Edgard Barrington POVEn algún momento Marianne y yo nos dormimos en el sofá. Marianne estaba acurrucada sobre mi regazo, con la cabeza descansando en mi pecho. La mía estaba apoyada contra el respaldo del sofá. Alguien tocó mi hombro, haciendo que me despertase de forma brusca.—Feliz Día de Acción de Gracias.—Cuchicheó Amanda.—Igualmente. Has vuelto pronto.—Me froté la cara. No llevaba puestas las gafas. Probablemente se habían caído al suelo o estarían en el sofá.—No es temprano. Son alrededor de la siete. ¿Dónde está Charles?—Jason me palmeó el hombro cuando pasó.—No lo sé. Hemos estado durmiendo bastante, creo.—Dije distraído, con la mano que tenia libre buscaba sobre los cojines del sofá.Mis movimientos despertaron a Marianne. La sentí estirarse, dándose la vuelta un poquito.—¿Dónde está papá?—Todos me preguntan lo mismo, como si le hubiese visto o algo así.—Murmuré para mí. Marianne me pegó en el hombro por ser sarcástico y puso algo en mi mano.Volví a colocarme con cuida
Marianne Cooper POVMe di un largo baño caliente después de que Edgard se marchase. Intenté borrar mis preocupaciones, pero no pareció funcionar. Aguanté la respiración y me sumergí completamente. Era una sensación extraña, el sonido del agua me rodeaba. Traté de imaginarme como seria ser discapacitada. Tal vez no ciega, pero ¿Qué ocurriría si algo me pasaba y me volvía sorda? ¿Qué nos pasaría a Edgard y a mí? Era un pensamiento extraño, pero con mi suerte, podía pasar.Levanté la cara hacia la superficie, lo justo para poder oír y respirar. Respiré de forma constante y lenta por la nariz. No sé porqué me encontraba tan tensa. ¿Puede que fuesen las vacaciones? Supuse que tenía algún sentido. Tal vez fuese dándome cuenta de lo asombroso que realmente era y que yo no era nada sorprendente.Tras terminar mi baño me miré fijamente en el espejo. Sencilla, normal y aburrida. Sabía que mi aspecto no le importaba a Edgard pero ¿y sus padres? ¿Qué pensarían cuando viesen mis fotos? ¿Pensarían
Marianne Cooper POVAmanda consiguió despertarse antes que nosotros. No sé de dónde sacaba la energía. ¿Cómo podían provocar todo eso las bebidas con cafeína? Simplemente todo el azúcar que tenia me ponían nerviosa.Me desperté sobre las cinco de la mañana. Me arrastré por la sala de estar para encontrarme con Amanda y mi padre disfrutando del desayuno.—¡Te he hecho una taza de té y tienes creps en la encimera!—Dijo Amanda alegremente. Casi le gruñí, pero a Charles no le hubiese gustado. Hubiera pensado que era una maleducada. Aunque él era una persona madrugadora, yo no.Me senté a la mesa con una pila de creps y mi café. Mi cabeza palpitaba y me gritaba que volviese a la cama. Deseaba poder hacerlo, pero el vuelo de mi padre salía a las siete y media.—¡Amanda me alegra de que te hayas tomado la molestia de cuidar a mi niña!—Dijo Charles contento. Me parecía que Amanda ya le tenía comiendo de la palma de su mano.—Oh, no puedo llevarme todo el merito. Creo que principalmente es obra
Edgard Barrington POV—Dios, eres increíble.—Susurré, disfrutando de la sensación de sus labios por toda mi piel.Me sorprendió mucho esta mañana. Casi le lanzo algo a la puerta cuando escuché que la estaban golpeando, pero me alegré enormemente de no hacerlo. Cuando literalmente me atacó algo se encendió dentro de mí. La frustración y el deseo que había estado reprimiendo estos días salieron a la luz.Nunca se me pasó por la cabeza que pudiese ser otra persona. Lo supe por sus labios. Conocía a la perfección cada centímetro de su carne. La forma increíblemente perfecta que su cuerpo se amoldaba al mío. Como se calentaba nada más tocarla.De algún modo conseguí quitarle la camiseta, tirándola al suelo. Bajé la boca hasta su pecho perfecto, besando cada pulgada disponible. Clavó sus uñas en mi piel, los arañazos me picaron cuando hicieron contacto con el aire fresco.La llevé hasta mi cama, nos tumbamos. Seguía rodeando fuertemente mi cintura con las piernas, sujetándome contra ella. C
Marianne Cooper POVDespués de esa mañana pasamos todas las noches juntos, turnándonos para quedarnos en su cuarto o en el mío. Jason nunca parecía tener inconveniente en quedarse con Amanda. Estaba realmente entusiasmado con la idea. Me sentía un poco culpable por echarle de su casa pero el parecía entenderlo. Él sentía lo mismo por Amanda, incluso aunque no fue tan intenso como lo que sentíamos Edgard y yo.Terminamos todos nuestros finales y las vacaciones de invierno empezaron. Al segundo de finalizar mis clases me encontré corriendo a sus brazos y no los abandoné desde entonces. De eso hacía dos días, el viernes. Había sido un fin de semana increíble. Incluso aunque lo único que habíamos hecho era come pizza, comida china y hacer el amor.En estos momentos llevábamos más ropa que en cualquiera de las veces anteriores. Me había puesto su camisa blanca de manga larga y sus bóxers. Él simplemente llevaba los pantalones del pijama, y ya está.Habíamos puesto su nuevo CD y lo estábamo
Edgard Barrington POV—Creo que la asusté.—Dijo mi madre mientras Marianne corría por el pasillo.—Yo también lo creo.—Respondí con sinceridad. Nunca había oído a Marianne moverse tan rápido sin caerse. Debía de estar decidida a salir de aquí. Estaba seguros de que no había cogido los zapatos.—Lo siento, teníamos que haberos llamado antes. Solo queríamos sorprenderte.—Dio mi padre con pesar.—No, está bien. Me hubiese gustado que llamaseis primero, pero estoy contento de que hayáis venido.—Volví a abrazar a mi madre.—Nosotros también te hemos echado de menos.—Mi madre sonaba como si estuviese llorando. Le di un suave apretón antes de cerrar la puerta.—Así que ¿Cuánto tiempo os quedareis en la ciudad?—Pregunté en tono coloquial.—Un par de días. Realmente esperábamos que volvieses con nosotros, solo durante las vacaciones.—Respondió mi padre.—Ya os he dicho que solo me marcharé de aquí con Marianne.—Dije suspirando. Parecían haberlo aceptado cuando se lo dije por teléfono. No me ha
Marianne Cooper POVMe coloqué en la parte de atrás de la limusina, Edgard se puso a mi lado. Sus padres entraron, sentándose frente a nosotros.Crucé los tobillos, sintiéndome incomoda. La mano de Edgard descansaba en mi rodilla, apretándola levemente. Edgard y sus padres charlaban cómodamente. Me alegré de que no me incluyesen en su mayor parte. El viaje, afortunadamente, no fue demasiado largo.Cuando fuimos hasta el mozo del hotel estaba un poco sorprendida. Nos encontrábamos en un casino, no era el Horseshoe, pero era uno de los que estaba al otro lado del rio. Sam's town.—Este es el hotel donde nos quedamos. Espero que no te importe.—Me dijo Helena sonriendo. Sacudí la cabeza y traté de sonreír un poco.Nos detuvimos frente a unas puertas dobles, había una placa que rezaba ¨William B's Steakhouse¨—Voy al lavabo.—Carl le dio un beso en la mejilla a Helena y ella levantó hacia él la mirada llena de amor que tenía en su hermoso rostro en forma de corazón.—Creo que te acompañaré.
Marianne Cooper POVEl camarero volvió y nos trajo nuestras bebidas, las coca colas y la botella de vino. También trajo cuatro copas. Carl vertió un poco en cada vaso y nos las pasó. Miré el líquido de color rojo, arremolinándose en mi copa lentamente.—Salud.—Dijo el Dr. Barrington sonriendo, chocando su copa contra la de su esposa.Edgard se inclinó un poco y susurró junto a mi oreja.—Por el amor de mi vida.—Chocamos nuestras copas y cuando lo hice, mi sonrisa creció. Bebí el líquido a sorbos. Le di un trago e intenté no hacer muecas.Charlamos educadamente durante la cena sobre distintas cosas de Chicago. Sinceramente nunca había oído hablar de la mayoría de ellas, lo que me hizo sentir bastante inculta y maleducada. Edgard cogió mi mano por debajo de la mesa, frotándomela haciendo círculos con su dedo pulgar.—¿Desean algo de postre?—Preguntó el camarero con una gran sonrisa.—Esta noche tenemos nuestro pudin con vainilla y salsa de Whisky y nuestra mundialmente famosa mousse de ch