CAPÍTULO 40: CUÉNTAME MÁS MaxwellTener que soportar las malas caras de Clara ya es demasiado. He sido benevolente todos estos años con ella, pero esto es el colmo. Se puso como una desquiciada cuando se enteró de que Hannah había regresado y por poco me hace una escena de celos en la oficina. La envié a casa inmediatamente y quise salir a buscar a Hannah, pero ella ya se había ido.Ahora estamos cenando en un incómodo silencio. Mis hijos y el suyo acaban de comer y se van a jugar videojuegos. La tensión entre los dos crece hasta que ella suelta la cuchara con un estruendo y me mira directo a los ojos.—¿No dirás nada? ¿Ni siquiera una explicación? —Yo no tengo nada que explicarte Clara.—¿De verdad? Tenemos cinco años viviendo juntos, al menos me merezco una explicación. ¿Por qué esa… mujercita regresó y estaba en tu empresa? Más te vale que haya sido para firmar los papeles del divorcio, si no…—¿Si no qué? Las puertas están abiertas, puedes irte cuando quieras. Llevamos cinco año
CAPÍTULO 41: ¡LO ODIO!Esta es la quinta vez que me enjuago la boca con agua y aun así, la sensación de su beso no se va de mis labios. Escupo en el lavabo una y otra vez sintiéndome ultrajada de alguna manera. —¡Aarrg! —grito. Cierro la llave del agua y me miro al espejo. Mi corazón todavía está agitado y la sensación de su boca contra la mía no se va. ¡Maldit4 sea! ¿Por qué no se va? Suspiro profundo y trato de controlarme, esto es lo que él quiere, hacerme perder los estribos. No puedo permitirlo. «Pero ese beso… ¡Dios! Movió demasiadas cosas en mi interior!», pienso. Y en el exterior también. Muerdo mi labio tratando de borrar el recuerdo. Él no puede provocarme estas cosas, no puede hacerme sentir así.—Lo odio, lo odio con todo mi ser —repito frente al espejo.Eso es lo único que yo puedo sentir por él, desprecio y asco. Seco mi cara con una toalla y regreso a la oficina donde él ya está esperándome con una sonrisa fanfarrona. Ni siquiera se ha limpiado el labial rojo que t
CAPÍTULO 42: FUERA DE MI CAMINOClara BeaumontEsto es inaudito. Esa mujerzuel4… no es posible que haya regresado. Golpeo con fuerza el tocador de mi habitación sintiéndome impotente. Llevo cinco años trabajando al idiota de Maxwell, metiéndome en su cama, en su piel y en sus pensamientos, pero desplazar a esa tipa de su corazón ha sido más difícil de lo que jamás imaginé.Lo poco que he logrado conseguir es que él me mantenga a su lado. Ya sea por lástima o por órdenes de su abuelo, lo único que tengo es una relación falsa y una estabilidad que pende de un hilo. —¡Maldit4 sea! ¡Púdrete en el infierno Hannah Carpenter! —bramo mirando hacia el espejo.Esto no me puede estar pasando a mí, no ahora. Hice de todo para que esa idiota se alejara de él y justo ahora decide volver. —Tengo que hacer algo, tengo que deshacerme de esa mujer de una vez por todas.De improvisto la puerta de mi cuarto se abre. Max, mi único hijo irrumpe en la habitación. Cada vez que lo veo siento una rabia apod
CAPÍTULO 43: PAGAR LAS CONSECUENCIASMaxwellCon Clara de vuelta en la empresa, mis planes para reconquistar a Hannah han tenido que ponerse en pausa. Y no es precisamente porque me importe lo que ella piense, sino más bien porque Hannah se ha distanciado aún más desde que apareció.Aquella noche en la que le traje los dulces especiales sentí que nuestro amor todavía estaba vivo, lo vi en su sonrisa, en la forma en la que sus ojos brillaron y sus mejillas se tiñeron de rojo cuando mis dedos rozaron sus labios.Sin embargo, y a pesar de que me juró que no había hablado nada con Clara, estoy seguro de que algo le dijo.Ahora mismo estamos viendo la presentación de los diseños para el producto que lanzaremos al mercado de parte del departamento encargado para ello. Un par de sus trabajadores viajaron a Miami para este momento. Intento prestar atención, pero no puedo dejar de mirarla. Incluso estando seria y concentrada se ve realmente hermosa. Los aplausos del equipo directivo y los de
CAPÍTULO 44: SOLO POR ESTA NOCHEMi corazón se paralizó cuando Maxwell me preguntó directamente si Sofía era su hija. Pensé que lo había descubierto todo hasta que rápidamente me di cuenta de que estaba borracho. Aun así, el hecho de que me haya preguntado eso significaba que de alguna forma u otra lo había pensado.Estuve a punto de colgarle porque eran las dos de la madrugada y mi hija dormía en la otra habitación, sin embargo, la curiosidad por saber qué estaba haciendo me ganó. Él nunca colgó la llamada, así que escuché perfectamente todo lo que habló con su amigo hasta que se durmió. Pensé en colgarle, pero de pronto escuché la voz de alguien diferente decir algo que me heló la sangre.—Detente aquí, en este lugar nadie verá lo que le haremos.—Pero no sean demasiado bruscos con él, por favor —respondió el amigo. —Tranquilo, solo le recordaremos lo que pasa cuando decide desobedecer al lobo.Mi corazón se aceleró, sabía que algo malo estaba pasando. A los pocos segundos escuché
CAPÍTULO 45: NO ME COMPARES CON ÉLMaxwellAbro los ojos en el momento en que escucho la voz de una enfermera despertándome para ponerme algún medicamento. El cuerpo me duele como la mierd4 y no recuerdo demasiado de lo que ocurrió anoche. No obstante, el perfume de Hannah todavía permanece en mi ropa. Poco a poco los recuerdos de hace unas horas asedian mi memoria.—Buenos días, señor Kingsley, ¿cómo se siente? —me pregunta la enfermera.—Como si un hipopótamo se hubiera ensañado conmigo —respondo restregando la mano contra mi cabeza. Ella se ríe nerviosa, y continúa haciendo su trabajo.—Le pondré esto para el dolor, no se preocupe.—¿Dónde está Hannah?—¿Su esposa?Volteo y le miro con sorpresa, ¿cómo sabe ella que Hannah es mi esposa? La única forma es que haya sido ella misma la que lo haya dicho.—Sí, mi esposa.—Se fue poco antes de las seis de la mañana.Despertar con la cama vacía se sintió como un puñal en el corazón, recordándome que ya no está mas a mi lado. Así debió sent
CAPÍTULO 46: TENGO QUE IRMEUnas horas antes…—Por favor, dese prisa, tengo que llegar a casa pronto.El taxista asiente y se pone en marcha a toda la velocidad que las leyes de tránsito le permiten. Es muy temprano, pero mi hija suele despertarse a estas horas, no es de las que duermen hasta las once de la mañana.Mi celular se quedó sin batería alrededor de las cuatro de la mañana. Olvidé ponerlo a cargar y ahora está realmente muerto, por eso mi preocupación es mil veces mayor.Cuando por fin el taxi llega a mi destino, me bajo a toda prisa y después de pagar, salgo corriendo hacia la casa. Abro la puerta con cuidado y entro despacio esperando que ella siga dormida y nadie se haya dado cuenta de mi ausencia.No obstante, en la sala ya me estaba esperando, y no solo ella, Landon la acompaña.—Landon, ¿qué haces aquí? —pregunto.—¡Mami! —Sofía sale corriendo y me abraza con fuerza—. Mamá ¿dónde estabas?—Tuve que salir hijita, ¿tú llamaste a Landon?Sofía asiente con animosidad.—Sí,
CAPÍTULO 47: ¿PODRÁ SER?MaxwellEl dedo me baila frente a la pantalla dudando; una vez más; si llamo al abogado o no para preparar los papeles del divorcio.Esto no es lo que quiero. No deseo divorciarme de ella porque si lo hago, entonces realmente no habrá nada que nos ate y entonces ella se irá para siempre.Arrojo el celular contra la cama sintiéndome lleno de frustración. No puedo hacerlo.Hace dos días que no sé nada de ella. Luego de que me dijo que enviaría a su asistente, el cual llegó apenas hoy.—Maldit4 sea, Hannah. ¿Por qué no puedo dejar de amarte?Reniego sin más remedio, por ahora no puedo hacer nada al respecto. Por otro lado, finalmente Félix me da la cara. Ahora mismo lo acabo de ver llegar a mi casa.Francis le abre la puerta y lo deja pasar. Mis gemelos lo saludan con cariño ya que lo consideran como su tío.—¡Tío Félix! —exclaman con emoción.—¿Cómo están niños?—Bien, papá nos compró la nueva consola, ¿quieres jugar?—Quizá más tarde, ahora tengo que hablar con