Su ángel estaba siendo el demonio ahora, ella no daba su brazo a torcer y por muy solos que estuvieran y por mucho que se esforzara ella no cedía a perdonarlo o darle placer. Isla estaba siendo fuerte ante los encantos y la seducción de su esposo, verlo pasearse desnudo por la habitación después de salir de la ducha con su masculinidad erguida, que la mire con deseos y que le hable siempre con voz ronca y erótica no se lo pone fácil.

Logan paseó la mano por el cuerpo de su mujer, había intentado antes poseerla dormida, pero se enfureció tanto que amenazó con dormir en otra habitación. Con mucho cuidado coló la mano por entre el pantalón y al sentirla sin bragas se estremeció por completo. Su erección palpitó dolorosamente y deseó arrancarle el pantalón para estar piel con piel.

―Mmmm. ―Isla jadeó, está profundamente dormida, pero aun así siente placer.

Logan aspiró el aroma de su cabello y cerró los ojos, él logró llegar a su feminidad sin despertarla y la humedad en ella es abundante