—¡Maldit4 mujer, La odio y la detesto, maldit4 sea la hora en la que se cruzó en mi camino!— gemía y gritaba Kira furiosa entrando al recibidor de su pequeña mansión, enojada como estaba arrojó su bolso hacia el sofá justo donde estaba sentado Klaus con un vaso en las manos que contenía un poco de whisky, los hombres que venían como guardaespaldas intercambiaron miradas sintiéndo que tendrían que ser castigados nuevamente con un ataque de malcriadez de la consentida de los Ivanov. —Pueden retirarse— exclamó Klaus— salvándolos así de tener que ser quizás el objeto de ira de aquella mujer, ambos hombres inclinaron levemente la cabeza y giraron alejándose a paso firme y apresurado del lugar donde estaba a punto de estallar la ira de la hija del jefe. —Y supongo que esa mujer de la que hablas No es otra sino Amaia Kozlova, ¿o me equivoco? —Por supuesto que no te equivocas— dijo frustrada caminando hacia él y arrancándole el vaso de las manos, ingirió de un solo trago el contenido— esa
Klaus, cómo tantas veces habia hecho con anterioridad, colocó una ensayada expresión de preocupación, sus ojos se llenaron de una extraña sombra que no pasó desapercibida para Antón quien de inmediato se preocupó por su niña, al imaginar que lo que sucedía era bastante grave. —¿Qué es lo que sucede Klaus?, ¿Algo anda mal ? —Últimamente todo está mal con Kira, tío—suspiró dramáticamente mientras se colocaba en pie y dejaba sobre la mesita el vaso que había contenido El whisky. —¿A qué te refieres exactamente?, no me ocultes nada Klaus, sé que mi pequeña ave, quizás no me dirá para no preocuparme, ¿le sucede algo a mi hija? —Le sucede de todo tío, su obsesión por Nikolay Kozlov está amenazando con acabar con ella. Me preocupa que Kira cada día parece perder más la razón, está obsesionada con recuperar el amor de ese hombre a pesar de que él le ha dejado bastante claro de que no plantea serle infiel a su esposa. Su obsesión por él, terminará afectando tus intereses tío, ella no
—¡AMAIA!— gritó la menor de los Müller mientras salía corriendo hacia su hermana, Amaia sonrío feliz ante aquella reacción tan genuina, la felicidad la inundó al poder estrechar entre sus brazos a su pequeña hermana —¡Estás aquí!— dijo ella llena de alegría. —He vuelto, pequeña—le dijo con ternura— No me perdería tu cumpleaños por nada del mundo. —Aun falta, no pensé que vendrías— le dijo alejando y luego girandose hacia Nikolay— que bueno que tú también estés aquí— le dió un corto abrazo, Nikolay sonrió un poco incómodo. —Tambien me alegra verte, Aimara — le dijo Nikolay— los dos hombres destinados a la seguridad de la jóven hicieron una leve inclinación hacia Nikolay a lo cual él asintió. —¿Que les parece si vamos por un helado?— propuso el ruso y las mujeres asintieron felices. Aimara y Amaia, disfrutaban tanto el estar juntas y poder ponerse al día, cuando llegaron a la heladería, la imagen era un poco impresionante, a pesar de que algunos de los guardaespaldas se quedaron
Los ojos de Kira se llenaron de rabia, no podía darle crédito a sus oido, ¿es que sería posible que su padre se hubiese vuelto loco?, ¿Acaso su padre había perdido la razón?, porque no conseguía otra explicación razonable para lo que estaba sucediendo. Su corazón palpito con fuerza, la rabia y la incredulidad bombeando con fuerza. ¿Cómo pretendía casarla con Klaus?, Kira dio dos pasos atrás, alejándose de su padre, poniendo entre ellos toda la distancia posible, y luego lo miró directamente a los ojos antes de preguntar; —¿Acaso estás loco, padre?, ¿ qué te pasa?, Yo no voy a casarme con Klaus, eso es completamente ridículo, sabe perfectamente que es mi primo. —¿Y eso qué?— preguntó Anton encogiéndose de hombros y restándole importancia al asunto— es perfectamente conveniente, así los negocios y los bienes, todo eso queda entre familia. Klaus y tú harán una dupla genial, ambos son fuertes, inteligentes, me darán nietos saludables que puedan seguir con la dinastía Ivanov, han t
El helado entre hermanas se tornó en momento de dicha y felicidad, Nikolay disfrutaba de la animada conversación y de aquellos instantes que parecían llenar de vitalidad a su jóven esposa. —Vamos a casa, papá estará feliz de verte— le dijo Aimara con una enorme sonrisa y su hermana asintió feliz, salieron del lugar envueltos en un ambiente de dicha. El trayecto a la casa Müller fue largo pero se pasó muy rápido, al llegar fueron atendidos por la nana quien terminó derramando lagrimas de felicidad al poder estrechar nuevamente a su pequeña entre sus brazos. —¡Has vuelto, avecilla traviesa!— gimió la mujer nada más abrazarla. —El buen hijo siempre vuelve a casa— le dijo recordándole aquella frase que algunas veces la misma nana había usado con ella. —Tienes razón — le respondió con una sonrisa— y tú eres muy buena hija. Pasaron al recibidor dónde comieron galletas y tomaron café en medio de risas y anécdotas de cuando las hermanas estaban pequeñas. A la vista de la nana, habían
Después de largo rato abrazados y llorando, además de momentos en los que Ethan seguía expresando cuan arrepentido se sentía, Amaia le aseguró que ya le había perdonado... —Por ahora lo importante es comenzar a forjar una nueva relación, papá. Me siento orgullosa de que hayas retomado el trabajo en la empresa. —Para mi vergüenza debo decir que fue Kozlov quien me cercó, después de aquella noche la culpa y el remordimiento estaban acabando conmigo, peor los seres humanos somos seres de hábitos, por más culpa que sentía segui jugando, y cuando me quede sin dinero...— bajo la cabeza avergonzado— les exigí que me dejaran jugar porque el dueño es mi yerno... —¡Ay, papá!— exclamó Amaia negando. —Si, lo sé, fue extremadamente vergonzoso. Entonces tú esposo se enteró y no tardó en venir, recibí una visita de tu esposo dejándome claro que no tendría otra oportunidad. Después de estar varios días dándole vueltas a mi miserable vida, decidí que debía tomar acciones ay comencé a enfocarme
El ansiado día había llegado, el día de celebrar el cumpleaños de su adorada hermana, la despertó entrando a la habitación con un enorme ramo de rosas... estaba feliz de tenerla en la mansión y de poder celebrar con ella aquella fecha tan especial. —¡Feliz cumpleaños, Aimara!— la joven la miró con una inmensa alegría, que bonito era despertar aquel día con aquella expresión de amor. Desayunaron juntos a Nikolay, quién aseguró que estaría temprano en casa para asistir a la cena de celebración, además se había encargado de que los escasos invitados de Aimara tuviesen transporte para llegar. —Vendré temprano. —Te esperamos— le respondió Amaia colocándose de puntillas para depositar un beso en sus labios y sonriendo cuando él le rodeó la cintura y la acercó más a él. Después de pasar la mañana juntas, Amaia se fue directamente a su dormitorio para hacer algunas llamadas, Aimara salió al jardín, mientras respiraba profundamente y el aroma de las flores le inundó las fosas nas
El restaurante era todo un lujo, había una mesa larga y perfectamente decorada para la celebración, Aimara sonrió feliz porque nunca pensó que su cumpleaños sería así de hermoso. Cuando ella llegó, sus amigos ya estaban esperando por ell; Laura con su chispa de alegría y complicidad, Jimena con su gracia natural, Alicia con toda la.belleza que le caracterizaba, Michael elegante y guapo con su enorme sonrisa, y Andrés pareciendo aun mas jóven de lo.qje ya era, esa apariencia pueril que le encantaba a tantas chicas. Su alegría aumentó al ver cómo también estaba su padre y la nana, ambo parecían orgullosos al verla, con aquel traje color crema ajustándose a sus juveniles curvas y resaltando su hermoso busto, su cabello perfectamente peinado y la gracia natural de un bailarina acentuando sus movimientos. Se sentía hermosa desde el cabello hasta la punta del dedo del pie. Habían también otros invitados que fueron presentados como los O'Farrell; Grace con una enorme panza que revel