Llega Inmaculada a su casa, estaba su hermano Alan algo entristecido. De pronto, la mira con reserva al verla vestida tan elegante y le pregunta:—¿Qué haces vestida así?—Yo estuve en un evento.—¿Con la señora Sofía?—Con Ángel.—¿Qué hacías con ese tipo? —pregunta ligeramente furioso.—Fue solo un evento, no hice nada malo—se incomoda Inmaculada, ante su cuestionamiento.—Ese tipo es muy misterioso, y no me da buena espina. Cuando pueda lo investigo, no quiero sorpresas.—Deja a Ángel tranquilo, él no es malo. Es un empresario, muy importante del mundo de la moda—lo defiende Inmaculada, obviando lo que sabe.—¿Y ese cambio tan repentino? ¿No me digas que te enamoraste?—Ya Alan, no me abrumes con tus preguntas, y más bien dime que te pasa, que te noto triste, si estabas tan feliz con tu novia—busca de desviar su atención.—Es por ella, que estoy así tan conmocionado. Quien entiende a las mujeres, le propuse matrimonio y se espantó. Cuando es el anhelo de toda mujer, que un hombre l
Mansión Greco.Helen y Mark, se habían quedado ligeramente dormidos. Cuando inesperadamente tocan la puerta:—Helen hija, abre la puerta, ¿por qué pusiste el cerrojo? —indica Gianna, la madre de Mark.De inmediato Helen dice:—Es tu mamá, ¿ahora qué hacemos?—Nada abre la puerta, tu eres mi mujer—señala Mark con indiferencia y Helen va a abrir.—¿Qué haces aquí encerrada con este desvergonzado? Hay que ver que, son un par de sinvergüenzas ustedes dos, seguro se estaban en aquello y en casa ajena. De aquí, puedo sentir el olor—expone Gianna con rabia.—¡Qué pena con contigo Gianna! —se avergüenza Helen. —¿Seguro que conoces la palabra vergüenza?—Ya mamá es suficiente, Helen y yo nos reconciliamos. No la regañes, ya pronto me la llevo conmigo.—¿Se puede saber a dónde?—Ahora si salió mi número—exterioriza Mark con fastidio.—Falta de respeto. Pero, tienes razón ya ustedes son marido y mujer, ¿para cuándo es la boda? —lo pone Gianna contra la pared.—Si Mark, respóndele a t
Va llegando Inmaculada a su casa y Bryan se despide muy incrédulo, ante la prohibición de ella.—Inmaculada disculpa lo malo, aun así, la pase muy bien. Quiero que seamos amigos.—Eso si te puedo brindar y de sobra.Fuera de la casa, unos extraños sujetos los vigilaban. Uno de ellos rápidamente acciona su celular y habla:—Lucero, la señorita está acompañada de un policía.—¿Están seguros que es la misma muchacha de la foto? —pregunta Lucero con extrañeza.—Claro que sí, nosotros sabemos hacer nuestro trabajo.—Me parece muy raro, que este allí donde me dijiste hace rato. El diantre es un gran empresario y vive en una Mansión.—Eso no lo sé.—En fin, no quiero errores—asevera y cuelga.Por otra parte, Bryan continúa con ella y le dice:—Si quieres, me quedo para hacerte compañía, hasta que Alan llegue.—Te irás a quedar toda la noche, mi hermano si está con su novia, de seguro no viene a dormir.—Yo por mi encantado.—¡¿Bryan en qué quedamos?!—Ya no te enojes, ya me voy.—Cuídate muc
Siguen las huellas de los neumáticos, esta vez Bryan es quien dirige el operativo. Repentinamente perciben una casa abandonada, que se halla en un lugar fatuo, es la única que se puede contemplar. En seguida Bryan dice:—Revisemos esta casa, puede que la tengan allí. Alex dirígete con los muchachos y cubran los costados. Yo entrare a la casa.—¡Perfecto! —exclama Alex.Se ponen muy hábilmente en sus posiciones y Bryan le da una brusca patada a la puerta. Están dos chicos en la casa:—Al suelo, Policía—los toma por sorpresa y los chicos rápidamente se rinden, colando sus manos en la cabeza. Les indica a los otros policías que lo acompañan, que se encarguen de ellos.Sale de la casa, y Alex le hace seña. Indicándole una chozuela fuera de la casa, Bryan corre hasta allá con mucho sigilo y a la cuenta de tres ingresan. Había un solo sujeto custodiándola, Bryan con desesperación lo golpea en la cara, y rápidamente desata a Inmaculada y ella se abraza a él inmediatamente, Bryan la sujeta co
En este preciso instante, se hallan en el lujoso apartamento, que Ángel había comprado para los dos:—¡Eres tan hermosa! Tu piel y toda tú, me adormece en calma—murmura Ángel, rozando su mejilla con excitación. Inmaculada se sonroja de alegría y a la vez de miedo, ante lo evidente.—Ángel quiero que sepas…—pone sus dedos en su boca, haciéndola callar.—Yo se casi todo de ti, no digas nada. No quiero que objetes, ni mucho menos, que interrumpas este momento con tus dudas.—Es mi cuerpo, tu perfectamente sabes porque he eludido el sexo. No estaba contemplado en mi vida.—Para mí no será solo sexo.—Ángel por favor. Dejemos esto para otro día, no me siento preparada—se contraría la bella Inmaculada.—Somos dos los incrédulos, aunque no lo creas estoy más nervioso que tú.—No bromees.—No es broma querida. Ven vamos a sentarnos.—Al fin dices algo coherente—se encoje Inmaculada de hombros y mira a ángel de reojos.—¿Por qué me miras así? —pregunta Ángel, bosquejando una tímida sonrisa.—E
—Mamá, ¿qué te pasa, te volviste loca? ¿Por qué le gritas a la señora Sofía? —la cuestiona su hijo con rareza.—Si Gianna, ¿qué te ocurre? Cada vez que nombro a Ítalo, te irritas.Gianna los mira con recelo y sale despavorida de la sala.—Mamá, ven aquí—la llama Mark y Sofía lo detiene.—Déjala tranquila mi amor, mejor ve con Helen.—Está bien—se muestra Mark confundido, con la extraña reacción de su madre y sube corriendo a ver a Helen.Expone Sofía internamente, mirando a su alrededor con incredulidad:«Esas reacciones de Gianna no son normales, cada vez que le mencionan a Ítalo se perturba».Al salir de la casa, se tropieza Gianna con Gio, quien entraba por la puerta de atrás.—¿Por qué entras por aquí Gio?—Las preguntas la hago yo, ¿por qué estás llorando, Sofía te hizo algo?—Ay amigo, cada vez soy más evidente, ya no puedo más con este aterrador secreto.—Tranquilízate Gianna, ven salgamos.Salen de la casa y se ocultan en un rincón, para no ser vistos y Gianna menciona:—Son m
Se levanta Inmaculada activamente y prepara el desayuno, Ángel está cansado por tanta actividad con su esposa. Sale de la ducha, y entra Inmaculada a la habitación, con una bandeja de comida. Él esboza una tierna sonrisa diciendo:—Eres un manojo de virtudes, mi santa. Pero, ya hablé con mi secretaria para que contrate personal de servicio—Inmaculada lo mira y frunce el ceño, el lujo al que Ángel la quiere someter, la agobia de inmediato refuta:—No es necesario Ángel, yo puedo ocuparme de nuestras cosas. Yo puedo administrar una casa, no soy perezosa.—No digo lo contrario, no quiero que te canses. Puedo brindarte comodidades, déjame hacerlo.—De ninguna manera, te he dicho hasta el cansancio que tanto brillo me ofusca. Entiende que soy feliz con la sencillez y la tranquilidad.—Inmaculada eres muy terca. Igual contrataré una sola mujer de servicio, que te ayude y comparta contigo en casa mientras no estoy, le diría a Gianna. Pero, mi madre me mata si la aparto de su lado.—Seguro, s
Ángel camina de un lado a otro, siente que la espera se le hace larga. Por otra parte, continúa Inmaculada conversando con su hermano en la cocina, haciéndole entender que lo que siente por Ángel, es amor verdadero.—Inmaculada abre los ojos, comprendo que eres una joven todavía inexperta. Apenas tienes veinte años, tú no puedes estar enamorada de un sujeto que no conocemos. Date cuenta, ese hombre tiene más experiencia que tú en la vida, seguramente es un donjuán.—Ya Alan por favor te lo ruego, acepta mi relación. Te juro por Dios y por la memoria de nuestros padres, que Ángel es el amor de mi vida. Yo sencillamente lo amo, de eso que no te quepa la menor duda.—Me rehusó a que seas la mujer de ese tipo.—En el corazón no se manda y tu bien los sabes Alan, ¿acaso conoces todo de tu novia? Esa chica llego a ti de la nada.—No compares.—No es diferente, no sabes nada de esa fulana. Solo estás embobado con ella, pero yo respeto tu vida y no me inmiscuyo en tus asuntos. Es más, quiero