CAPÍTULO 32: CONFERENCIA INTERNACIONAL DE CEOS—¡CEO Carpenter! ¡CEO Carpenter!Me detengo en medio del pasillo al escuchar mi nombre. Ya es tarde y esta gente solo me está haciendo perder tiempo. Aun así, me giro hacia ellos con una sonrisa.—¿Qué pasa Ricardo?—Es que, quería decirle que llamaron del comité organizativo de la Worldwide CEOs Conference. La están invitando a usted, bueno, a la empresa. —¿Qué? No puede ser.Ricardo me extiende la invitación virtual que trae en el iPad de la empresa. Leo las palabras escritas allí, pero no me lo puedo creer.—Será dentro de un mes, quieren que usted dé una charla —explica.—¿Yo? ¿Por qué yo? —Dijeron que les sorprendió su crecimiento en los últimos años, y ya que es una de las empresas de alimentos más reconocidas de México, desean que les hable a los pequeños empresarios sobre cómo consiguió su éxito.Mi corazón da un vuelco y mi estómago se revuelve de solo pensarlo. Esto es un gran logro para mí. —Excelente, diles que estaré ahí s
CAPÍTULIO 33: VOLVERLA A VERMaxwellNo tenía ganas de venir a esta aburrida conferencia, pero mi abuelo insistió. Me costó trabajo desperezarme después de la nochecita que tuve. Y fue muy incómodo encontrarme con Clara en la mañana teniendo que pretender que nada había pasado. Sin embargo, no esperaba que a la media hora de estar en el lobby esperando que dieran el pase para el auditorio de la primera conferencia, la viese a ella. Al principio no la reconocí, pero me llamaron la atención sus esbeltas piernas, ese trasero firme y redondo y una cinturita de avispa que contrastaba con unos pechos perfectos. Estaba metida en un traje ceñido, pero recatado y se veía tan profesional que me quedé embelesado con semejante belleza. Mas, en el momento en que volteó hacia mi dirección y reconocí ese rostro de ángel, supe que había vuelto. Era Hannah, y las dudas se me disiparon cuando leí su nombre en el carnet que colgaba de su cuello. ¿Qué estaba haciendo aquí? No lo sé, lo que sí sabía er
CAPÍTULO 34: HURACÁN DE SENTIMIENTOSUnas horas antes…Regreso al hotel sintiéndome mucho más relajada. Dar esa conferencia no fue tan aterrador como me lo imaginé. Cuando llego a la habitación, encuentro a Kendra comiendo golosinas con mi hija mientras ven una película de princesas.—¡Mami! ¡Volviste! La tía Kendra me llevó a la piscina, y luego comimos estas gomitas de dulce y estamos viendo Frozen —me dice animada.Kendra me mira con una sonrisa cómplice y se encoge de hombros.—No pude resistirme a esos ojitos de huevo cocido, mírala, es adorable.—Lo sé, pero no debiste darle dulces, ahora me costará demasiado que tome la siesta de la media tarde.—Perdón, pero yo soy su tía favorita —bromea soltando una carcajada.—Mil gracias por cuidarla —le digo entretanto le acompaño a la puerta.—Lamento haber dicho que se parece a él, pero es que es como su copia. ¿Lo viste en la conferencia?—No, por suerte no lo vi. Creo que me libré de tener un encuentro incómodo.—Bien, entonces me iré
CAPÍTULO 35: NO QUIERO TENER NADA QUE VER CON ÉL—No tengo idea de qué estaba haciendo ahí, te lo juro.—Está bien Han, ¿estás segura de que quieres ir a comer de todos modos? —me pregunta Landon.—Sí, vamos. No podemos dejar que nos arruine la noche.Junto con Sofía vamos hasta uno de los tres restaurantes exclusivos que ofrece el hotel. Nos sentamos en la mesa con vistas al mar. La noche está espectacular, hay antorchas encendidas que dan calor e iluminan el paisaje de afuera. Todo habría sido hermoso de no ser por él.Ahora no puedo dejar de mirar a mi alrededor pensando que podría aparecerse de nuevo en cualquier momento y montar un espectáculo.Me siento como si esos cinco años no hubieran transcurrido en lo absoluto, es como si todo el tiempo que pasé olvidándome de él se hubiera ido por el inodoro en el preciso segundo en que nos encontramos.Landon pone una mano sobre la mía al darse cuenta de mi estado de ansiedad.—Tranquila, todo estará bien.—Ay Landon, es que, no pensé qu
CAPÍTULO 36: UN TRATO CON MI ESPOSAMaxwellMi abuelo me va a matar, voy media hora tarde a la reunión que organizó con uno de los empresarios que conoció en la conferencia de ayer para hacer un negocio de talla internacional. Pego una carrera hasta el hotel con los papeles en la mano. No me estuviese pasando esto de no ser por Hannah. Anoche me desvelé buscando los maldit0s papeles del divorcio, pero parece que en cinco años, muchos de mis documentos se han perdido de maneras misteriosas.¿Cómo pudo hacerme esto? Pensé que cinco años habrían sido suficientes para pensar las cosas, pero a ella simplemente no le importó. Esa niña que la llamó mamá… debe tener al menos cinco años. Si las cuentas no me fallan, tuvo que quedar embarazada en el tiempo en que se fue del país.—Es de él, ¡maldit4 sea! ¡es de él! Y tuvo la osadía de mentirme, de decir que yo la había engañado cuando fue ella la que se revolcó con el imbécil del abogaducho.La sangre me hierve de la ira de solo pensar que me vi
CAPÍTULO 37: PROFESIONAL—Esto tiene que ser una jodida broma del destino. Es así. No le encuentro otra explicación. Camino de un lado a otro como si con eso pudiese solucionar algo. Agradezco que mi hija tenga el sueño pesado, de otro modo ya se hubiera despertado con mis gritos y gruñidos. Kendra me mira con una expresión que no sabría describir, creo que quiere reírse de mí, pero entiende la gravedad de la situación y se contiene.—¿Por qué aceptaste? No debiste decirle que sí.—¿Y qué más podía hacer? Me tiene atada de manos; como siempre. Él es el único que sale ganando en todo.—Pudiste decirle que no y ya. No puede forzarte a estar casados, lo demandabas y ya.—No es tan sencillo, sabes que si hago eso él se enterará de la existencia de Sofía y eso es algo que no pienso permitir. —Bueno, tienes razón. ¡Ay!, pero no tengo idea de cómo vas a hacer Han, ahora tendrás que volverlo a ver todos los días.—No importa, solo tengo que ser profesional. Será por unos cuantos meses y ya.
CAPÍTULO 38: ME ESTÁ VOLVIENDO LOCOMaxwellNo esperaba tener a una pequeña niña de cinco años cantando las canciones de las princesas a todo pulmón en mi auto. Ya pasé esa etapa con mis gemelos cuando ella me abandonó y para ser sincero, mis hijos nunca fueron tan escandalosos.Aun así, me quedo embelesado observándolas a ambas por el retrovisor cuando me detengo en los semáforos. La forma en la que Hannah le sonríe y la niña le mira de vuelta con la misma emoción, con amor. Es realmente adorable.Yo siempre quise tener una hija mujer. Amo a mis gemelos, pero una niña es la ilusión de todo padre. Sin embargo, eso nunca ocurrió. Aprieto el mango del volante intentando contenerme. Me llena de rabia pensar que Hannah le dio una hija al desgraciado del abogaducho y no a mí. Llegamos a la empresa sin cruzar palabras. Por suerte la sala que habilité para mis hijos todavía sigue intacta, aunque ya no es tan infantil. Una parte está destinada para Max, mi sobrino. Pero la mayor parte se la
CAPÍTULO 39: YA LO HE SUPERADODebo admitir que siempre que veo a esta mujer, de alguna forma u otra me impacta. Clara irrumpe en la oficina cuando Maxwell estaba muy cerca de mí, pero, como buen mentiroso, se aleja todo lo que le da el espacio para que ella no se de cuenta de lo que intentaba hacer.Me acomodo la ropa en la silla y me pongo de pie. Parece que Clara todavía no me ha reconocido, pero es evidente que no le ha gustado verme con él aquí. —¿Por qué no dices nada? ¿Quién es ella? —vuelve a preguntar.—Clara, ¿qué estás haciendo aquí? Te dije que no podías venir a molestarme mientras estuviese en la reunión.—Necesitaba venir a entregarte algo, pero ya veo por qué no querías que te molestase.Clara me clava la mirada de arriba abajo y la ladea con curiosidad. Tengo que parecerle conocida al menos. Sé que no fui relevante en su vida, pero tampoco me veo tan diferente como para que no sepa quién soy.—¿Te conozco?—Lo siento, tengo que irme, ya es tarde. Mañana seguiremos con