Capítulo cincuenta y ocho. La declaración policial "Narra Chloe"Siento que ya vuelvo, que puedo abrir los ojos poco a poco y a pesar del dolor que tengo en la cabeza no dejo de oler la sangre.¿De dónde viene?Me atrevo a mirar por fin. Paso mi vista en derredor y me entra el pánico pegando un grito que soy incapaz de controlar.—¡Diossss! ¿Papá?Finalmente consigo ver de dlnde venia el olor a sangre. Es mi padre, ha muerto. Y yo tengo una pistola en mi mano.Me levanto trastabillando y suelto el arma al mismo tiempo que entra la policía y no sé por qué alzo las manos como si fuera un delincuente.—¡Deje las manos en alto y peguese a la pared!Me duele la cabeza, me han golpeado con algo en la nuca y creo que estoy sangrando.Detras de la policía veo entrar a unos paramedicos y lo que sigue es aterrador. A mi me esposan y me suben a una patrulla después de que me haya curado la herida uno de los chicos que certifica que mi padre ha muerto.Mi bolso nunca ha aparecido y me informan
Capítulo cincuenta nueve. No olvides que te amo."Narra Chloe"—William no le busques —irrumpe Alexandre en la conversación —. Sabes perfectamente como se pone cuando se trata de ella tío, ¿Cómo eres tan gilipollas?—O sea que se conocen —murmuro de pronto atando los cabos.Maxen deja la batalla de miradas que tiene con el detective y se acerca a mi poniéndose de rodillas para besarme con suavidad los labios. Por mucho que quiera saber de lo demás le beso, le beso porque eso es algo que se ha vuelto imperativo para mi y no lo puedo evitar, me hace falta como el aire que respiro.—¡Ay, Max! —me lamento.—Tranquila que te vamos a sacar de aquí.—Por favor, yo no he hecho nada —lloriqueo —. ¿De que conoces a Marshall? —Ya te has presentado —le ruge a él —, cabrón. Aléjate de ella. Estás advertido.—¿Estás amenazando a un agente de la ley? —se cruza de brazos el rubio.—Te estoy amenazando a ti, sí —se levanta Maxen —. Ponte lejos de ella. Pero muy lejos.—¡Vale, ya...¿eh?! —interviene A
Capítulo sesenta. No necesito más."Narra Chloe"Resbalo por el fondo de la bañera y me sumerjo en la espuma de jabón y el agua caliente. Me sienta tan bien que no me lo creo. Estoy agotada. Unas horas en esa celda me contaron por meses de dolor. Es un instante deprimente más de todos los de mi vida entera.Salgo a flote y respiro a gusto el aroma de las velas aromáticas que Max me ha dejado encendidas y pienso en mamá, en mi padre y en mi hermana. Ya nadie está a mi lado y aunque mi padre fue una especie de tirano en nuestras vidas era mi padre, no puedo negar que se me oprima el corazón al saber que mi familia se ha extinguido. Solo quedamos Albert y yo.Vienen a mente tantos recuerdos de cuando eramos pequeñas mi hermana y yo y por más que lo intento no encuentro momentos alegres con él, papá nunca fue cariñoso con nosotras y conforme fuimos creciendo fue todo mucho peor. Empezó a controlar las amistades que teníamos en ña escuela, organizaba reuniones con sus amigos y se sentía ra
Capítulo sesenta y uno. Mi deuda con William Marshall."Narra Chloe" —Me revienta el hígado que tengas que volver a verlo —brama Maxen entre dientes —. No te imaginas lo enfermo que me pongo solo de pensar en verlo frente a ti. Vamos en el coche sin detenernos hasta la comisaría. Su mano está aferrada a la mía por encima del cuero del coche pero sus ojos miran a la nada mientras me muestra sus celos desmedidos. Por un lado me hace sentir a gusto que me cele, amo su faceta más vulnerable pero encuentro que no hace falta, creo que los dos sabemos que no tiene competencia y que mi corazón es suyo desde siempre y para siempre. —No sabes como me gusta cuando me dejas ver tus luces y tus sombras también. La frase escapa de mi antes de que pueda procesarla y filtrarla. De pronto me mira y la fuerza de su mirada me hace ver a su lado y clavar mis ojos en los suyos. —Me siento violento ahora mismo, Chloe —me informa y está muy serio —. No es saludable lo que me hace sentir que ese tío
Capítulo sesenta y dos. Estar con mi niño otra vez."Narra Chloe"Podria pasarme toda la vida abrazada a ni niño. No pensé que lo tendría en brazos tan pronto y me siento muy rara, como si llevara años sin tocarlo y ahora solo pudiera meter la nariz en su cuello y olfatear esa colonia que siempre le pongo y que al parecer Sergi le ha seguido aplicando.—¿Me has extrañado, amor? Sus ojitos tiernos me miran rendidos y me muero del amor. Le tiro a mis brazos y no le dejo ni asentir de todos los besos que le doy. Termina riendo en mis brazos cuando le muerdo pedacitos de su quijada y los lóbulos de las orejas.Nos miramos y reímos y reímos cuando le vuelvo a besar y a abrazar. Maxen permanece a mi lado acariciando al niño en la espalda y aunque no es el mejor lugar no puedo esperar para hacer lo siguiente...—Este es tu tío Maxen, cielo —los presento formalmente —. Ha cuidado mucho de mamá y te va a cuidar mucho a ti también. ¿Podrías irte con él afuera un momento en lo que mamá hace una
Capítulo sesenta y tres. Tu poder sobre mi se ha acabado."Narra Chloe"Camino detrás de William por los pasillos que llevan a las celdas y se siente muy raro desde este lado de la puerta. Ahora no estoy dentro sino más bien fuera pero saber que me voy a enfrentar a él es como si estuviera a las puertas del infierno y las llamas ampollaran mi piel.—Les daré privacidad pero estaré en la puerta, ten por seguro que oiré todo lo que se dirán —me informa —, pero eso solo lo sabrás tú. Él no podrá verme. Es por ti seguridad, no puedo dejar que te alcance y te atrape o algo más peligroso.—¡Gracias!Solo digo eso porque me resulta cómodo saberlo. No quiero estar a solas con él, aunque lo parezca.Las sombras de todo lo que viví a su lado me acompañan en cada paso que doy y me tiembla el cuerpo sin que pueda evitarlo. Él es peligroso incluso si no puede hacerme nada.—¿Lista...?No digo nada pero sí que lo estoy.El último pasillo se encuentra frente a mi y camina sola a través de el hasta
Capítulo sesenta y cuatro. Lo mataré ahí mismo."Narra Chloe"William me guía hasta su despacho y cierra la puerta tomándome de las manos para ayudarme a sentar en el sofá. No tengo la menor idea de lo que pueda pasar ni de como reaccionar pero si algo tengo presente es que todas las mentiras de mi marido tienen que estar bien armadas cuando se ha atrevido a echarmelas en cara sin ningún miramiento. —Estoy seguro de que miente —murmura el detective —. Pero no te alcanza para salir de esta con lo que yo piense. Ahora —le miro atentamente —, nadie más que yo sabe de esa cámara que llevas ni ha oído la conversación por lo tanto mientras él no interponga una demanda oficial y muestre las pruebas que dice que tiene no te retendré pero, tampoco puedo usar nada de lo planeado para el juicio. Es una cosa junto con la otra y creo que los dos preferimos que no te encarcelen de nuevo.Asiento y se me nota en el gemido que se me escapa, el agobio.Lo mire por donde lo mire estoy enredada en una
Capítulo sesenta y cinco. El plan perfecto."Narra Maxen"Mis manos me hormiguean sin parar. Soy como un enfermo mental abriendo y cerrando las manos sin parar mientras estoy en movimiento para ir a ver a mi mugriento hermano.No creo que haya dos personas que lleven la misma sangre que se odien más que nosotros dos. Y en este caso es completamente mutuo.Si él pudiera me matara a mi, de eso no tengo dudas.—¡Escúchame bien... — increpa William antes de dejarme entrar —, no te atrevas a cagarla! Y no me alces las cejas como si estuvieran diciendo una tontería porque sabes que te conozco muy bien y que no dejaré que vayas a la cárcel. Tendrás mi arma apuntando contra ti desde la distancia y si le tocas un solo pelo te disparo en una rodilla.—Que detalle por tu parte — ironizo sin alegría.—Efectivamente — me indica que siga adelante por el pasillo de celdas a mi derecha y mi izquierda —, estoy cuidando de ti y de tu mujer. Creo que te lo debo pero no me provoques o me cobraré que haya