Después de días interminables en la oficina intentando dejar todo en orden mientras yo no este, finalmente llego el día que Álvaro y yo estábamos esperando con ansias y tal vez es porque la casa ya nos quedaba pequeña para convertirse en nuestra cómplice de arranques de pasión y besos por doquier. No estoy segura si nos estuvimos tomando la tarea de concebir a un bebé muy enserio, o es que simplemente hay algo entre los dos que no podemos resistir y nos lleva a arrancarnos la ropa y disfrutarnos mutuamente. Sea lo que sea, solo tengo la certeza de que ahora él está aquí a mi lado
(Horas más tarde)Mi piel recibe los rayos de sol con entusiasmo mientras camino hacia él con mi traje de baño de dos piezas color blanco y me sonríe desde adentro de la piscina —ufff… guapísima— dice haciéndome sonreír —¡vuelta, vuelta! — pide entre aplausos y rio.—Creía que ya habías visto cada milímetro de mi cuerpo hace un momento— comento y sonríe.
(Al día siguiente)Un exquisito aroma a café invade mis sentidos haciendo que deba abrir los ojos un tanto desorientada y al recorrer la habitación con la mirada, lo veo a él con su ese pantalón de pijama que tan sensualmente se ajusta a sus caderas, sosteniendo una bandeja que por lo que puedo entrever, tiene nuestro desayuno —buenos días hermosa— me dice mientras cuidadosamente deja la bandeja sobre la cama y después se sube hasta sentarse a mi lado.Último capítulo