CAPÍTULO 35: NO QUIERO TENER NADA QUE VER CON ÉL—No tengo idea de qué estaba haciendo ahí, te lo juro.—Está bien Han, ¿estás segura de que quieres ir a comer de todos modos? —me pregunta Landon.—Sí, vamos. No podemos dejar que nos arruine la noche.Junto con Sofía vamos hasta uno de los tres restaurantes exclusivos que ofrece el hotel. Nos sentamos en la mesa con vistas al mar. La noche está espectacular, hay antorchas encendidas que dan calor e iluminan el paisaje de afuera. Todo habría sido hermoso de no ser por él.Ahora no puedo dejar de mirar a mi alrededor pensando que podría aparecerse de nuevo en cualquier momento y montar un espectáculo.Me siento como si esos cinco años no hubieran transcurrido en lo absoluto, es como si todo el tiempo que pasé olvidándome de él se hubiera ido por el inodoro en el preciso segundo en que nos encontramos.Landon pone una mano sobre la mía al darse cuenta de mi estado de ansiedad.—Tranquila, todo estará bien.—Ay Landon, es que, no pensé qu
CAPÍTULO 36: UN TRATO CON MI ESPOSAMaxwellMi abuelo me va a matar, voy media hora tarde a la reunión que organizó con uno de los empresarios que conoció en la conferencia de ayer para hacer un negocio de talla internacional. Pego una carrera hasta el hotel con los papeles en la mano. No me estuviese pasando esto de no ser por Hannah. Anoche me desvelé buscando los maldit0s papeles del divorcio, pero parece que en cinco años, muchos de mis documentos se han perdido de maneras misteriosas.¿Cómo pudo hacerme esto? Pensé que cinco años habrían sido suficientes para pensar las cosas, pero a ella simplemente no le importó. Esa niña que la llamó mamá… debe tener al menos cinco años. Si las cuentas no me fallan, tuvo que quedar embarazada en el tiempo en que se fue del país.—Es de él, ¡maldit4 sea! ¡es de él! Y tuvo la osadía de mentirme, de decir que yo la había engañado cuando fue ella la que se revolcó con el imbécil del abogaducho.La sangre me hierve de la ira de solo pensar que me vi
CAPÍTULO 37: PROFESIONAL—Esto tiene que ser una jodida broma del destino. Es así. No le encuentro otra explicación. Camino de un lado a otro como si con eso pudiese solucionar algo. Agradezco que mi hija tenga el sueño pesado, de otro modo ya se hubiera despertado con mis gritos y gruñidos. Kendra me mira con una expresión que no sabría describir, creo que quiere reírse de mí, pero entiende la gravedad de la situación y se contiene.—¿Por qué aceptaste? No debiste decirle que sí.—¿Y qué más podía hacer? Me tiene atada de manos; como siempre. Él es el único que sale ganando en todo.—Pudiste decirle que no y ya. No puede forzarte a estar casados, lo demandabas y ya.—No es tan sencillo, sabes que si hago eso él se enterará de la existencia de Sofía y eso es algo que no pienso permitir. —Bueno, tienes razón. ¡Ay!, pero no tengo idea de cómo vas a hacer Han, ahora tendrás que volverlo a ver todos los días.—No importa, solo tengo que ser profesional. Será por unos cuantos meses y ya.
CAPÍTULO 38: ME ESTÁ VOLVIENDO LOCOMaxwellNo esperaba tener a una pequeña niña de cinco años cantando las canciones de las princesas a todo pulmón en mi auto. Ya pasé esa etapa con mis gemelos cuando ella me abandonó y para ser sincero, mis hijos nunca fueron tan escandalosos.Aun así, me quedo embelesado observándolas a ambas por el retrovisor cuando me detengo en los semáforos. La forma en la que Hannah le sonríe y la niña le mira de vuelta con la misma emoción, con amor. Es realmente adorable.Yo siempre quise tener una hija mujer. Amo a mis gemelos, pero una niña es la ilusión de todo padre. Sin embargo, eso nunca ocurrió. Aprieto el mango del volante intentando contenerme. Me llena de rabia pensar que Hannah le dio una hija al desgraciado del abogaducho y no a mí. Llegamos a la empresa sin cruzar palabras. Por suerte la sala que habilité para mis hijos todavía sigue intacta, aunque ya no es tan infantil. Una parte está destinada para Max, mi sobrino. Pero la mayor parte se la
CAPÍTULO 39: YA LO HE SUPERADODebo admitir que siempre que veo a esta mujer, de alguna forma u otra me impacta. Clara irrumpe en la oficina cuando Maxwell estaba muy cerca de mí, pero, como buen mentiroso, se aleja todo lo que le da el espacio para que ella no se de cuenta de lo que intentaba hacer.Me acomodo la ropa en la silla y me pongo de pie. Parece que Clara todavía no me ha reconocido, pero es evidente que no le ha gustado verme con él aquí. —¿Por qué no dices nada? ¿Quién es ella? —vuelve a preguntar.—Clara, ¿qué estás haciendo aquí? Te dije que no podías venir a molestarme mientras estuviese en la reunión.—Necesitaba venir a entregarte algo, pero ya veo por qué no querías que te molestase.Clara me clava la mirada de arriba abajo y la ladea con curiosidad. Tengo que parecerle conocida al menos. Sé que no fui relevante en su vida, pero tampoco me veo tan diferente como para que no sepa quién soy.—¿Te conozco?—Lo siento, tengo que irme, ya es tarde. Mañana seguiremos con
CAPÍTULO 40: CUÉNTAME MÁS MaxwellTener que soportar las malas caras de Clara ya es demasiado. He sido benevolente todos estos años con ella, pero esto es el colmo. Se puso como una desquiciada cuando se enteró de que Hannah había regresado y por poco me hace una escena de celos en la oficina. La envié a casa inmediatamente y quise salir a buscar a Hannah, pero ella ya se había ido.Ahora estamos cenando en un incómodo silencio. Mis hijos y el suyo acaban de comer y se van a jugar videojuegos. La tensión entre los dos crece hasta que ella suelta la cuchara con un estruendo y me mira directo a los ojos.—¿No dirás nada? ¿Ni siquiera una explicación? —Yo no tengo nada que explicarte Clara.—¿De verdad? Tenemos cinco años viviendo juntos, al menos me merezco una explicación. ¿Por qué esa… mujercita regresó y estaba en tu empresa? Más te vale que haya sido para firmar los papeles del divorcio, si no…—¿Si no qué? Las puertas están abiertas, puedes irte cuando quieras. Llevamos cinco año
CAPÍTULO 41: ¡LO ODIO!Esta es la quinta vez que me enjuago la boca con agua y aun así, la sensación de su beso no se va de mis labios. Escupo en el lavabo una y otra vez sintiéndome ultrajada de alguna manera. —¡Aarrg! —grito. Cierro la llave del agua y me miro al espejo. Mi corazón todavía está agitado y la sensación de su boca contra la mía no se va. ¡Maldit4 sea! ¿Por qué no se va? Suspiro profundo y trato de controlarme, esto es lo que él quiere, hacerme perder los estribos. No puedo permitirlo. «Pero ese beso… ¡Dios! Movió demasiadas cosas en mi interior!», pienso. Y en el exterior también. Muerdo mi labio tratando de borrar el recuerdo. Él no puede provocarme estas cosas, no puede hacerme sentir así.—Lo odio, lo odio con todo mi ser —repito frente al espejo.Eso es lo único que yo puedo sentir por él, desprecio y asco. Seco mi cara con una toalla y regreso a la oficina donde él ya está esperándome con una sonrisa fanfarrona. Ni siquiera se ha limpiado el labial rojo que t
CAPÍTULO 42: FUERA DE MI CAMINOClara BeaumontEsto es inaudito. Esa mujerzuel4… no es posible que haya regresado. Golpeo con fuerza el tocador de mi habitación sintiéndome impotente. Llevo cinco años trabajando al idiota de Maxwell, metiéndome en su cama, en su piel y en sus pensamientos, pero desplazar a esa tipa de su corazón ha sido más difícil de lo que jamás imaginé.Lo poco que he logrado conseguir es que él me mantenga a su lado. Ya sea por lástima o por órdenes de su abuelo, lo único que tengo es una relación falsa y una estabilidad que pende de un hilo. —¡Maldit4 sea! ¡Púdrete en el infierno Hannah Carpenter! —bramo mirando hacia el espejo.Esto no me puede estar pasando a mí, no ahora. Hice de todo para que esa idiota se alejara de él y justo ahora decide volver. —Tengo que hacer algo, tengo que deshacerme de esa mujer de una vez por todas.De improvisto la puerta de mi cuarto se abre. Max, mi único hijo irrumpe en la habitación. Cada vez que lo veo siento una rabia apod