Días después, ha pasado el tiempo suficiente, para que las aguas se aquietaran y buscaran su cauce. Halide se casó por todo lo alto con Selim con siempre lo ideó, en este momento se encuentra con su esposo de luna de miel, por toda Europa viendo las mil y una noches a su lado. Mustafá y Seda ya se encuentran en los Estados Unidos, logró convencerla y a ella no le quedó más remedio que ceder muy a pesar de su negativa. Se han instalado en un cómodo apartamento en Malibú, al oeste de la cuidad de los Ángeles en California. Desde esa allí comenzará una nueva etapa con su bufete de abogados.—¿Te gusta? —musita Mustafá rodeándola de la cintura, mientras Seda miraba por el balcón.—Es una ciudad muy hermosa, pero no más que Estambul.—Deja la nostalgia querida, te llevaré a la playa y luego, disfrutaremos aún más.—Veo que estás muy contento.—Estoy feliz de estar nuevamente en los Estados Unidos, aquí vivimos primero antes de mudarnos a las vegas.—Espero acostúmbrame.—Seguro que si lo h
Al día siguiente sale Feriyek del pasillo, para ir a la cocina justamente se topa con Kadhir, quien estaba sentado muy cabizbajo, en un absoluto silencio en un rincón. Se intranquiliza al ver a su hijo de ese modo y se le acerca:—¿Qué ocurre hijo mío?—¡Madre! —exclama Kadhir y se pone de pie.—Por Alá Kadhir, mírate estas tan triste de un tiempo para acá, ya no eres ni la sombra de ese joven sereno y alegre que siempre fuiste.—No te preocupes por mí madre—le toca el rostro con cariño y busca de retirarse, pero su madre lo detiene:—Espera hijo, no te vayas cariño, necesitamos conversar.—¿De qué mamá? Ya te dije que no te preocupes por mí yo estaré bien.—¿Cómo no voy a preocuparme? Si eres tan hijo mío, como Mustafá y Mohamed. Pero, Abdul me va a oír.—No busques problemas con mi padre.—Abdul me tiene cansada, tan solo mírate hizo de ti un hombre sumiso y con poca confianza en sí mismo, tu que de los tres eres el noble y el más sentimental. Él lo sabe, por eso haces lo que te pid
Estambul, Turquía.En su habitación, Kadhir se dispone hacer sus maletas, su madre le sugirió que se fuera de viaje junto con ella, para sacarlo de los tormentos que lo aquejan, la furtiva perdida de su hija a calado muy hondo en el pobre Kadhir. Su esposa Deniz lo mira con rareza, al ver que ordenaba su equipaje.—¿Para dónde nos vamos?—A los Estados Unidos.—Voy también hacer mi equipaje.—Espera Deniz, tu no irás conmigo, te quedarás en Estambul.—¿Cómo? Soy tu esposa y tengo, que estar a tu lado como corresponde.—Tu lugar es obedecerme y nunca lo haces.—No soy tu esclava y tengo voluntad. De la cual tu careces.—Basta es suficiente Deniz, me voy solo con mi madre y punto.—Eso está por verse.—Sino me obedeces lo vas a lamentar Deniz, no querrás aflorar mi carácter—le advierte Kadhir con rabia saliendo de la habitación, esta vez hablaba muy seriamente.Al salir se topa con su madre en la puerta:—¿Qué ocurre hijo?—Deniz.—¿Esa mujer hasta cuándo? Mañana salimos a los Estados U
Llega Mustafá a su casa y se encierra en la habitación, que había habilitado como un estudio de pintura, descubre el único cuadro que trajo de Sheila donde se le veía muy sonriente. Lo mira muy fijamente en medio de mucha confusión. Seda siente una conducta Extraña y se posiciona a un costado muy nerviosa y en silencio. Suponiendo que algo no está bien con su esposo, ya que evitó encontrarse con ella al entrar.Las dudas amilanan los pensamientos del buen Mustafá, piensa una y mil veces quien pudo haber sido tan ruin de enviarle un correo, con tan duras palabras simulando ser Sheila. Bajo este marco Sheila no es tan culpable, como lo imagino cinco años atrás, ahora depositó toda su pasión en Seda la que ahora es su esposa.Sale Mustafá del estudio y mira a Seda, que está a un costado, hacen enseguida contacto visual con ella, se le acerca, la carga y toma el diminuto cuerpo de ella en absoluto silencio, la lleva hasta su lecho y deja nuevo al descubierto, aquella pasión que se ha incr
Días después…Los Ángeles, California.—¡Sorpresa familia! —exclama Halide y Abdul murmura con asombro:—Llegó la que faltaba.—¿Qué dijiste Abdul?—Nada, es bueno verlos. Me retiro—sale de la sala y Halide lo mira con recelo.—Abdul siempre tan cordial.—¡Tía! —se advierte Kadhir de su presencia y la abraza con fuerza.—Mi sobrino adorado, ¿viniste con Deniz?—No tía, vive solo con mamá y papá.—Halide querida déjame abrazarte, tengo tantas cosas que contarte—manifiesta Feriyek.—Me imagino.—Yo voy a arreglar mi maleta—apunta Selim, esposo de Halide.—Ve querido, en un rato estoy contigo.—¡Eso tía! —exclama Kadhir en tono jocoso.—Soy muy feliz familia, muy feliz—señala Halide muy contenta.En el pasillo rumbo a la habitación, intercepta Abdul a Selim esposo de Halide:—Te di el suficiente dinero, para que mantuvieras a mi hermana a rayas. No entiendo que hacen aquí en los Estados Unidos.—Disculpe cuñado, pero ya sabe cómo es Halide, es un cometa.—¡Cometa! Mi hermana es un vendav
Llega abruptamente Mustafá, al apartamento familiar e irrumpe en la sala, donde se encontraba su tía Halide en compañía de Kadhir:—¿Dónde está papá?—¿Dónde quedaron tus modales Mustafá? ¿Por qué vienes de ese modo?—Lo siento tía, estoy muy enfadado con mi padre.—¿Ahora qué hizo tu papá?Inesperadamente entra Abdul a la casa y Mustafá lo confronta:—A ti te andaba buscando papá.—¿A ti que mosco te picó? ¿Por qué me hablas con aprensión? Respétame Mustafá, te lo exijo.—No me hagas reír papá, recuerdas esto. Es el mensaje, que mandaste a enviar a mi correo, hace más de cinco años, para que yo creyera que Sheila me había abandonado. Eres un miserable papá cómo pudiste—le lanza Mustafá la hoja al suelo.—¡Abdul! —exclama Feriyek horrorizada con lo que escucha.—¿No entiendo de que hablas? —se hace Abdul el desentendido.—Sabes perfectamente de que te estoy hablando papá, no te hagas el tonto. Mandaste a hackear el correo de Sheila, pero como las mentiras tienen patas cortas, te salió
—¿Cómo está papá Kadhir? —pregunta Mustafá al llegar.—Está estable, descansa en su habitación.—Gracias a Alá, voy a orar por la salud de mi hermano. Nos vemos en un rato mis amores—indica Halide y se retira.—¿Qué fue lo que pasó Kadhir? —Kadhir oculta la verdad, no le dice a Mustafá que su padre estuvo a punto de golpear a su mamá.—Seguro se puso mal, por la discusión que tuvo contigo hermano.—Es que nuestro padre, se pasa en su empeño de controlarlo todo.—Hasta ahora lo sé.—¿Le avisaron a Mohamed?—Si hace rato mi madre lo llamó y le contó todo.—Voy a ver a mi padre.—Espera Mustafá, no lo vayas alterar.—Tranquilo seré prudente.Ingresa Mustafá al cuarto de su padre y éste se hallaba dormido. A un costado estaba su madre hecha un mar de lágrimas, se le acerca y pregunta:—¿Por qué lloras así con tanto desconsuelo madre? —su mamá calla y se abalanza encima de su hijo, mientras Mustafá la sostiene con fuerza, ingresa Halide a la habitación y propone:—Mejor dejemos a mi herman
La mañana siguiente.En el medio de Seda y Mustafá se interna la tranquilidad, se encuentran avistados por un sentimiento placentero, que los conecta con ese estado de calma, donde apartan por un momento de sus vidas el miedo y el dolor. Desde ese espacio armónico Mustafá le indica:—Cariño prepara tus maletas, nos vamos a Las Vegas.—¿Tan rápido? Ni siquiera lo planeamos.—Los mejores viajes, son aquellos que se salen de la nada—manifiesta Mustafá esbozando una agradable sonrisa.—¿Qué me iré a poner?—Compraste muchos vestidos en estos días, lleva el traje de odalisca—susurra Mustafá con picardía.—Lo llevaré—asienta Seda de inmediato.—El que compraste solo para mí. No me gustaría, que otros vean ese abdomen tan perfecto—acaricia su vientre con incitación.—Ya te dije que no bailaré con esa ropa, iré a la academia muy bien cubierta, soy una musulmana cariño y de paso estoy casada.—No soy tan estricto, como se acostumbra en nuestra religión. Sin embargo, no quiero que otro te mire.