Ava Janssen New York–Te esperamos aquí, Ava – Me dijo Ary.Entré al servicio y a lavarme los dientes, Ary y Don Eryx permanecían sentados en el sillón de mi habitación cuando escuché a Ary gritar y a Don Eryx imponerse estando yo a punto de salir a dónde estaban ellos. Terminé lo que estaba haciendo.–No Eryx, ¿Por qué me haces esto? – Chilló Ary – No quiero ver a ese desgraciado de Tobías ¿Para qué lo trajiste?–Él está preocupado por ti y lloró toda la noche. No sé lo que pasó entre ustedes, pero a mí no me vas a hacer tus berrinches como a Dante, no soy él que siempre acaba consintiéndote y dejando que te salgas con la tuya – Le dijo Eryx a Ary en un tono que era de dar miedo – No perderé a mi mejor amigo por tus dramas tontos y vas a hablar con él te guste o no.Ary lloraba desconsolada y Don Eryx estaba muy enojado. Yo vi que ella se puso ambas manos en su cara y Don Eryx la levantó de golpe del sillón, él no sabía que yo estaba viendo todo, absolutamente todo y que la imagen d
Eryx DeCostelloNew YorkNo había plazo que no se cumpliera y llegó ese día en que mi abuelo nos esperaba a mí y a Ary para vernos para desayunar. Él hubiera querido vernos a los 4 ahí en el restaurante elegante dónde se daban todas las reuniones familiares importantes de la familia, pero tanto Jerome como Dante ese día estarían ocupados por la mañana, por lo que a ellos los vería para comer.Ary se estaba tardando más de lo normal para peinarse y arreglarse y al final terminó haciendo lo mismo de siempre, poniéndose una tiara de las cientos de miles que tenía y dejándose su cabello suelto, mujeres… ni mi madre la propia Gaia DeCostello tardaba tanto en arreglarse como mi hermana. Parecía que este era un mal común entre cientos y miles de mujeres.–Adiós Ary, nos vemos después – Le grité desde el corredor de la empresa para que me escuchara en el tocador – Te espero en el restaurante, mi abuelo debe ya de estar allá, no quiero que espere más.Yo sabía cómo era nuestro abuelo que al ig
Eryx DeCostelloNew YorkY estaba seguro que si yo no movía un dedo en la oficina ella era capaz de hacer también mi trabajo. Pero no se trataba de eso, ella era mi asistente y no le iba a cargar la mano de trabajo.–Siéntate abuelo, ¿Te ofrezco algo de tomar? – Le pregunté – No quiero que te mal pases más de lo que ya lo estás haciendo.El abuelo era tan meticuloso, que tenía sus horarios estrictos para comer y si ya se le habia pasado media hora no quería que fuera a sufrir un percance y todo por la demora de esta niña.–No gracias hijo. Sólo espero que ya nos podamos ir pronto a desayunar, mientras tanto. Platícame de esa hermosa chica ¿Es tu novia Eryx?Qué más quisiera yo y que todo se me cumpliera, porque desde el momento que puse los ojos en ella era lo que le rezaba al de arriba, que fuera mi novia. Por lo menos que me diera la oportunidad de cortejarla.–Abuelo por Dios ¿Qué cosas dices? Ella es mi secretaría, mi asistente personal y apenas entró a trabajar y vamos rompiendo
Eryx DeCostelloNew YorkSe habían hecho muy cercanas y eso me gustaba que la mujer que ocupara mis pensamientos, quisiera a mi hermanita que era para mí, mi niña consentida. Aunque a veces se portara como una bebé berrinchuda.Saliendo de la empresa nos fuimos en la limusina de la misma, para irnos al restaurante para desayunar. Mi abuelo ya estaba más tranquilo y al parecer se le había pasado el mal rato de que nunca llegamos. Eso me gustaba y mucho.Al llegar al restaurante, los empleados nos llevaron a nuestro lugar ya reservado de toda la vida y nos llevaron lo que siempre tomábamos. Nos conocían a la perfección que ya no teníamos ni que ordenar y era lo bueno, podríamos desayunar sin interrupciones. Todo estaba como me gustaba sin tanto ir y venir, a tiempo y casi sincronizado.–Eryx, tienes que darte prisa o te van a ganar a esa hermosa mujer – Dijo mi abuelo sin haber pedido yo su opinión, cosa que ya estaba haciendo muy seguido – Es muy hermosa y así dejas de andar buscando a
Ava Janssen New YorkDon Carlo me había caído muy bien tanto que lamenté desde el fondo de mi corazón el no haber podido ir con ellos a desayunar. No sé porque no pude aceptar, fue como si algo me detuviera tal vez el no querer involucrarme con otro miembro más de la familia DeCostello de cerca.Me puse a organizar cosas para la siguiente semana, yo siempre iba un paso adelante y así me quedaba después un poco de tiempo libre para si yo lo necesitaba. Mi celular vibró avisándome de un mensaje de una App de mensajería en la que mis únicos contactos eran familia y amigos cercanos de allá de Londres. Era un amigo mío llamado Luke quién me saludaba y pedía que cuando me fuera posible lo llamara, estaba de suerte porque podría hacerlo en ese mismo momento.–Hola Ava, hasta que puedes llamar a este pobre hombre – Respondió mi amigo – Pensé que ya te habías ido en una caja de documentos. Vi a Janice y me dijo que tu nuevo empleo te tiene siempre muy ocupada.La verdad era que le habia dicho
Ava Janssen New YorkAl terminar la llamada con mi amigo, me invadió un poco la nostalgia porque recordé esos momentos en los que salíamos mis amigos y yo a divertirnos y a pasear por las calles de Londres, momentos que ya no se iban a repetir y todo por culpa de lo que me había pasado. Me había propuesto no pensar en eso, pero cada vez que tenía un contacto con alguien de mi pasado, eso volvía a pasar por mi mente una y otra vez.De pronto un chico joven y muy apuesto, lo pillé mirándome con detenimiento sin decirme nada, pensé que podía ser un cliente de Don Eryx pero no había nadie citado a esa hora, vestía además demasiado informal para serlo y antes de que él me diera una explicación de su estancia ahí, yo que era curiosa desde chica me decidí a abordarlo.–Hola buenos días, ¿Está esperando a Don Eryx? – Le pregunté – Sí es así, tendré que avisarle. No tiene agendado a nadie a esta hora.–Hola buenos días señorita, Janssen – Respondió él – Ya me ha hablado Don Eryx mucho de uste
Eryx DeCostelloNew YorkEstando tranquilamente en casa de Tobías, comiendo a gusto, y entra una llamada a mi celular, veo la pantalla y tuerzo la boca, es una llamada de mi madre. Le enseño el teléfono a mi amigo y este se ríe. Con lo que me gusta ser interrumpido. Hago una señal negando con la cabeza, espero que no sea una más de sus comidas organizadas para ver a una más de sus elegidas.–Hola, madre, buenas tardes. – La saludo con cortesía.Siempre me dirigía ella de forma apropiada, aunque ella no lo creyera era la mujer más importante de mi vida, la amaba sobre todas las cosas, a ella y a mi hermanita. Y si la vida me lo permitía muy pronto abría una tercera en la lista.–Hola, buenas tardes, cariño ¿cómo estás? – Dice muy contenta.Bueno ella siempre estaba de buen humor, nosotros éramos la que la sacábamos de quicio. No lo podíamos evitar, pero la amabamos a fin de cuentas.–Bien y tú, madre. – Contesté.–Excelente mi amor – Seguía muy amorosa – con la llegada de los abuelos,
Eryx DeCostelloNew YorkLlegando a la oficina, veo que Ava aún no se ha ido, se me olvidó decirle que no tenía que esperarme. De hecho ya no hay nadie en todo el edificio, salvo los guardias de seguridad y ella. Está muy entretenida mirando una carpeta de documentos. Concentrada se ve tan linda, creo que el amor me ha tocado fuerte esta vez.–Hola, Ava, pensé que ya no te encontraría aquí, ya es tarde, la hora de salida fue hace media hora.Se sorprendió un poco al escuchar mi voz, pensé que habia escuchado mis pasos al acercarme a su escritorio.–Lo estaba esperando, Don Eryx.Se pone de pie quedando un poco más baja a mi lado, eso me encanta, estaba hecha a mi medida, como si pudiera acomodar sin ningún problema su cabeza en mi pecho, justo ahí donde estaba.–No era necesario, ya deberías estar en tu hotel.–Es que hay algo que debo enseñarle y me pareció que era importante y que no iba a esperar para el lunes.–Muy bien, ¿me puedes ir diciendo de que se trata? Sígueme por favor.T