Klaus, cĂłmo tantas veces habia hecho con anterioridad, colocĂł una ensayada expresiĂłn de preocupaciĂłn, sus ojos se llenaron de una extraña sombra que no pasĂł desapercibida para AntĂłn quien de inmediato se preocupĂł por su niña, al imaginar que lo que sucedĂa era bastante grave. —¿QuĂ© es lo que sucede Klaus?, ÂżAlgo anda mal ? —Últimamente todo está mal con Kira, tĂo—suspirĂł dramáticamente mientras se colocaba en pie y dejaba sobre la mesita el vaso que habĂa contenido El whisky. —¿A quĂ© te refieres exactamente?, no me ocultes nada Klaus, sĂ© que mi pequeña ave, quizás no me dirá para no preocuparme, Âżle sucede algo a mi hija? —Le sucede de todo tĂo, su obsesiĂłn por Nikolay Kozlov está amenazando con acabar con ella. Me preocupa que Kira cada dĂa parece perder más la razĂłn, está obsesionada con recuperar el amor de ese hombre a pesar de que Ă©l le ha dejado bastante claro de que no plantea serle infiel a su esposa. Su obsesiĂłn por Ă©l, terminará afectando tus intereses tĂo, ella no
—¡AMAIA!— gritĂł la menor de los MĂĽller mientras salĂa corriendo hacia su hermana, Amaia sonrĂo feliz ante aquella reacciĂłn tan genuina, la felicidad la inundĂł al poder estrechar entre sus brazos a su pequeña hermana —¡Estás aquĂ!— dijo ella llena de alegrĂa. —He vuelto, pequeña—le dijo con ternura— No me perderĂa tu cumpleaños por nada del mundo. —Aun falta, no pensĂ© que vendrĂas— le dijo alejando y luego girandose hacia Nikolay— que bueno que tĂş tambiĂ©n estĂ©s aquĂ— le diĂł un corto abrazo, Nikolay sonriĂł un poco incĂłmodo. —Tambien me alegra verte, Aimara — le dijo Nikolay— los dos hombres destinados a la seguridad de la jĂłven hicieron una leve inclinaciĂłn hacia Nikolay a lo cual Ă©l asintiĂł. —¿Que les parece si vamos por un helado?— propuso el ruso y las mujeres asintieron felices. Aimara y Amaia, disfrutaban tanto el estar juntas y poder ponerse al dĂa, cuando llegaron a la heladerĂa, la imagen era un poco impresionante, a pesar de que algunos de los guardaespaldas se quedaron
Los ojos de Kira se llenaron de rabia, no podĂa darle crĂ©dito a sus oido, Âżes que serĂa posible que su padre se hubiese vuelto loco?, ÂżAcaso su padre habĂa perdido la razĂłn?, porque no conseguĂa otra explicaciĂłn razonable para lo que estaba sucediendo. Su corazĂłn palpito con fuerza, la rabia y la incredulidad bombeando con fuerza. ÂżCĂłmo pretendĂa casarla con Klaus?, Kira dio dos pasos atrás, alejándose de su padre, poniendo entre ellos toda la distancia posible, y luego lo mirĂł directamente a los ojos antes de preguntar; —¿Acaso estás loco, padre?, Âż quĂ© te pasa?, Yo no voy a casarme con Klaus, eso es completamente ridĂculo, sabe perfectamente que es mi primo. —¿Y eso quĂ©?— preguntĂł Anton encogiĂ©ndose de hombros y restándole importancia al asunto— es perfectamente conveniente, asĂ los negocios y los bienes, todo eso queda entre familia. Klaus y tĂş harán una dupla genial, ambos son fuertes, inteligentes, me darán nietos saludables que puedan seguir con la dinastĂa Ivanov, han t
El helado entre hermanas se tornĂł en momento de dicha y felicidad, Nikolay disfrutaba de la animada conversaciĂłn y de aquellos instantes que parecĂan llenar de vitalidad a su jĂłven esposa. —Vamos a casa, papá estará feliz de verte— le dijo Aimara con una enorme sonrisa y su hermana asintiĂł feliz, salieron del lugar envueltos en un ambiente de dicha. El trayecto a la casa MĂĽller fue largo pero se pasĂł muy rápido, al llegar fueron atendidos por la nana quien terminĂł derramando lagrimas de felicidad al poder estrechar nuevamente a su pequeña entre sus brazos. —¡Has vuelto, avecilla traviesa!— gimiĂł la mujer nada más abrazarla. —El buen hijo siempre vuelve a casa— le dijo recordándole aquella frase que algunas veces la misma nana habĂa usado con ella. —Tienes razĂłn — le respondiĂł con una sonrisa— y tĂş eres muy buena hija. Pasaron al recibidor dĂłnde comieron galletas y tomaron cafĂ© en medio de risas y anĂ©cdotas de cuando las hermanas estaban pequeñas. A la vista de la nana, habĂan
DespuĂ©s de largo rato abrazados y llorando, además de momentos en los que Ethan seguĂa expresando cuan arrepentido se sentĂa, Amaia le asegurĂł que ya le habĂa perdonado... —Por ahora lo importante es comenzar a forjar una nueva relaciĂłn, papá. Me siento orgullosa de que hayas retomado el trabajo en la empresa. —Para mi vergĂĽenza debo decir que fue Kozlov quien me cercĂł, despuĂ©s de aquella noche la culpa y el remordimiento estaban acabando conmigo, peor los seres humanos somos seres de hábitos, por más culpa que sentĂa segui jugando, y cuando me quede sin dinero...— bajo la cabeza avergonzado— les exigĂ que me dejaran jugar porque el dueño es mi yerno... —¡Ay, papá!— exclamĂł Amaia negando. —Si, lo sĂ©, fue extremadamente vergonzoso. Entonces tĂş esposo se enterĂł y no tardĂł en venir, recibĂ una visita de tu esposo dejándome claro que no tendrĂa otra oportunidad. DespuĂ©s de estar varios dĂas dándole vueltas a mi miserable vida, decidĂ que debĂa tomar acciones ay comencĂ© a enfocarme
El ansiado dĂa habĂa llegado, el dĂa de celebrar el cumpleaños de su adorada hermana, la despertĂł entrando a la habitaciĂłn con un enorme ramo de rosas... estaba feliz de tenerla en la mansiĂłn y de poder celebrar con ella aquella fecha tan especial. —¡Feliz cumpleaños, Aimara!— la joven la mirĂł con una inmensa alegrĂa, que bonito era despertar aquel dĂa con aquella expresiĂłn de amor. Desayunaron juntos a Nikolay, quiĂ©n asegurĂł que estarĂa temprano en casa para asistir a la cena de celebraciĂłn, además se habĂa encargado de que los escasos invitados de Aimara tuviesen transporte para llegar. —VendrĂ© temprano. —Te esperamos— le respondiĂł Amaia colocándose de puntillas para depositar un beso en sus labios y sonriendo cuando Ă©l le rodeĂł la cintura y la acercĂł más a Ă©l. DespuĂ©s de pasar la mañana juntas, Amaia se fue directamente a su dormitorio para hacer algunas llamadas, Aimara saliĂł al jardĂn, mientras respiraba profundamente y el aroma de las flores le inundĂł las fosas nas
El restaurante era todo un lujo, habĂa una mesa larga y perfectamente decorada para la celebraciĂłn, Aimara sonriĂł feliz porque nunca pensĂł que su cumpleaños serĂa asĂ de hermoso. Cuando ella llegĂł, sus amigos ya estaban esperando por ell; Laura con su chispa de alegrĂa y complicidad, Jimena con su gracia natural, Alicia con toda la.belleza que le caracterizaba, Michael elegante y guapo con su enorme sonrisa, y AndrĂ©s pareciendo aun mas jĂłven de lo.qje ya era, esa apariencia pueril que le encantaba a tantas chicas. Su alegrĂa aumentĂł al ver cĂłmo tambiĂ©n estaba su padre y la nana, ambo parecĂan orgullosos al verla, con aquel traje color crema ajustándose a sus juveniles curvas y resaltando su hermoso busto, su cabello perfectamente peinado y la gracia natural de un bailarina acentuando sus movimientos. Se sentĂa hermosa desde el cabello hasta la punta del dedo del pie. HabĂan tambiĂ©n otros invitados que fueron presentados como los O'Farrell; Grace con una enorme panza que revel
Eran altas horas de la madrugada cuando volvieron a casa, Amaia iba en un auto, junto a Vladimir y Katerina, Nikolay se habia subido a otro junto a Igor y Rocco, ademas de los otros dos autos con más personal de seguridad, aunque hubiese preferido que los tres viajaran juntos, comprendiĂł que su esposo le estaba dando la oportunidad de tener esa conversaciĂłn con su hermana... DecidiĂł aprovecharla y sin darle más vueltas al asunto, se girĂł hacia su hermana y le presionĂł una mano con ternura, Aimara se giro hacia ella y le dedicĂł una sonrisa. —¿Está todo bien, cariño?— le preguntĂł con dulzura— Âżhay algo que te preocupa Ăł es que acaso no te ha gustado tu celebraciĂłn de cumpleaños? —¿CĂłmo dices eso?, sĂ me ha encantado mi cumpleaños, es precisamente como lo querĂa aunque para ser sincera fue mucho más hermoso y elegante, yo me imaginaba algo menos lujoso. Ha sido un dĂa maravilloso y estoy muy agradecida de poder tenerte en mi vida y tambiĂ©n de contar con Nikolay, se nota cuánto te qu