El hotel estaba en completo silencio, las personas, al ver al hombre que pasaba sucio de lo que parecía carbón, se espantabanMucho incluso creyeron que era un indigente que había tenido la desvergüenza de entrar a un lugar como esteMientras otros los observaban llenos de precaución, para Ares era algo sin importancia, pero en cuanto observo a su secretario, que tenía una expresión llena de pánicoEn lo que caminaba hacia él, noto que tal vez se veía como se sentía, su cuerpo dolía, sentía sus pulmones pesado y sentía que solo necesitaba, de manera desesperada, poder dormirEstaba tan cansado, la presión que había sentido en aquel momento en el que entro a aquel lugar, lleno de miedoHabía sido tan fuerte, que ahora mismo solo pensaba en que necesitaba descansar—¿Señor? Ay por los dioses, mi señor, ¿Qué le ocurrió? Por favor suba, vamos arribaAres, camino hacia el ascensor, mientras Jasón, parecía cerciorase, que nada en él estuviese herido, que su cuerpo, ningún tipo de quemadura
La mirada llena de sorpresa y hasta podría decirse que de horror se mostró en Ares, aquel observo a la mujer tras élY su expresión cambio por completo, aquella no era la chica triste y desolada que siempre había logrado verNo, claro que no, no era a mujer con al que se había casado, esta mujer, era desconocida, era una mujer perversa, llena de tantas cosas malvadas en su interiorQue el solo hecho de verla frente a él, le molestaba, le fastidiaba de una manera terrible, tanto era su deseo de alejarla de su vistaQue lucho contra sí mismo, para no tomarla del brazo y sacarla de la habitación, para no hacerle dañoPues primero quería escuchar de nuevo lo que ella dijo, quería confróntala por lo que dijo y más que todo, quería saber ¿Cómo era que sabía sobre su hija?—¿De qué diablos hablas? Repite de nuevo lo que dijisteCada una de las palabras de Ares, mostraba una determinación como nunca, sin contar su expresión, aquella que haría que cualquier estuviese aterradoQue cualquier sim
—Esto no puede quedarse simplemente, así como así, no podemos permitir que todo solo… Maldita sea…Las palabras duras de parte de Electra Katalakis, se escuchaban en la gran sala de la mansión Katalakistodos se encontraba en silencio, sus rostros largos afligidos estaban completamente expuestos, mientras thai se encontraba al lado de su sobrinay él quitaba la ya fría tasa de chocolate que le habían dado hacía unos momentos, aquella que esta no había siquiera tocadosolo estaba allí en sus manos, sin siquiera moverla un solo segundo, solo allí, mientras ella lloraba en silencio, pues había perdido su hogaraquel que tenía con su hija, aquel que tanto amaba, aquel que él le había regalado, su capitán, todo lo que tenía de aquel hombre que tanto amabatodo aquello que esté una vez le había dado antes de morir, porque así era, aquel hombre, ese que se pavoneaba de un lado a otrono era su capitán, no era el hombre que ella amaba, ese incluso había sido quien había quedamos su casa, de m
Nara parecía un león enjaulado, caminaba de un lado a otro, mientras el hombre sentado en el enorme sillón de su casa, la observabaEste no compendia, ¿Qué hacía ella en su casa? Más importante ¿Cómo sabía que esa era su casa? El hombre dio una larga jalada a su cigarro y la observo cansino¿Desde cuándo ellos eran tan amigos? Habían hecho varía travesuras juntos, incuso se habían acostado un par de vecesPero nada más, no eran amigos, nunca lo habían sido y nunca lo serían, por lo que no tenía por ir con el sí, tenía problemasSolo debía llamar, si necesitaba ayuda, si necesitaba algo que pudiese hacer a cambio de mucho dinero, justamente como a él le gustaba—¿Qué haremos? No sé qué haremos, estoy ciertamente tensa, llena de tantas cosas en mi cabeza, me estoy volviendo loca, muy loca, muy loca…Ella habló en medio de sus delirios, mientras él solo siguió fumando, ¿cuándo se iría? La verdad era que la había dejado de escuchar hacía ya demasiado tiempoLa mujer ciertamente era muy mo
El lugar estaba lleno de personas, la verdad era que tener una cita de aquellas era algo inusual, viniendo de parte AresLa verdad era que no tenía amigos, no tenía siquiera una sola persona que lo recordara con cariño, por lo menos eso pensóLo hizo hasta la noche anterior, aquella en la que no había podido dormir, ¿noche? Tal vez debió decir madrugadaAquella en la que podría decirse, que dio vueltas de un lado a otro en la cama, intentando entender todoPero no había explicaciones, no más que aquella que le gritaba, que no era más que un cobarde, un completo cobarde, un hombre que, definitivamente, le faltaba más concienciaEstaba enojado consigo mismo, las llamadas de su madre las había ignorado, sin contar que había indicado a su secretario, que buscara una buena residencia en ParísAdemás de pedir que reconstruyeran la villa de la playa, creía que por lo menos debía hacerlo, Nara, ella lo había hechoSe lo había dicho con el mayor cinismo posible, esa mujer, de verdad que era un
Los niños corrían de un lado a otro, sin duda alguna, era lo que toda persona cuerda o por lo menos alguien que pudiese evitarlo, lo haríaPero él estaba allí, observando desde la distancia, como se encontraban ellas, ellas hablaban de manera animadaParecía ser que los llantos de ella, se había evaporado, no más que un mal sueño, era más que claro que se veía cansadaPero, aun así, sonreía hacia su hija, la niña hablaba, de manera animada, mientras tenía un pequeño tutú rosado y su cabello negro completamente recogidoAquel había sido el regalo de parte del teniente, al parecer Harmonía tenía un recital de ballet, había iniciado a aprenderlo, desde que inicio a caminarParecía gustarle demasiado, aunque muchos se reían de ella, pues era extraño, pues su segundo pasatiempo o más bien deporte preferidoEra el tiro al blanco, había estado en barias competencias y parecía ser la más seleccionada a ser la ganadora en la categoría juniorEl teniente, lleno de emoción, había indicado que Fé
—¿Qué? ¿Qué dijiste?Venus lo observo con sus ojos completamente abiertos, parecía que estaba a punto de correr, de decirle tantas cosasPero abría la boca y la cerraba una y otra vez parecía nerviosa, ansiosa, por alguna razón, mientras él solo estaba allíNo decía una sola palabra, después de aquello, solo se quedó en silencio, mientras ella quería que hablara un poco másQue lo repitiera, que le diera un poco más de esperanza, que la hiciera sentir aún más de lo que ya sentíaLa recordaba, lo hacía de una manera inconsciente, pero lo hacía, ¿ahora qué haría? ¿Debía seguir haciendo las cosas de la misma forma?¿Su comportamiento era adecuado? No lo sabía, ciertamente no sabía qué hacer, como actuar, solo estaba allíLo observaba fijamente, mientras este, no había perdido ni un solo segundo sus gestos—Repítelo, no te creo, yo…—Desde la primera noche, cuando me desperté, no sabía cómo llamarte, Nara fue quien estaba allí, cuando te describí, ella dijo que jamás había visto tal perso
El secretario de la corporación Alexius se encontraba completamente concentrado en la oficina del teniente RaeAquel hombre era muy bueno haciendo investigaciones y cada una de las cosas que había llegado a decirle, habían sido escuchadasEl teniente no dudó ni por un solo segundo, solo asentía mientras hablaba, justamente de aquel día, aquel en el que su jefe había salido corriendo del hotelTodo con la intensión de encontrarse con la señorita Xandy y su hija, al parecer el teniente le había dado valiosa informaciónNo supo qué había ocurrido, pero su jefe había llegado golpeado, aún recordaba el enojo y la frustración, cuando su jefe, le indico un“Me lo merecía”No dijo nada más, al parecer aquella conversación ya había terminado de aquella manera, incluso sus salidas en busca de la madre de su hijaPues aquel había estado concentrado trasladando todo, incluso él, aunque no negaría que cuando tenía una oportunidad se encontraba con el tenientePues ellos tenían una investigación pe