Al caer la noche, en la comodidad de su alcoba Leah reposa en el regazo de su esposo. Derek por su parte, se halla sumergido en una eminente angustia, por lo que había quedado al descubierto, lo que más le duele no es hijo de una criada, sino que se lo haya ocultado por tantos años.Ahora siente sin razón alguna un leve signo de angustia, esas molestias son ajenas a él, exhorta en su interior, que siempre gozo de buena vida, gracias al ser criado cómo un Dixon. De pronto emana una seguridad, una quietud existencial se posiciona en su cabeza y se aligeran sus tormentos, se regocija por unos minutos en el silencio. Al rato le manifiesta a Leah:—¿Amor estás dormida? —ella eleva su mirada y responde:—No cariño, solo reposaba en silencio, hoy fue un día de muchas emociones.—Leah, quiero ver al doctor. Estoy dispuesto hacer lo que sea necesario, para volver a caminar. Este será mi último intento y lo haré por ustedes mi familia—asienta Derek repentinamente.—Amor que alegría, mañana mism
Aparentemente todos los problemas han quedado suspendidos, Derek y Leah retoman a sus actividades, desde ahora se respira una ligera calma entre ellos, que adormeció sus tempestades.En su oficina Derek, comienza a narrarle al que considera su mejor amigo, los pormenores de lo sucedido recientemente:—Vaya Derek, es impactante lo que me dices, lo siento amigo debe haber sido un golpe duro, para ti enterarte de esa gran verdad. Wao Martina tu mamá.—Lo que más coraje me da es la mentira, no voy a entender nunca a Martina, me ha decepcionado mucho, yo que la quería tanto.—No sé qué decirte Derek, ya es decisión tuya perdonarla o no. Solo amigo has lo que te dicte tu corazón. Ella se equivocó, pero en el fondo no es mala, ve el lado positivo viviste toda tu vida como un rey, siendo el heredero universal de la fortuna Dixon, así lo estipuló tu abuelo.—Siento que estoy usurpando un lugar, que no me corresponde y un espacio el cual no me pertenece.—Ya olvida todo Derek, sin ti esta empre
Días después…—Es una ciudad muy hermosa, no lo crees Leah—indica Albert y Leah lo mira con mesura.—Si mucho—responde sin ganas.—Vamos Leah, no quiero que estés así conmigo. Cuando realmente no te hecho nada—reflexiona en cuanto a su comportamiento y reacciona:—Tienes razón, lo siento es que, al principio las cosas no fueron nada bien contigo.—Seguro es producto de tu imaginación, yo que sé, ¿Qué te parece si hacemos borrón y cuenta nueva?—Me parece buena idea.—¿Entonces amigos?—Si amigos.Leah baja la guardia con Albert, se convence internamente, que no es un hombre común y tácito. Ambos sonríen al platicar, inmediatamente a Leah le resulta agradable la tertulia. Albert apunta muy claramente a sus anhelos, por su mente pasean las ideas más contradictorias e inimaginable con la pobre Leah.Si pretende emprender el juego del gato y el ratón, Leah no es la persona más ecuánime para ponerlo en práctica, en medio de su inocencia también, es una mujer muy perspicaz y desconfiada.De
Club Tropicana.Ingresan al club estaba a reventar, Leah observa todo con desconcierto y con ganas de salir corriendo. Es viernes, y tocará un grupo musical en vivo ritmos latinos.—Fabuloso, ¿sabes bailar salsa Leah? —pregunta Albert.—No, me enredo con los pasos latinos—advierte Leah.—Yo más o menos aprendí en puerto rico. En cambio, Derek es todo un experto, cuando caminaba, en el baile no había quien le ganara—recuerda Derek, esa época con nostalgia y se entristece enseguida. Leah lo nota y señala:—Vamos a sentarnos y comer algo cariño.—Está bien—indica Derek. Llama Albert a uno de los mozos, para que les ubique un buen lugar.—Cariño si quieres nos vamos, hace mucho ruido. Me gusta más el silencio de nuestra intimidad—le susurra Leah al oído y lo besa en los labios. Albert los mira a la distancia con mucha seriedad.—No querida ya estamos aquí, tratemos de pasar un rato animado, mira Albert está muy emocionado, no le arruinemos la diversión.—Claro cariño, ah Albert nos hace s
Seattle.Empresas Dixon.Desde la calma que manifiesta en este instante, Albert piensa detenidamente en Leah. El Juicio le susurra con seguridad, que se detenga y se olvide de ella por completo, sin embargo, la irracionalidad lo frena, por lo que esos múltiples murmullos hacen meollo en su cabeza. Súbitamente ingresa Leah a su oficina al no hallar a Derek en la suya.—Buen día Albert—saluda Leah con su hijo en brazos.—¡Leah! —exclama Albert con grácil asombro.—Disculpa que te interrumpa, es que Derek no está en su oficina, ni su secretaria.—No interrumpes al contrario es bueno verte, pasa. Derek está en una reunión muy importante y su secretaria lo acompaña. Te ofrezco alguna cosa.—No tranquilo así estoy bien.—Es muy grato verte Leah, y Cameron crece desmesuradamente. Es muy parecido a ti—lo toma entre sus brazos.—Realmente lo veo muy parecido a Derek.—No, tiene tus ojos, ¿Cómo te va en la academia?—Hoy no tuve clases, por eso vine a ver a mi esposo de sorpresa, ¿Cómo vas con
Al día siguiente, en horas de la tarde Leah, se encuentra con su amiga Eiza en su apartamento aprovechó un momento para ir a verla, debido a que Eiza no fue a clases.—Eiza me tienes muy preocupada, no entiendo tanto desgano de tu parte amiga.—Es complicado Leah, realmente me enamoré a morir de Albert.—Pero, ya te dijo que no siente nada por ti. Es mejor que lo olvides y sigas con tu vida. No te deprimas por favor, mira que me haces mucha falta.—¡Ay amiga! Créeme si no fuese por ti y por Monique, que han sido tan lindas conmigo, mi situación fuese otra.—Mejor porque no te quedas unos días en la mansión, allí estaremos todos en familia. Cameron necesita a su tía cerca. También quiero contarte, que entre Derek y yo todo marcha de maravilla, mi esposo a pesar de la limitación en sus piernas, es muy buen amante—expresa Leah tapando su rostro con sus manos.—¡Leah! Vaya que has cambiado. Te revelas con más osadía.—Ja, ja, ja, soy muy feliz. No te puedo mentir.—Me alegra mucho, que se
Houston, Texas.Días después…La familia se aventura acompañar a Derek, para ver qué resultados arrojaron, los estudios realizados recientemente. El padre de Leah, Brandon, Devin junto al padre Matt, acompañan a la pareja, esta vez no los dejaron solos. Con gracia Derek, musita al oído de su esposa:—Tanta gente, para unos simples resultados amor.—Eres muy querido por todos amor, y además somos ahora una gran familia.—Se me olvidaba. Mi abuelo estuviera muy feliz, siempre quiso tener una familia numerosa—se entristece Derek de la nada diciendo: —realmente el patriarca de la familia Dixon, no es mi abuelo, se me olvida que no soy un Dixon, sino el hijo de Martina.—No te lamentes ahora cariño, eres un Dixon. Tu más que nadie, mereces llevar el apellido, nosotros somos unos recién llegados—lo consuela Leah.—Por sus venas, si corre la verdadera sangre Dixon amor.—Ya Derek, centrémonos en ti y en tu evolución. Estoy muy nerviosa por los resultados.—Y yo más querida.—Voy a llamar a l
Pasaron los días, Derek se prepara física y mentalmente para su nueva intervención, permanece junto con Leah en su lujoso apartamento en Houston, el resto de la familia retornó para seguir con sus labores. Por órdenes del padre, Martina partió hasta Houston para ayudar a la pareja, Derek busca de evitar a toda costa, el mantener contacto con su madre. Sin embargo, Martina se muestra muy ilusiona, con la idea de volver a ver a su hijo caminar.—Ya en un par de días operan a Derek Tina.—Estoy feliz por ustedes y por mi nieto.—Ya verás, que con el tiempo Derek te perdonará.—Es lo que menos me importa en este momento. Tu eres madre Leah y sabes, todo lo que una está dispuesta soportar por un hijo.—Te entiendo perfectamente. Yo por Cameron daría la vida y jamás me separaría de él—mira a Martina ante su metida de pata—lo siento Martina no lo quise decir de modo.—No te preocupes, creo que merezco su rechazo.—Ya no nos torturemos más, y vamos a pasear con el niño. Mientras que Derek tra