Luego de eso las cosas cambiaron. Dos años después su emprendimiento iba de maravilla, ella se graduó de la universidad, y consiguió la tan ansiada beca en Estados Unidos.
Se mudaron a New York, en aquella ciudad empezaron de cero, ambos se turnaban con el cuidado de Isa, compartían labores, hasta que alguien se vio interesado en su programa, y les abrió las puertas.
Isabella estaba por cumplir tres años, la noche que ocurrió esa terrible desgracia. Diana no tuvo clases las dos últimas horas, decidió sorprender a su esposo, tomó un taxi para llegar a la oficina. Frunció el ceño al ver que todo estaba cerrado.
Diana sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pensó que algo había ocurrido con Isa, entonces corrió por las calles hasta llegar a la guardería.
La encargada la miró con sorpresa, al verla aparecer agitada. Supo entonces que su esposo no había ido por la niña. Re
Queridos lectores ya sabemos el instante que Diana encontró a Rodrigo con otra mujer. Leo sus conjeturas.
New- York, Usa. (Presente)Una mezcla de intensas emociones eran las que vivían Diana, Rodrigo y Luciano. En ese momento cada uno vivía su propia lucha interna:Luciano no comprendía por qué razón Diana, a pesar de haber estado con él, lo había rechazado y ahora aseguraba amar a su esposo, sin embargo, no estaba dispuesto a dar marcha atrás. Había regresado con un solo propósito y era recuperar a la mujer que según él amaba; sin embargo, ese sentimiento se estaba convirtiendo en algo: enfermizo.Diana, por su parte ahora tenía sus sentimientos claros, a pesar de que cometió un gran error al haber estado con Luciano, el verlo y aclarar las cosas con él alumbraron su camino, pero aquel sendero estaba lleno de dolor y sufrimiento y era mejor tomar otro rumbo.La decisi&oacut
New York- Usa (Presente)Rodrigo, colocó la botella a un lado, desistió de la idea de beber de nuevo, ni Diana, ni Isabella, se merecían eso; sin embargo, el dolor en su corazón seguía ahí latente.Comprendió que no podía retener a su esposa, por más tiempo, consideró que él no era la felicidad de ella, pero existía de por medio una hija.Isabella, era la luz de sus ojos, la razón por la que dejó el alcohol, su vida giraba en torno a la pequeña niña.«¿Cómo iban a seguir viviendo sin estar juntos? ¿Ahora a quién iba a llamar en las noches cuando despertara asustada?»Esas preguntas atormentaban su entristecido corazón, mientras permanecía con la mirada perdida, concentrado en sus cavilacione
Fernando llegó a su casa, se sorprendió al ver que sus niños ya habían cenado y solo su esposa le estaba esperando con su mirada inquisidora y cruzada de brazos. —Explícame Fernando García, ¿Qué interés tienes en Diana Maldonado? — increpó Kate con el ceño fruncido. —¿Por qué me ocultaste que eras amigo de ella? —No tengo ningún interés en Diana ¿Por qué piensas eso? —indagó Fernando sorprendido mientras se quitaba la chaqueta. — ¿No te interesa? —resopló Kate—. Yo te vi conversando muy amable con ella, y para variar eres un alcahuete ¿Por qué tuviste que intervenir, y salvar a esa mujer? ¿Crees que soy tonta? —increpó, mirando a Fernando, a los ojos—. Te acercaste de inmediato a dar el seudónimo de ese fotógrafo cuando yo sé a la perfección que se llama Luciano, y es el hombre que te contrató para que la buscaras —habló muy enojada. —Lo hice porque ella es mi amiga —expresó respirando
New York (Presente)La noche aún no terminaba y Rodrigo, solo esperaba una respuesta por parte de su esposa, sin embargo, ella no se sentía digna de él, haciendo acopio de la poca fuerza de voluntad que le quedaba, se bajó del escritorio, separándose de él.—No puedo...—Se mordió los labios, con la respiración agitada prosiguió—. Yo no soy digna de ti...—se acomodó la ropa para salir a toda prisa del despacho.El corazón de Diana, sonaba con fuerza, subió las escaleras con las piernas temblorosas, entró a su habitación, se recostó en la puerta con las manos sobre su pecho.—Él se merece alguien mejor que tú Diana Maldonado —se dijo así misma—. Él no va a perdonar tu traición &
El agente García llamó a su hermano le dio la dirección de la empresa de Diana. Ambos subieron al vehículo de ella, en el camino un profundo silencio los acompañaba, cada uno preocupado por sus respectivas parejas, una vez que llegaron a la corporación, el joven ingeniero en sistemas ya los estaba esperando. Fernando presentó a Diana, con Mateo, el muchacho de inmediato se puso a solucionar el problema. Ella se marchó a la reunión que tenía con los empresarios y regresó antes de la diez y media para su cita con su amigo. —¿Margaret el agente García, ya llegó? —preguntó Diana. —Si señora, está con los jóvenes instalando las cámaras de seguridad. —Por favor avísele que estoy aquí, hazlo pasar a la sala de juntas, que nadie nos interrumpa. ¿Quedó claro? —ordenó. —Si señora —contestó la joven. Diana, necesitaba desahogarse, y la única pe
La situación en el salón de la empresa Vid-Mal, se tornó tensa, la esposa del agente García, parpadeó varias veces sin poder creer lo que observaba, Diana, encima de su marido. Rodrigo, se acercó a su mujer, la ayudo a levantar, fue entonces que Kate, se quiso hizo ir en contra de Diana. La esposa del agente estaba vuelta una fiera. El ingeniero Vidal se paró delante de ella, no se lo permitió. —Kate, tranquila, yo no admito que nadie le ponga una mano encima a mi esposa —cuestionó Rodrigo protegiendo con su cuerpo a su mujer. Diana lo miró con ternura. El agente García se puso de pie para tratar de tranquilizar a su esposa. —Tú no me vuelvas a tocar en toda tu vida Fernando García —lo señaló con el dedo, mirándolo a los ojos, furiosa. —¡Esto es increíble! —resopló. —¿No se da cuenta Rodrigo? Nos están engañando y en su propia em
Los esposos García, desayunaban en silencio. Kate, con una actitud muy diferente que la que Fernando, se imaginaba, él ya se preparaba para otra discusión, ya que después de esa escena con Diana, su esposa no le habló la noche anterior, quizás estaba esperando estar a solas con él para recriminarle. —Los niños hoy se van con Laura, a la escuela —comentó Kate, bebiendo su vaso de jugo de naranja. Fernando levantó una de sus cejas, miró con seriedad a su esposa. —Yo debo salir en quince minutos, tengo una cita importante —comentó Fernando. —Niños, despídanse de su papá —solicitó Kate. Al escuchar la bocina del auto de Laura. Los niños la obedecieron, se acercaron a despedirse de él, luego Kate salió a dejarlos en el vehículo. Fernando, tan solo observaba aquel extraño comportamiento de su esposa, ella cerró la puerta entonces el agente García,
Rodrigo, se sentó frente a ella, y le siguió cantando, mientras Diana, trataba de secar sus lágrimas, él aprovechó para tomar su mano, y proseguir con la melodía. Un suspiro salió de lo más profundo del alma de Diana, al momento que Rodrigo, terminó la canción, él soltó el micrófono a un lado de la mesa para poder abrazarla, ella se dejó envolver de los brazos de su esposo, permanecieron sin decir nada por varios minutos. —¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste? ¿Con quién dejaste a Isabella? —preguntó Diana, volviendo a secar su rostro. Rodrigo, sacó su pañuelo, empezó a enjugar sus lágrimas. —No me gusta verte triste —advirtió—, por Isabella, no te preocupes va a dormir en casa de Florence —comentó—, y contestando a tu pregunta de cómo supe que estabas aquí, déjame decirte que yo siempre te encontraré, no pienso renunciar a ti. Diana inclinó su mirada con vergüenz